miércoles, 8 de enero de 2025

Ecos lejanos, 35

 


Alexanderplatz me gusta por el bullicio y el tráfago que, contemplado a través de las cristaleras del Josty, se me hace soportable. Distante y cercano a la vez. No solo en perspectiva visual sino en la percepción de las personas. Los tranvías traen y llevan gentes de diversa condición. Que habiten en la zona potentados o comerciantes que se beneficiaron de la guerra no limita mi interés por el centro de la ciudad. 

Este café es una encrucijada no solo de movimientos sino, como decía el poeta, de vidas y por lo tanto de pasiones. Ciertamente las pasiones dentro del Josty van prácticamente hoy día en una dirección cada vez más uniforme. Lo cual resta la parte de belleza que la pasión contiene en sí misma, que es la pluralidad de manifestaciones y el encanto de las reacciones más variadas que da aliciente a las conversaciones. Que daba. El pensamiento que queda estos días es residual, como los posos del café. Es un batiburrillo de ideas a cual más descabelladas y cerriles. Los moderados se han radicalizado y los radicales de siempre se han vuelto más prejuiciosos que nunca y por lo tanto bárbaros. Los teníamos en casa y no queríamos reconocerlo. Porque verlos se les veía venir. Sus antiguas adoraciones al emperador, su concepto decrépito de que no nos muevan la patria, aunque esta no sea de todos, su enrocamiento en la religión manteniendo una perpetua alianza con los poderes, y las falaces consignas contra los que levantan de verdad el país con su trabajo cotidiano o contra los judíos o simplemente contra los diferentes, ya eran suficiente información para haberlos parado los pies antes. 

El fracaso de la guerra, lejos de apocarles y hacerles desistir de sus tradicionales propósitos, les ha dado alas de nuevo, como se las ha dado a los revolucionarios. Y es que la sangre derramada pesa, aunque se interprete de manera artera y dual. Probablemente el miedo a los consejistas y a la pérdida de una identidad decadente y rígida ha enervado como nunca a los gañanes de las peores ideas que van a remolque de todo pero que quieren ir en cabeza. Qué sabe de belleza esta gente. El arte y la literatura lo ven del modo más clásico y lineal, y no siempre saben verlo tampoco. No aceptan las rupturas formales, y no precisamente se entusiasman con el arte bien construído o la literatura renovadora, sino que beben de romanticismos tardíos y vulgares. Ese estribillo del nosotros por encima de todos es de lo más egoísta. Así que llaman cultura a lo que no son sino representaciones que hoy no aportan nada porque el pasado las enterró. Pero esa gente quiere resucitarlas para justificarse y reinventar valores que la historia ya descalificó.

Sin querer pongo el oído en el griterío de esta sombra de tertulias, cada vez menos consistentes. Me estremezco. Ando dividido en un difícil equilibrio. Entre la comodidad de un espacio donde hasta ahora me he aislado y los sucesos que acabarán llegando y que me afectarán, como afectan a todos los berlineses. Tengo la sensación de que al igual que un tiempo se ha terminado para todos también se revela crítico para mí. Else o los demás lo están viendo más claro que yo. Al menos dieron un paso arriesgado que a mí me cuesta dar porque temo la turbulencia de las palabras, los gestos virulentos, el optimismo desaforado de quienes piensan que al poder se le sortea con las consignas más audaces y congregando a la gente tras líderes a los que no niego sana intención y honesta voluntad, pero cuyas ideas no bastan para asegurarse que vencerán en la apuesta. 

Temo pero siento que me arrastran a mí también. Else, Helmut, Judith y hasta un Joachim apenas intuido me han cercado emocionalmente. Sí, mi triunfo pero también mi condena es que soy excesivamente sentimental. Aunque ellos me tomen por alguien  flemático y desapasionado.



20 comentarios:

  1. Ser un sentimental está muy penado en según que sociedades, la nuestra, por ejemplo.

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    1. Y además no bien visto. Y a medida que el virus energúmeno cunda peor todavía.

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  2. Leo Alexanderplatz y veo al agente Bourne escudriñando cada rincón, cada cara, cada salida. Él sí que le ponía pasión a cada paso.
    Saludos!

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    1. ¿Jason Bourne? Lo que hace la asociación de ideas y de imágenes, solo que el relato se retrotrae a un siglo antes. Bienvenido, Cleveland.

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  3. Ser sentimental no solo está mal visto, sino que aparentemente es un signo de debilidad, cuando en realidad es todo lo contrario. Una IA jamás podrá ser sentimental.
    Saludos.

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    1. Lo sentimental es un concepto muy amplio y no se debe reducir al asunto amoroso o afectivo con otras personas. Es más. Vázquez Montalbán usaba con frecuencia el concepto. Ah, y te recomiendo el exquisito "Viaje sentimental por Francia e Italia", de Laurence Sterne.

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  4. Esa plaza emblemática bien pudiera ser, de nuevo, un laboratorio de tendencias extremas e imposibles de entender. Ojalá no sea así pero Europa ya no es esa zona de derechos sociales y de lo que se dio en llamar Estado de bienestar.

    Un abrazo y a seguir el caso de cómo evoluciona todo.

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    1. Sí, a mí me importa sobre todo ver cómo evoluciona todo en ese país y en este continente, de ahí que recurra a los acontecimientos de hace un siglo para que no me coja desprevenido lo que esté por llegar. Pero anhelo y hago votos porque no se repitan viejas circunstancias que llevaron a la desgracia colectiva.

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  5. Todos temos que nos reinventar para viver... não nos devemos acomodar às ideias dos outros, mas estar bem preparados para defender o porquê de pensar assim... sem radicalismos....
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Fundamentalmente los radicalismos virulentos y excesivos van hoy prácticamente en una dirección, donde las interferencias de los grandes potentados mediáticos parece que desean un neo feudalismo, muy tecnológico, eso sí, pero de ciudadanos hiper controlados. Nuevas dictaduras acechan.

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  6. Ser un sentimental en sociedades uniformes y uniformadas es convertirte en alguien peligroso, puedes ser un cínico, un psicópata o un bufón, pero un sentimental es alguien con un diana encima.

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    1. Ostras, pedrín, qué acertado has estado en tu diana.

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  7. Juro por mis amores que había escrito un comentario y no aparece.
    0 suspicacia - preocupación 9 - Veremos como acaba el partido.

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    1. Juro ante los evangelios admitidos o apócrifos, que me da lo mismo el autor, que aquí no ha aparecido texto alguno de vuesa sana y sesuda intención.

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    2. Una demostración más de que mis neuronas fosilizan cada vez más rápido. Posiblemente, hice clic, en el ombligo. Más se perdió en la guerra de Cuba

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    3. No exageres, que más se perdió en 1939.

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  8. A veces veo en las tertulias un ejemplo reducido de la sociedad: el que grita para que se le escuche, el que no deja hablar a los demás, el que pasa de lo que dicen, el que no escucha...
    Salu2, F.

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    1. Tú te referirása las televisivas o de radioyentes, ¿no? Las otras, las de siempre, en un café creo que escasean. Y eso que el bar es el lugar de quedar el cien por cien del perosnal hoy día. Pero siempre hay alguna donde salvarse, aunque sea con otra persona solo.

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    2. No sé yo, no sé yo...
      De mes en mes quedo con unos amigos de la escuela para comer, somos cuatro... y hay, lo menos, tres conversaciones cruzadas... Y eso que los aprecio muchísimo, pero no hay manera.
      Salu2, F.

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    3. Lo de las conversaciones cruzadas es muy made in spanish, y ya sabes esa maldita idea de que cada cual somos dueños de la verdad. Por lo menos.

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