miércoles, 4 de julio de 2007
El espejo quebrado
A veces, contemplarse en el espejo no es verse de frente. Es una visión alternada por las fracturas. Donde la recomposición de la imagen es un enigma. Tal vez es más auténtica que la mirada ordinaria. Puesto que se reconoce en la quiebra del que queda reflejado. En la mirada común los personajes se echan un vistazo. Se elevan, se tantean, se reorganizan. Simulan. Luego se trata de reaccionar ante el desajuste y reconstruir una actitud, aunque sea efímera o simplemente teatral. Pero no siempre ponerse ante el espejo es saber verse. No siempre las posiciones lógicas nos muestran tal como somos. Los espejos quebrados, sin embargo, nos remiten a nuestras propias roturas. Ahí sí que acertamos a ver nuestra imagen aproximada. En el ejercicio por sobreponernos, no por ocultarnos. Cómo se deconstruyen las figuras a partir de la contemplación simulada es algo que siempre ha maravillado a los pintores. Y posteriormente a los fotógrafos. Acaso por esa razón el realismo en la figuración pictórica no me apasiona. Salvo que tenga un alma detrás, y entonces es otra cosa.
(Pintura del artista checo Jiri Kolar)
Qué curioso: el artista checo deforma un conocido cuadro titulado "Not to Be Reproduced" de Rene Magritte. En el original, se trata de un hombre (o andrógino) ante un espejo que no refleja su cara, como si uno nunca pudiera verse a sí mismo, o como si en lugar de una persona fuésemos dos. La deformación checa (parecen pliegues más que cortes), incluye una alteración sexual (ahora parece una mujer) y temporal (ahora parece del siglo pasado). También la sexualidad, o el tiempo son prejuicios...Esa deformación, esa confusión, es lo que me hace categorizar la realidad: mujer, siglo pasado. Es lo que me impide simplemente ver.
ResponderEliminarVaya, tomo nota de tu incisiva observación sobre mujer, siglo pasado, no se me hubiera ocurrido.
ResponderEliminarPor otra parte, coincido contigo: la mirada ante el espejo despliega siempre a otra u otras personas.
Buenas noches.