lunes, 4 de septiembre de 2023

El elegido


 
¿Por qué me ha elegido?, susurró a su oído. ¿Tiene eso alguna importancia?, musitó ella,  obviando el fragor de la orquesta. Le he escogido y ya está. ¿Cree que este baile es nuestro baile?, preguntó muy quedo el hombre. ¿Por qué no? Los bailes son lo que tienen. Su ritmo los convierte en una impecable presencia. Se ven empezar pero no terminan cuando parece que lo hacen. Incluso después de acabarse uno lleva en la mente la música y también su cadencia. Yo no hablaba del baile. Yo tampoco. Y sin embargo ¿qué otra cosa hacemos los humanos sino saltar, danzar, sujetarnos y disolvernos, y volver una y otra vez sobre nuestros pasos? Para mí sus pasos son tan nuevos como los míos, apuntó la acompañante. ¿Sabe por qué? Porque son diferentes. Y para mí también, no me veo el bailarín de siempre ni usted se presta a seguir ordenadamente mis movimientos, y el hombre mientras hablaba hizo un quiebro. La mujer se apretó sin remilgos al cuerpo nuevo. He bailado con muchos, y aunque no todos sabían conducirse conmigo yo dejaba que fluyera su iniciativa. Bailar con otros cuerpos no era ni mejor ni peor que este baile de ahora. Pero este, este...no sé lo que tiene. Intente precisarlo, sugirió él. La mujer acopló con firmeza el brazo a la espalda del hombre. Es, ¿cómo decirlo?, el que se adecua al instante. El hombre se siente instalado con comodidad en aquella aparición que le ha sacado a bailar. Necesitaba aquellas palabras tan libres como sinceras. Precisaba ser acogido. El instante que merece la pena, dice, ¿no es aquel que proporciona a la par serenidad y disfrute como una armonía improvisada? ¿No es el que otorga seguridad a los que han aceptado el juego recóndito? Ella le mira con desafiante ternura. ¿Ha pensado que acaso a una le apetece a veces ir más allá de la calma para procurar un goce que puede resultar implacable? Lo he pensado, responde el hombre, pero usted marca el paso. 




*Fotografía de René Groebli

20 comentarios:

  1. Detrás de este diálogo, Carlos di Sarli y su Bahía Blanca
    https://www.youtube.com/watch?v=dqFWz9_uqe0

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    1. Te la cambio por esta otra que tú captarás mejor que yo. In questo caso non è la Taranta quella posseduta?

      https://www.youtube.com/watch?v=PTi_hAdwsR0

      Alucinante.

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    2. Ostras, desconocía la filmación. Se la he enviado a mi hermana (por parte de padre) que habita en Reggio Calabria, allí hará honores del baile.

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    3. Es un documento antropológico interesante, y nos resulta un tanto enimático. ¿Qué hay de taranta, posesa o deriva neurológica?

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  2. Las mujeres pueden bailar en Cervera, pero sin mezclarse con los hombres. Esa mujer evanescente seguro que no era de Cercera del Río Alhama, donde pasé un verano de pequeño. Saludos.

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    1. Increíble lo que es el factor paracasual.Con 17 o 18 años estuve dos o tres días en Cervera del Río Alhama, también en verano, junto con amigos de Pamplona y de Burgos, en agradables charlas y encuentro con jóvenes del pueblo. Eran tiempos de búsqueda ideológica e inquieta, fuimos muy bien acogidos y hasta el cura, seguramente díscolo respecto al sistema como muchos de su estirpe entonces, colaboró con nosotros sin interferir demasiado. Aquel episodio pertenece a la galería de situaciones locuelas e inéditas, difíciles de calificar, arriesgadas y sorprendentes incluso, que viví aquellos años. Como no solo de reuniones vivía el hombre una tarde de sábado asistimos a un baile organizado en un salón público. Mucha afluencia, en verano un pueblo recupera circunstancialmente a sus hijos e hijos de sus hijos. Uno de mis amigos, decidido y divertido, que más adelante me metió en algún apuro con los esbirros del régimen, tuvo la fortuna de ser correspondido por una chavala también foránea y te puedo asegurar que el baile no fue nada casto y sí muy entregado. Vamos, de envidia. Luego me contaba él lo arrepentido que estaba de no haber llegado a más y eso que a algo llegó.

      Todavía me ronda en la memoria la geología del lugar que se imponía con aquella roca enorme sobre algunas casas. O estoy sobredimensionando, por defecto de un recuerdo no exacto, no sé. Para volver tuvimos que desplazarnos a la estación de Valverde que supongo que a estas alturas estará destartalada ella y la línea de ferrocarril.

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    2. Yo estuve en casa de la Fuencisla, de hecho no era una casa, era una cueva en la parte alta del pueblo, la Fiuencisla iba a lavar la ropa al rio y recuerdo que un dia las mujeres empezaron a gritar, la iasa, la iasa. La Iasa, era una avenida de agua. En Cervera, las mujeres confeccionaban suelas de zapatillas de yute o algo así, en la calle algunas o en locales otras, recuerdo que yo iba a uno de estos locales a tocarles la armónica, que era mi pasión en aquella época. También vi una corrida de toros en la plaza que había en la entrada del pueblo, recuerdo que al torero se le caían los pantalones que le iban grandes i se pasaba el rato aguantándoselos, y el baile de las Fiestas que como dices de casto poco era, yo tenía 10 años, pero recuerdo que me lie con una chica de Zaragoza. Fue un buen verano.

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    3. Me encanta este mini relato. Vivíamos tanto entonces, aunque fuésemos tan pequeños... Gracias, y brindemos por la buena memoria.

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  3. Ojalá la música les dé suficiente tiempo para seguir pensando su enigma. A veces lo peor es que la música se acabe.

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    1. A veces conviene cambiar de ritmo, pero no siempre se acierta o se sabe hacer.

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  4. En realidad hace tiempo las mujeres esperaban ser elegidas, pero acababan siendo ellas quienes elegían con quién bailar, esa actividad que surge del ritmo de la música. Me gustó cómo plasmas esa casualidad, que no es tal, para quien es elegido.

    Un abrazo

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    1. Es que los hombres son elegidos y en ocasiones muy elegidos. Aunque ellos crean que es a la inversa. Y no me refiero solo a un baile, también en amistades y colaboraciones varias, incluso las íntimas. Salud para el día.

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  5. Me recordaste una situación actual, a la par con una del pasado. Aquel primer baile que se gestaba al comienzo del oído, los labios iban recorriendo con suaves besos hasta casi alcanzar los labios que, sin esperar, esperan; y justo cuando estaban a punto de aprisionarlos, la magia terminaba e inclinaba la cabeza dejándolos fuera de su alcance, ¿por qué no lo dejaba avanzar?, porque no era él, ni era el momento. Mientras haya música, habrá baile, "¿Por qué me ha elegido?", dices al inicio... ¿Y por qué no?-
    Un comentario que quizás no se relacione con tu relato, pero me lo has provocado, (culpa tuya).

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    1. Jaaa, es que lo bueno de los relatos, Maia, es que producen empatía con los pensamientos del que lee, es aquello de asociar ideas, de activar memorias, de actualizar las antiguas experiencias que fueron informaciones para nuestros aprendizajes y lñuego todo nos sirvió. Los fracasos posteriores no vinieron por aquello sino por otros errores o carencias que había que distinguir y estrenar. Porque en la vida, aunque muchos crean que hay repetición, hay mucho de nuevo. Nada se repite nunca del todo, como nada es absolutamente nuevo. Pero el instante es otra cosa. En el instante hay una veta áurea que hay que saber distinguir para que nos enriquezca. Hay que atraparla y vivirla como si fuese eterna. Ya ves, mi propia narración me sigue motivando, veremos si fecunda una próxima. Mientras me pregunto: ¿Con qué deriva?

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    2. Con una continuidad del baile que se volverá eterno (quizás).

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    3. A ver qué se me ocurre en próximos episodios.

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  6. Dizem que dançar é como a vida...Há momentos em que tudo resulta, o toque, a pele, os olhares...Ou não...
    Um texto interessante como sempre....
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Todo funciona, pero sometido a una tensión y vigilando la pulsión. De un cierto control de su ritmo depende la intensidad y la duración de un baile.

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  7. Un baile que es como una metáfora de la vida. Elegir, ser elegido. Sincronizarse o ser él el que lleve los pasos. A veces ella (si es consumada bailarina).

    Un baile era algo inocente que podía preludiar situaciones más íntimas.

    Muy bello tu relato...

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    1. También para muchos tenía contenido intencional, en otros tiempos. Creo que en la mente de muchos estaba aquello de: a ver qué sale. Pero como poco era un entretenimiento, no siemore capaz de paliar el aburrimiento. De ahora ya no sé nada, ni siquiera sé si existe el baile o es otra cosa.

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