¿Tú crees? Pues no me queda claro si me encarno en Epicteto o en Epicuro, pero creo que me quedo en Heráclito, aún más sombrío, dicen (pero es porque nos llegaron textos suyos muy demediados)
Ya ves. Desde la sombra de Jung hasta la maldita sombra a gestionar cuando iluminas un objeto/sujeto con la luz del estudio, uno puede decir que lleva muchos años, controlando sombras y luces.
Supongo que a los buenos gestionadores de sombras se les debe llamar "maestros sombreros" ¿no? Abundan poco; la mayoría son/somos, maestros gorreros y va que chuta! :))
Ojo con el término gorrero, que también significa aprovecharse o vivir de otros, es decir, de gorra. No creo que sea tu caso ni el mío. Perro haberlos haylos.
Esa imagen me ha perseguido toda la vida, desde aquellas viviendas con persianas de cuerda y trampillas de ajustar en las galerías. Las imágenes de la infancia son poderosas.
Molt ambivalent aquest poema, i és veritat que és filosòfic. Entre "hombre", "bruma" i "penumbra" has fet un bon joc de paraules. L'hivern inspira, com ho feia en Les quatre estacions de Vivaldi, la part que me n'agrada més.
Es que las palabras están para jugar con ellas, a un juego de precisiones pero también de diversión. El invierno lleva a meditar, si se quiere. Hoy día para muchos el invierno queda fuera y solo hay televisión o redes del móvil.
Andar entre sombras, perderse en la penumbra.
ResponderEliminarNo sé qué tienen las sombras de protectoras, pero a veces atraen.
EliminarParece que raya la locura.
ResponderEliminarSaludos
La locura debe tener mucho de bruma, pero acaso es donde afloran los individuos que cada uno lleva dentro. Con extremo riesgo, eso sí.
EliminarEres tú tal vez esa sombra fugitiva que atraviesa la penumbra incansablemente
ResponderEliminarTal vez: llega un momento en que las sombras exteriores y las interiores se confunden.
EliminarSomos esa sombra, medio ausente a veces.
ResponderEliminarUn buen poema. Un abrazo
Nos autodisolvemos un poco cada día, en nuestras sombras, las creadas por nosotros y las que se acercan.
EliminarTodo tiene un lado bueno, las sombras pueden, incluso, dar las horas.
ResponderEliminarY los días.
EliminarQue peligroso!!
ResponderEliminarte estas volviendo mediofilosofo y encima te quieres ocultar en las sombras,
Para echarse a temblar!( en las sombras, claro)
abrazooo
¿Tú crees? Pues no me queda claro si me encarno en Epicteto o en Epicuro, pero creo que me quedo en Heráclito, aún más sombrío, dicen (pero es porque nos llegaron textos suyos muy demediados)
EliminarTodo dependerá de la identidad de la "presencia fugitiva..."
ResponderEliminarY de la personalidad de ella, sí.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarla palabra "penumbra" me resulta muy descriptiva: una pena que se enconde en la sombra. O una pena que no se nombra.
Salu2.
La penumbra tiene mucho de ambiguo, de ahí que su percepción resida más bien en los individuos que se acojan a ella.
EliminarYa ves. Desde la sombra de Jung hasta la maldita sombra a gestionar cuando iluminas un objeto/sujeto con la luz del estudio, uno puede decir que lleva muchos años, controlando sombras y luces.
ResponderEliminarSeguramente con mayor eficiencia que yo, las visualizas y yo más bien las imagino.
EliminarSupongo que a los buenos gestionadores de sombras se les debe llamar "maestros sombreros" ¿no? Abundan poco; la mayoría son/somos, maestros gorreros y va que chuta! :))
ResponderEliminarOjo con el término gorrero, que también significa aprovecharse o vivir de otros, es decir, de gorra. No creo que sea tu caso ni el mío. Perro haberlos haylos.
EliminarMe gustan las zonas entre sol y sombra. Esas tardes lentas de verano tras una persiana...
ResponderEliminarEsa imagen me ha perseguido toda la vida, desde aquellas viviendas con persianas de cuerda y trampillas de ajustar en las galerías. Las imágenes de la infancia son poderosas.
EliminarLas brumas nos entorpecen la comprensión visual y con ello nos distorsionan los pensamientos.
ResponderEliminarEn ocasiones sí. También al perdernos en ella nos propician un espacio de meditación, a veces sin tiempo.
EliminarEsencia macerada que perdura.
ResponderEliminarY bien macerada, que nos impregna.
EliminarMolt ambivalent aquest poema, i és veritat que és filosòfic. Entre "hombre", "bruma" i "penumbra" has fet un bon joc de paraules.
ResponderEliminarL'hivern inspira, com ho feia en Les quatre estacions de Vivaldi, la part que me n'agrada més.
Es que las palabras están para jugar con ellas, a un juego de precisiones pero también de diversión. El invierno lleva a meditar, si se quiere. Hoy día para muchos el invierno queda fuera y solo hay televisión o redes del móvil.
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