martes, 7 de marzo de 2023

Apolón Apolónovich pregunta por mi


 

¿Dices que te ha preguntado por mí Apolón Apolónovich? ¿Ese chiflado? Siempre es una cortesía que pregunten por una. Pero...Apolón Apolónovich pregunta por cualquiera aunque solo le haya visto una vez y dudo que le recuerde. Si bien tú destacas tanto en las reuniones que acaso yo, y no te burles, que no tengo ojos más que para ti, no me percibiera de todos los presentes. Pero él pregunta, finge, miente. El caso es, y tiene bien merecida fama de ello, que se hace el conocido, aunque se lo nieguen. Es un tipo al que hay que desenmascarar. Esos trucos que utiliza para aproximarse están muy gastados. Siempre con su recurso de decir ay, se le parece tanto, ay ese corte de pelo que es como el que ella, yo, tiene siempre. Ay, esa sonrisa tentadora, y otras expresiones fuera de tono. Apolón Apolónovich pone el cebo a su particular caña porque piensa, ese chiflado, que así tiene donde agarrarse el día que se produzca un encuentro de verdad. ¿Que lo busca, dices? ¿Que se muere de ganas de entrar en nuestros círculos por el único afán de verme de cerca? Ya sé. Muchos venís diciendo que es un aparente y un bocazas. Que no ha creado nada ni se le conoce por sus grandes conocimientos renovadores. Que sus teorías son solamente de palabra y que mejor ignorarle. Os sabe mal a todos que siendo un donnadie se interese por mi discreta existencia. Pero a la vez le dejáis que provoque y así intentáis ponerme a prueba. Para. Vas a decir ahora que mi existencia de discreta no tiene nada. Pues lo es, pero sois vosotros, todos los amigos del grupo los que os empeñáis en difundir por ahí que soy vuestra musa. A Apolón Apolónovich le habrá llegado la leyenda y como buen embaucador le ha faltado tiempo para interesarse por mí. Decís que no es el individuo turbio de otros tiempos, que ahora ve más claro y quiere cooperar en todo lo que tratamos de construir. No os creo. Por supuesto, me da lo mismo que abandone las orillas de su Neva para darse un paseo por estos lares. No pienso hacer el menor esfuerzo por hacerme la encontradiza ni voy a permitir que vosotros hagáis la pamema de llevarme de exposición por los tugurios a los que a buen seguro acudirá. ¿Qué? Cómo te ríes de mí. Te ríes y te hinchas y te hinchas, y corres el riesgo de descuajeringarte. Todo esto te lo estás inventando porque te gusta sacarme de quicio. Pero si fuera verdad, si a pesar de tus invenciones, me encontrara un día a ese cantamañanas en la Tretyakovskaya, por ejemplo, ten por cierto que cambiaría de sala de inmediato. Aunque bien pensado, acaso merecéis un castigo. Todos vosotros. Un castigo a tiempo puede ser una salvación ¿Y si hago algo por redimir a Apolón Apolónovich de sus manías y obsesiones? ¿Y si consigo que sea un personaje digno de algo más que su nombre rimbombante? Os estaría bien empleado a todos, aunque me hiciera pagar el precio de soportar vuestros hocicos contraídos. Quién sabe si Apolón Apolónovich no merece un punto de compasión que a mí misma me cambie.



Nota. Que me perdone Andrei Biely por  secuestrar y encerrar en unas líneas que no son suyas a su personaje.


(Fotografía de Lilya Brik, cuyo autor no logro saber quién es)

18 comentarios:

  1. ¿Un castigo a tiempo puede ser una salvación?
    Con ese axioma, estamos donde estamos.

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    1. En algunos casos y según cómo se mire ha podido ser una solución empírica. Ningún consejo tiene valor absoluto ni sirve del mismo modo para todos. Incluso el concepto castigo, que ante todo es sanción, puede tener distintos rostros y diferentes efectos. Dejo abierto el tema que no lo vamos a solucionar.

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  2. No conozco a Apolón Apolónovich, pero me has contagiado cierto recelo hacia él. Y eso que no me ha hecho nada...
    Saludos cordiales

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    1. Pues tengo la impresión de que se arriesga a ser domado o seguir viviendo en sus chifladuras, por supuesto. Cordial.

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  3. Apolón Apolónovich. momia alucinante del museo de Biely, da para mucho si.

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    1. Ninguna intención de interferir el curso del verdadero y único Apolón, tan poco conocido por estas tierras que están en el otro extremo (geográfico) de las eslavas. Spasibo.

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    2. personaje pétreo como pocos; admiro, Fackel, tu capacidad para sustraerle de los bruñidos parkets de su despacho, de los salones y corredores de su magnificente palacio de Petersburgo y elucubrar esa "pequeña" fantasía.

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    3. Es que es mejor imaginar que todo el mundo está próximo, no obstante.

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  4. No conozco al personaje. Lo que me llama la atención del texto es la frase: quizá todos merecéis un castigo. me causa confusión esa frase.

    Salud, Fackel
    Anna Babra

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    1. Es una frase coloquial, no pretende ser críptica, de los mensajes esotéricos y condenatorios ya se han encargado todos los textos sagrados (interesados) que en el mundo han sido.

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  5. Yo creo que te perdonará este delicioso ejercicio. Por cierto, como este tipo conozco alguno yo...

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    1. Por supuesto, ciertas personalidades se reproducen por doquier internacionalmente.

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  6. Como desconocía el protagonista busqué por Google hasta lograr saber de Andrei Biely y de su novela Petersburgo. Obvio que no se molestará porque le has dado actualidad a personas que como yo, lo desconocíamos.
    “Quién sabe si Apolón Apolónovich no merece un punto de compasión que a mí misma me cambie.” Esta frase tuya me dejó pensando, la supuesta rendición que nosotros provocamos en otros también ¿necesariamente nos afecta?, es decir, para cambiar a otros, nosotros debemos cambiar y, ¿dónde queda entonces nuestra esencia?, porque si para ayudar a otros vamos cambiando ¿quiénes somos en realidad?
    Abrazos Fackel

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    1. Interesantes preguntas de las que me hago cargo pero no obtengo ni proporciono respuestas, salud, Tatiana. Respecto a la esencia (o esencias) de uno permíteme que sea absolutamente escéptico. Nos pasaremos toda la vida dándole vueltas a la conciencia y poniendo nombres y apellidos a espacios de los que no sabemos cómo y dónde residen dentro de nosotros. Tal vez tampoco tiene mucha impòrtancia quiénes somos.

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  7. "Un castigo a tiempo puede ser una salvación" em recorda allò d'"una bufetada a temps educa"... jo tinc molt mal record de les dues bufetades que vaig arribar a rebre de petita.

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    1. Sobre asociación de ideas de cada cual no opino. Hay un refrán análogo: Quien ve te quiere te hará llorar, yo lo odiaba.

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  8. Fáckel:
    no he leído esa novela, ni tenía la menor idea.
    Salu2.

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