domingo, 23 de octubre de 2022

Trance

 


Solo a ti se te ocurre enamorarte de un poeta. Son sus versos los que me enamoran, Marina. Pero corres riesgo si él te sigue la corriente. No olvides con quién estás casada. Por supuesto, lo tengo en cuenta, pero la palabra que sale de sus manos, y no te digo cuando es emitida por su boca, es demasiado seductora. No sé resistirme. Tienes que valorar el peligro, Varvara. Una no puede ir por ahí ignorando que en la vida hay que elegir a tiempo. Tú tuviste el tuyo y preferiste la seguridad. Confórmate con leer la obra del artista, mientras se la dejen publicar. No sé si podría conformarme con asistir a alguna de sus recitaciones, Marina. La proximidad de su presencia y la manera melodiosa y sin embargo enérgica como vocaliza el poeta es extremadamente tentador. Tú no le has visto, pero cuando declama hace paradas y mira al público, le interroga. Hace de sus versos un puente entre los hombres y su destino. Que imagino que es el suyo también. En el recital al que asistí tenía ojos largos solo para mí. Tú ensueñas, Tatiana. Conozco de sobra las miradas de los hombres. Son como una red de pesca o una trampa para incautos. Las suyas eran diferentes, Marina. El poeta depositaba en mis ojos su misma poesía. Cuanto había detrás. Su pasado contradictorio, la insatisfacción de su presente, el miedo a perder el sentido de sus horas y sus días. Había algo más que poesía en aquella entrega pública. Como si lo escrito y lo pronunciado en ese momento complementaran la oscura y triste luz que el hombre emitía. Sí, había un hombre que se buscaba al otro lado de las palabras. Estás a tiempo, amiga mía. Si él siente que le respondes, ya no solo que le escuchas, te buscará también al otro lado de ti misma. ¿Qué harás entonces? No sé, Marina. Tal vez tenga que elegir. Acaso dejarme llevar por encuentros lóbregos y sinuosos. Este poeta, este hombre, no es ni un poeta ni un hombre como cualquier otro. O yo no soy la misma y él se ha revelado como lo inesperado. Fue al escuchar de su boca aquellos versos que urgían socorro...os invito a todos a que vengáis / a mis palabras / ¿Quién se atreve a habitar en ellas? / ¿Quién de vosotros sabrá hacer suya mi mirada? cuando me sentí interpelada. Varvara, el poder de la palabra de un poeta es también la flaqueza de quien la recoge. ¿Por qué te predispones al peligro? Si asumes la llamada del poeta debes medir el desafío que puede partir en dos tu vida. No será fácil acertar en un juego de vidas paralelas. ¿Acaso desconoces que tu poeta empieza a ser un poeta maldito? ¿Y que no está bien visto por otros mediocres que envidian tanto el acogimiento de que goza como su actitud indócil? ¿Crees que tu marido, el reconocido camarada comisario, va a aceptar lo que también para él supone un trance que os abocaría a todos al infortunio? Entiendo tu preocupación hacia mí, Marina, pero ¿para qué sirven la voz y la palabra de un poeta si no es para trastocar nuestros mundos?



*Kuzmá Petrov-Vodkin. Chica con un pañuelo rojo.

29 comentarios:

  1. No sé si será suficiente con saber recitar, ni siquiera con saber escribir los poemas. Eso para aventaja con la novedad al comisario y su mano blanca. No digamos con la mano negra. Vaya , pero hay wue i tentarlo.
    Me he perdido ña relación con la obra del cuadro.
    Abrazoo

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    1. A veces lo suficiente ya es mucho. En otros casos a los humanos les vence el ansia.

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  2. Para eso está la fuerza de la palabra, para derrumbar muros.

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    1. También se usa para levantarlos; mira alrededor: la demagogia ad hoc en vez de clarificar dificulta entendimientos.

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  3. Hasta los poetas malditos están bien vistos, entonces ¿por qué le llaman malditos?

    Saludos

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    1. Hoy día, sí. Pero en otros tiempos había poetas como había activistas políticos que no eran aceptados por la sociedad autodenominada bien pensante, ¿no?

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  4. Un poeta si no es maldito no es un buen poeta. ¡Ah! y pocos hay que sepan seducir con la palabra.

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    1. No sé. Creo que hay muchos poetas que son canela fina y no han tenido el sobrenombre de malditos. Pero la seducción de la palabra está ahí. Naturalmente, hay palabras (discursos) que mejor que no se emitiesen. Al final, todo reside en lo que la gente quiere escuchar. Pero mi balance vital es que me han seducido, descubierto e impresionado más ciertos poetas que los políticos al uso. Por ejemplo.

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  5. Ay los poetas... Sin embargo hay personas, épocas y países que no respetan el romanticismo... Seducir y dejarse seducir da aliciente a la vida y si se está en eso, debe dejarse llevar, quizá merezca la pena. Quien no se arriesga no pasa la mar...

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    1. Pero como en todo hay un límite y debe verse y controlar. De lo contrario puedes entrar en terrenos peligrosos. El romanticismo como corriente literaria y no literaria en el XIX, y eso lo conocerás tú mejor que yo, tuvo un alto grado de creatividad y expresividad, pero en el terreno de las ideas difundió y consolidó un idealismo, que ya venía de antes incluso, que sirvió para sublimar teoría políticas y sobre todo prácticas políticas que aún colean en exceso, y algunas reverdecen. Pero las cosas fueron así.

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    2. Como en todas las épocas, el romanticismo tuvo cosas magníficas y consecuencias funestas. Curiosamente, las mejores nacieron como reacción a lo que había antes, una sociedad encorsetada por los valores morales asfixiantes y un mundo regido por el Antiguo Régimen. Ahora bien, allí nació también un individualismo feroz y los nacionalismos... En la historia siempre ha sucedido que los poderes se apropian de las novedades para derivarlas hacia intereses económicos, religiosos y políticos (todo junto). Por desgracia.

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    3. Tal vez lo que hay que valorar es la Ilustración -¿ya se generaron entonces algunas ideas que más tarde tendrían éxito en toda Europa y sobre todo en países que no tenían aún constituidos Estados únicos?- y repensar la vigencia de una nueva que supere conceptos trasnochados. Y más cuando tenemos claro como nunca -aunque hay gente muy ciega- que los problemas del planeta nos incumben a todos, desde el lado climático al económico, pasando por la superación de políticas que limitan y reducen egoístamente en lugar de mirar hacia adelante. Los poderes se apropian de los nuevos conceptos pero o bien los arrinconan o los traducen a sus intereses, y para ello cuentan con pepegrillos en gobiernos por doquier.

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  6. "¿para qué sirven la voz y la palabra de un poeta si no es para trastocar nuestros mundos?": per sorprendre i pertorbar, que deia Oscar Wilde, o per mossegar, que deia Kafka. La poesia és feta per enamorar, en tot cas!

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    1. Por supuesto que la poesía tiene su grado de seducción, cualquier tipo de poesía, pero no es sino el medio para ir más allá del deleite. Incluso es expresión reflexiva. No se trata de repetir palabras bonitas y bien colocadas en unas frases/versos sino que tengan intención más honda. Prefiero la poesía del poeta que ahonda en sí mismo al de los cantos al exterior, ya sabes, lo épico y declamatorio que enerva al hombre masa. Pero naturalmente a veces, o en muchos casos, hay dificultad de comprender lo expresado por el poeta íntimo, no digo ya al maldito, que no acaba uno de saber qué fue.

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  7. No siempre ocurre, Fáckel, que vayan al unísono las palabras del poeta y la declamación de las mismas. Hay recitadores que multiplican el efecto de un poema. En cambio hay poetas que, si declaman sus versos, los "destrozan".
    La verdad es que no estoy muy acostumbrado a "escuchar" poesía. La leo. A veces hasta pienso que si escucho un poema en voz de otra persona va a dejar de gustarme. Sí he escuchado a poetas recitar sus poemas, y, ya te digo, no siempre vale la fórmula.
    Salu2.

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    1. Eso que dices y que comparto lo he comprobado cuando he tenido ocasión de escuchar en vivo o en grabaciones a grandes poetas. Poetas cuya escritura era arquitectónica y sin embargo al escucharlos eran sosería total. Yo prefiero escuchar mi propia voz interior al leer poesía, poner entonaciones, repetir cuantas veces haga falta, parar o silabear. Y me sucede como a ti. No he asistido, teniendo oportunidad, a muchas recitaciones incluso de gente joven (que muchos no se leían a sí mismos nada bien) Y prefiero la lectura, así que te comprendo.

      A veces curioseo por vídeos o grabaciones de internet. Incluso me dejo atrapar por el estilo de pronunciación y énfasis particular de autores. Si tienes ganas y oportunidad escucha este poema impresionante, a mi modo de ver, de Octavio Paz.

      https://www.youtube.com/watch?v=VrU_kLxW6xI

      https://www.youtube.com/watch?v=xn4KeUQkEV8

      Y si puedes escucha y a la vez sigue el texto:

      https://www.poesi.as/op17058.htm



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  8. Qué mirada más decidida tiene la mujer de la fotografía, casi ya nos avisa de que no habrá indecisión en lo que nos vas a contar.
    Estoy de acuerdo con Varvara, vivir acorde a lo que te dicta tu corazón es una bella forma de rebeldía, ignorando los dogmas que se te han metido en la cabeza y siguiendo tu propia iniciativa es raro que te equivoques, y si lo haces, al menos es tu responsabilidad y te evitas caer en la tentación de culpar a otros.

    Abrazo

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    1. Ya, pero ¿no conviene valorar los riesgos? El amor pasional es atractivo pero también pasajero, ¿o no?

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    2. La pasión no tiene que ser necesariamente pasajera, puede ser una forma de apreciar la vida y ponerla hasta para hacer un cocido de garbanzos, si está dentro de ti.
      ¿Hasta dónde llevará su pasión la protagonista? ella sabrá, no hay riesgo cuando estas dispuesta/o a asumir las consecuencias de tus actos, creo yo.

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    3. Pues no sé si es lo que dices de los garbanzos (por otra parte, tengo pasión por ellos) Cada vez me convenzo más de que los humanos vivimos justificándonos para tener cierto sentido de lo que hacemos.

      La pasión de la protagonista, sabiendo qué marido tenía y en que tiempo histórico y lugar vivía, era sumamente de riesgo.

      Salud para el día, Ana.

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  9. ¡Qué peligrosos eran los poetas!

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    1. Ciertos poetas, solo ciertos poetas. Incluso en sentido inverso. ¿No era Mao poeta, o al menos se deleitaba en su poesía? Pero esto es harto discutible.

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  10. ... Solamente he escuchado a un poeta famoso, recitar sus poemas, y era un verdadero desastre. Prefiero siempre leerlos.

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    1. Antes de que la humanidad tuviera alfabetización -esta estaba reservada en culturas antiguas y creo que hasta no hace mucho a élites- el papel oral fue fundamental. Los narradores, vates, etc. La memorización y la reelaboración de las historias fue un largo proceso. Aún de la Ilíada o la Odisea hay textos en prosa y en poesía, digamos. Los que afortunadamente hemos nacido en tiempos más "educados" precisamos y preferimos la lectura de poesía porque así asimilamos mejor, leemos y releemos. Escuchar a poetas tiene el encanto de saber que quien pronuncia es quien escribió lo que dice. Pablo Neruda siempre me pareció soso y monótono. Octavio Paz me gusta porque mide la dicción como mide las palabras escritas. Gonzalo Rojas, al que he escuchado en vivo, también controla y siente lo escrito. Etc. etc.

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  11. A verdade escondida nos poemas... Há quem os viva totalmente e consegue que o público viaje....
    Há quem não os entenda...há quem os ignore por completo...
    É sempre um ponto de interrogação.
    Interessante....
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. No toda clase de poesía es entendible para cualquiera. A veces justo solo para el autor. Daría para mucho el debate.

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    2. Hay verdad escondida en los poemas; hay mentira exhibida en los poemas; los poemas son intermediarios entre nuestros dos rostros.

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  12. Para mí la poesía solo debe ser recitada por actores de teatro o por actores de doblaje. Si es el propio poeta el que la va a recitar que se entrene antes con la dicción, las pausas y la respiraciòn. De otro modo es un desastre. He asistido a unos cuantos recitales poéticos. He disfrutado de escuchar algunos poemas bien recitados. Otros poemas, aunque eran buenos se convertían en un desastre si eran mal recitados. Algunas veces he recitado. He usado las técnicas que aprendí cuando estudié (e hice) algo de teatro.

    Pero bueno... sí puede pasar que un artista (y más si sabe hablar) te seduzca con sus palabras, con su mirada y con su energía...

    Has descrito muy bien el eterno conflicto entre seguir una vida estable pero que ya no promete felicidad ni placer o arrojarse a la aventura a pesar del peligro.

    El placer que nos hace felices pero que puede llevarnos al infierno o la evitación que nos mantiene alejados del placer y de la felicidad, pero nos preserva del caos, del riesgo, de la destrucción. ¿Cuál es el camino? ¿Pero cuando esto ocurre, acaso podemos elegir?

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    1. Sobre la recitación por actores: he escuchado en grabaciones de internet a actores que no me han gustado un pelo. Incluso actores, son para mí una minoría los que resultan naturales. Hay engolamiento, entrenamiento, cadencias artificiales...Así que sigo solo mi voz interior (la exterior ya muy cascada, y lo digo porque de niño y joven era declamador y lector en público de textos varios, incluidos los del cristianismo, que a veces me gustaba alterar de mi cosecha)

      Y sobre la vida estable: estabilidad, seguridad y garantía nunca han estado plenas. Ni mucho menos. Hoy menos que nunca. Pero la lucha por la vida está ahí.

      Una de las interlocutoras dice al final: trastocar los mundos. Hay idealismo por una parte y hay ganas de acción (no sé si esta solo voluntarista sirve para mucho) en el mensaje. Los mundos se trastocan por su propia inercia. Hoy la inercia es más mundial que nunca. Siempre ha habido influencia en los movimientos de civilización, culturales, políticos de zonas alejadas sobre otras. No hace falta hablar mucho sobre el tema para ver cómo funciona hoy la riqueza y la pobreza de las naciones, como decía el historiador David Landes.

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