viernes, 16 de agosto de 2024

Ecos lejanos

 



Ella llegaba con la nieve, el hombre la estaba esperando desde un enajenado y febril encantamiento,  la voz de madrugada era un arrullo, él se sobrecogía, la ternura tenía un tono dulce para ambos, se dejaban rasgar con la emoción de una pasión incierta pero sincera, la distancia era un tanteo, la entrega una deseada intuición, la noche estaba rota pero ambos la recomponían, qué es la noche sino un tiempo volátil, pensaban, cómo nos alcanzaremos, se preguntaban, tal vez si no es ya tarde estaremos aquí, sorteando territorios que aún no sabemos medir y, mientras, la ventisca se resistía al alba, y la inflexión de sus voces envolvía dos cuerpos abandonados al azar, pisa la nieve que yo piso, dijo la mujer, sí, dijo él, deja que haga crujir yo también la cuajada escarcha del Rhein, susurró como una canción de invierno.
                  


 *Fotografía de Inés González Soria.

18 comentarios:

  1. Fáckel:
    se agradece un texto "gélido" para refrescarnos.
    ¡Que lleven cuidado los amantes, no se vayan a caer al río!
    Salu2.

    ResponderEliminar
  2. Una noche que, pese a las inclemencias del invierno, une a dos personas. Tal vez se necesitan muchas noches de esas en compañía.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez, porque aparte de las inclemencias externas están las asperezas internas de cada cual.

      Eliminar
  3. O amor vivido em segredo ou apenas um momento para ser desfrutado a sós a comungar com a natureza.
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
  4. Muy poética esta forma de encontrarse. Con la sutileza sugerida se logra entrever la historia. Me gusta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debe ser el efecto invierno, donde a veces los seres se buscan.

      Eliminar
  5. El frío casi siempre se queda del lado de afuera cuando hay piel.

    Saludos,
    J.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Casi siempre, la piel debe nutrirse para que siga siendo así.

      Eliminar
  6. El frío invita a acercarse a la lumbre y soñar...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sabes que la contemplación del fuego es algo hipnórico y onírico; padecerlo es como poco un riesgo y más allá una desgracia.

      Eliminar
  7. "Recomponían la noche". Me gusta esta frase.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. E incluso a veces se reescriben (las ausencias lo propician)

      Eliminar
  8. Agradable forma de superar una fría noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las madrugadas pesan sobre los hombres y las mujeres que aman.

      Eliminar