"Se suele decir que al hombre dos metros de tierra le bastan. Pero esos dos metros le bastan a un cadáver, no a un hombre".
Antón Chéjov, cuento La grosella.
El hombre se comía el mundo, me dijo al oído Mijail Aloyan en aquella tarde fría de Novodévichi. Era afable, colaborador, desprendido, daba de él todo y ahí le tiene usted. Mijail Aloyan, repliqué muy tenue, ahí solo tenemos lo que no fue nuestro amigo. Pero un muerto reciente es la estela del que habitó una vez un cuerpo, ¿no le parece?, insistió. Aunque no creía oportuno seguir manteniendo la conversación en plenas exequias a pie de tumba siempre he sido muy polemista. La estela, Mijail Aloyan, está en el recuerdo que mantengamos del finado. ¿Que usted quiere quedarse con la memoria de la compasión y entrega del hombre en vida? Quédese pues con ello. Yo he oído cosas de este ilustre que despedimos muy opuestas a la imagen que algunos han sublimado de él. Incluso a mí me han afectado. Pero estaría mal por mi parte si, aprovechando que no puede defenderse, revelara su lado oscuro. Mijail Aloyan dio un paso atrás del grupo de allegados y se giró con gesto hosco hacia mí. No le creo, acaso usted no ha sido el buen amigo que él esperaba, me soltó con acritud. Me faltó tiempo para objetarle. Tal vez, pero eso usted no lo puede saber, concédame a mí el beneficio de la duda y, por extensión, al fallecido, al cual yo he tratado en aspectos bastante espinosos si no turbulentos. Como mis últimas palabras las pronunciara con énfasis Mijail Aloyan enmudeció. Luego: ¿Quiere usted decir que...? ¿En qué se basa para cuestionar su integridad? O me lo explica de manera más extensa o me obligará a declararle a usted non grato. Y no tenga dudas de que se lo haré saber a los que preservan un sano recuerdo del amigo ilustre. Mi respeto por el extinto me lleva a guardar discreción, y también secreto, sobre algunas vivencias que compartimos. No voy a ir por ahí pregonando nada. Si usted toma una iniciativa en mi contra en realidad se volverá contra usted mismo, pues en alguna de las confidencias nada ejemplares de quien hoy despedimos aparecía su nombre, Mijail Aloyan. Y solo le digo lo siguiente. El lado oscuro del hombre ilustre lo sería para la sociedad, no para mí ni para quienes cuestionamos la farsa de la vida. Con frecuencia lo que la sociedad, dejándose llevar por una moral intransigente y brutalmente cercenadora, considera oscuro y sinuoso de un individuo no es sino el esfuerzo por elevarse sobre las ideas imperantes y las leyes que auxilian estas. En ese instante Mijail Aloyan se distanció de mi. Se sacó entonces un guante pero lo retuvo con la mano temblorosa. No es el momento, dijo con voz apagada, de seguir el tema.
No tengo claro que lo que dice Chejov sea así, ¿solo dos metros de tierra? o ¿son dos metros cúbicos?, no es lo mismo.
ResponderEliminarNo dice más de lo que dice en la cita que he extraído. Interprétese como se quiera, supongo. Saludo.
EliminarChéjov non necesita concretar, se sobreentiende que se refiere a dos metros bajo tierra. Saludos.
ResponderEliminarEn estos tiempos frágiles conviene leer a Chéjov.
EliminarAl hombre, ya cadáver, le sobran los dos o los dos millones de metros. En todo caso, al que le hacen falta es al pobre familiar que tiene que hacerse cargo, antes de que "el hombre" empiece a apestar irremediablemente.
ResponderEliminarY según cómo quede el familiar, pues muchas pobrezas provienen de la desaparición del que o de la que proporcionaba ingresos.
EliminarSé que te dará pudor leer esto, pero ser respetado y admirado en uno de los mejores blogs que existen hoy en día (Descontexto -originario de Puerto Montt- al Sur del mundo), no está al alcance de muchos.
ResponderEliminarChiloé
No sé, no comprendo, ¿debo buscar por Puerto Montt -ay, Víctor- o por Descontexto?
EliminarDices: "ay, Víctor". Qué cierto. Así que empieza a busca por Víctor, si te animas. Por "El derecho de vivir en paz" o por "Vientos del pueblo".
EliminarChiloé
Toda esa obra de Jara la conozco pero no logro establecer relación clara, enigmática del fin del mundo.
EliminarDe este autor solo he leído "El jardín de los cerezos". Valió la pena...
ResponderEliminarDel autor es solo la cita en esta entrada, no quiero que el gran Antón cargue con mis modestas ocurrencias. Las obras de teatro son para verlas, por supuesto leerlas también pero un buen elenco puede hacer una representación buena. Los cuentos son exquisitos y tiene muchísimos. He leído pocos, hay uno de título célebre: La dama del perrito.
EliminarComo en "La dama del perrito", parece a veces que estamos a punto de encontrar la solución , y a partir de ahí empezar una nueva vida maravillosa, sin darnos cuenta que lo más complicado y difícil no ha hecho más que empezar, hasta llegar finalmente a los dos metros fatales.
ResponderEliminarSiempre estamos empezando algo diferente y cabe pensar que nuevo. Hoy día no tengo certezas sobre las soluciones.
Eliminarno las hay
ResponderEliminarPues aceptémoslo.
EliminarA veces, acercarse a un gran hombre no es necesario. Las miserias son las que caben en esos dos metros de tierra de la cita.
ResponderEliminarMas en vida las miserias de los individuos pueden ser onerosas.
EliminarQué bello esto; cuánto admiro a Chéjov. Gracias.
ResponderEliminarHay autores que te lo dicen todo y vienen de lejos. Gracias a ti.
EliminarA los autores rusos del XIX y algunos del XX no hay que olvidarlos nunca, independientemente del curso de los acontecimientos del país, sus políticas y sus evoluciones. Fueron maestros de hablarnos de la naturaleza humana y espléndidos narradores.
ResponderEliminarAnder
Naturalmente, Ander. Hace muchos años un pensador español y muy comprometido con su tiempo y del que aprendí solo un poco ya me recomendó Dostoyevsky si quería saber todo sobre la naturaleza humana.
EliminarHe leído dos veces tu texto cargado de reflexiones que hacen pensar en cómo nos posicionamos frente a los muertos, en este caso un personaje ilustre, y cuando digo posicionamos me estoy refiriendo a una serie de supuestas conductas correctas , "de bien" que hay que tener. A tu personaje, el que nos cuenta la historia por patear las convenciones está a punto de costarle un duelo, se ve que sus comentarios ambiguos sobre el finado han generado una repulsa casi incontrolable en Mijail
ResponderEliminarNo obstante no me queda clara la descarga sobre ciudadano ilustre que hace el escribiente , es oscuro o no, es la sociedad y el sistema los que lo consideran oscuro?
O simplemente hay callar porque la muerte viene a empoderar libre de culpa y pegado al fallecido.
Un ciudadano ilustre se supone que es alguien reconocido que ha brillado en acciones frente a un sistema del cual nada debe opacar esa brillantez, un gran borrador debe accionar para que su imagen sea recordado así, brillante, como el sistema lo requiera.
El concepto ciudadano ilustre responde también a la ideología que domine en cada época, supongo. Cualquier rótulo que la sociedad o, más bien en la mayor parte de los casos, la autoridad gobernante, establece sobre un personaje que haya aportado algo o eso se crea, es dual siempre. Los reconocimientos no siempre son ecuánimes y objetivos y tengo dudas sobre que haya acuerdo generalizado en designar como ilustre a cualquiera. Puede ser ilustre sin duda en alguna faceta que ha beneficiado a la sociefdad, a una ciudad o a un gremio, pero puede haber tenido una cara oscura. En el relato no se aclara más porque acaso debe quedar tal cual.
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