Protegido, y acaso purificado, por milenios oceánicos el guerrero no había perdido un ápice de su potencia simbólica. Es Poseidón quien ha velado por él, dijeron los creyentes del mito. Son las oquedades de allá abajo, que saben cuidar a quienes consideran hijos del cielo y de la tierra, comentaron ciertos esotéricos. Es el material broncíneo tan puro de que está hecho, apreciaron los que solo se reconocen en la ciencia y valoran el conocimiento. Cuando una voz proclamó tenuemente que había sido cosa del azar todos los demás asintieron, sin que por ello cesaran en sus particulares interpretaciones. Al despojar al guerrero de la pátina del tiempo sumergido se mostró en su majestuosidad total. Fue entonces cuando comenzaron las discrepancias sobre el significado de la estatua. ¿Se trataba de un guerrero realmente? ¿Acaso de una divinidad? ¿Un héroe? ¿Un atleta? Ah el misterio seductor de las viejas obras que no documentan claramente por sí mismas ni su origen ni su destino. ¿Para evocar qué había sido fabricado este barbado tan detallado como exuberante en su virilidad? ¿Qué espacio público había ocupado o iba a ocupar? La inmersión bajo las aguas, ¿había sido motivada por un naufragio? ¿Fue expulsado de tierra firme por una cultura monoteísta posterior? Los antiguos enigmas se proyectan en el tiempo.
Al escuchar la estatua la polémica latente entre los modernos no pudo por menos que sonreír. Ni siquiera su exposición en un museo revelaba más de lo que habían avanzado, con sus diferencias, los investigadores. Fue aquella niña que deambulaba a su aire por la sala la que sospechó que el hombre de bronce tenía vida.
La niña, en su juego circundante, advirtió primero que la cabeza del personaje se movía pausadamente. Después, que esbozaba una mueca afectuosa. Más tarde que aquel pulcro tocado de cabellera y barba barba emitía un aroma que no era percibido en el resto de la sala. Incluso tuvo la sensación de que el pecho musculoso y armónico se contraía y se expandía en un ejercicio moderado de respiración.
Sé quién eres, dijo la niña al barbado. ¿Quién te parece que soy?, replicó él divertido. Eres un hombre de carne y hueso pero para los que te salvaron y te colocaron aquí eres una copia de algo que no saben.
El interlocutor emitió una carcajada recóndita que, no obstante, llegó a la chica. No vas descaminada, niña. Te diré algo que no pienso revelar a los demás. Yo soy el artista que ha hecho esta copia de sí mismo, pero me oculto tras uno de tantos personajes que puedo ser. Porque cualquier persona ansía siempre ser otra persona de la que es. Incluso más perfecta, que sienta más de lo que siente, que disfrute más allá de sus límites.
La niña le escuchaba boquiabierta, sin entender del todo, pero no le interrumpió. Pero ser otro solo es posible a través del juego o del arte o de los relatos que, para el caso, todo es lo mismo. Si yo quiero ser atleta o héroe o dios fabrico un atleta, un héroe, un dios.
La niña no acababa de comprenderle, porque ignoraba no solo gran parte del mundo de los adultos sino también el de los escultores, y más de los artífices antiguos, pero algo captó. ¿Quieres decir que yo también puedo llegar a ser alguna vez no solo una mujer viva sino cualquier otro personaje de la historia y llegar a convertirme alguna vez en una estatua? Me gustaría. Podría ser, replicó el hombre de bronce, pero para llegar a ser estatua como yo hay que haber vivido mucho y haber sentido las ganas y el placer de la vida. Y haber sabido expresarlo.
Aprovechando un descuido del vigilante de la sala la niña pellizcó un pie de la estatua. Solo ella percibió una pequeña convulsión en el tobillo del guerrero. Y se asustó.
* Bronce de Riace. Expuesto en el Museo Nacional de la Magna Grecia, de Reggio Calabria.
Siempre escuché a mis mayores que los extremos se tocaban, a lo que añadiría: “cierto, pero cada cual desde su rincón”.
ResponderEliminarLos puntos de contacto están en los polos más alejados, tierra u océano de por medio.
EliminarLa percepción de la realidad de algunas cosas solo es posible en los niños y los locos. Quizás por eso a los niños y a los locos no se les ocurre erigir una estatua.
ResponderEliminarHay locos que se burlan de las estatuas y niños que juguetean alrededor de ellas, pero debe ser que ambos las ignoran. Aunque creo que solo las reconocen si las personifican.
EliminarSiempre he dicho que El Escriba Sentado tiene un halo de vida...
ResponderEliminarSalut
Por supuesto, tan concentrado y expectante a que le dicten o a que rindan cuentas...
EliminarMejor no ser estatua.
ResponderEliminarPues hay cada individuo rígido por ahí...
EliminarCuestionable fórmula para perdurar... Camuflado como estatua para la eternidad! Me gustó ese diálogo con la inocencia de la niña. Un abrazo
ResponderEliminarYa sabes, los artistas fantasean.
EliminarBienaventurados sean quienes observan la "realidad" y la interrogan con ojos de niño, porque esta les responderá con la misma transparencia con la que es preguntada...
ResponderEliminarMe has hecho pensar en la diferencia en la que podríamos ver un museo o cualquier otra cosa, yendo primero solos a verlo y volver después con un niño o una niña o ambos o muchos prestando atención a sus preguntas y a sus conclusiones... Pienso que nos sorprenderíamos... para bien...
Abrazo
Sin duda, pero dejándolos a su aire, sin que les condicionemos. Mi hija de pequeña se puso a jugar con la cara de uno de los sepulcros antropomorfos fenicios del museo de Cádiz y se llevó una bronca del vigilante de lo más chunga. Percibí una sonrisa por parte del barbudo tallado en piedra de comprensión con la niña.
EliminarEsta historia de museo con niña me ha encantado, porque me gusta jugar con ellas, las niñas, y las obras expuestas en los grandes museos. Todos, tal vez, queremos ser otro, a pesar de lo bien que se nos considere
ResponderEliminarUn abrazo
Lo interesante es dejar que los niños nos expliquen sin que les condicionemos. Qué perciben, qué creen estar viendo, qué les dicen los objetos expuestos.
EliminarEs probable que cualquier parecido entre él y la figura fuera pura fantasía y otra niña le dijera : ¿ donde vas chaval, pelín exagerado no?
ResponderEliminarY la tiró al mar...
Luna
Podría ser, lunera. Uno quiere ser lo que no es, al menos en alguna faceta. En inteligencia, en porte, en simpatía, en profesionalidad, en guapura, en capacidad seductora, no sé, pero conviene controlar esa tendencia porque se puede rozar lo patético.
EliminarEl mar ha acogido tantas obras y tantas vidas...
Muy original, hermosa y "hasta posible?...", la bonita historia-relato, que te ha sugerido la estatua.
ResponderEliminarBuenatarde.
Claro, la ficción siempre llega para paliar la carencia, y para alimentar los misterios. Buona sera.
EliminarEste era sin duda un atleta, porque lleva cinta. He mirado otras fotos, para lo de la virilidad mas que nada, y de cuerpo entero parecen mas atleticos. Desde luego que serian objeto de semejanza de cualquiera, incluso del que los creo. Viendo los ojos y la boca, parece qie haya un señor dentro; da un poco de yuyu. Si fuera el caso se trataria de una armadura de poca movilidad, o quizas cuando se hizo, era de un metal distinto del bronce, desconocido para nosotros, que sí que tenia movilidad y era como una segunda piel.
ResponderEliminarCuando la niña vuelva de mayor , y se quede sola con el señor estatua, veremos si le pellizca el pie. Hala! Ya lo he puesto. ¿Era esto lo que querias que pusiera, no?
Abrazoo, fackel
Sí, he dejado al otro, al mayor, pobre. Pero venía mejor el singular que el plural para la historia. Ambas esculturas aparecieron en proximidad submarina, el susto que se llevó el submarinista que las encontró fue mayúsculo. Son dos obras griegas perfectas y si has leído hay una amplia diversidad de interpretaciones. La Magna Grecia fue un tesoro cultural de gran intensidad.
EliminarSi vuelve la niña de mayor seguro que el guiño es otro.
El que más y el que menos lleva dentro de sí una idea, una "escultura", de uno mismo idealizada en la que nos imaginamos perfectos de alguna manera. Como nuestro guerrero. Un bronce admirable.
ResponderEliminarUn saludo y buen finde.
Pues sí, cada cual se convierte en una especie de ídolo cuando idealiza. Algunos se adoran demasiado y pierden la identidad. Aunque sobre eso de la identidad personal y el ser tengo soberanas dudas de lo que puede ser.
EliminarInquietante y algo asfixiante la idea de ver el mundo desde dentro de una estatua. Aunque queda claro que si aspiramos algún dia a la inmortalidad a través de una estatua propia, tendremos que ser o bien una celebridad o un artista egocéntrico! Saludos!
ResponderEliminarLas estatuas vivas de los ególatras duran lo que dura su existencia efímera. Debían ser conscientes en la Antigüedad los mandatarios que se las hacían erigir en piedra o en bronce de su vita brevis, aparte de que era una forma de imposición como cualquier otra a las masas. No solo en la Antigüedad: el caso lo hemos tenido aquí hace hace pocas décadas. Saludo, Marifé.
EliminarLos acabo de ver por Google y son una belleza. Maravillosos bronces. Dos cuerpos atléticos bien formados y divinamente trabajados...Siguiendo con el comentario, la niña entabló un diálogo que solo un infante puede lograr. Los niños tienen esa infinita capacidad de crear y de participar de los devaneos de la imaginación. Neruda decía: "El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta". Los artistas son niños, juegan con los colores y las formas. Los escritores también, porque juegan con las metáforas. En realidad, todo aquel que tiene en sus ojos la creación, es porque no ha perdido la capacidad de soñar y crear mundos paralelos y maravillosos, entonces, sigamos fantaseando y dejando que la imaginación nos lleve lejos de la realidad.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Muy sabia la cita de Neftalí Reyes Basualdo. No puedo por menos que ratificar el criterio que tienes al respecto. Unas reflexiones muy sesudas las tuyas. Y, en efecto, las esculturas de Riace son imponentes. Te voy a pasar otro enlace para que veas la labor de divulgación que se realiza en Italia en torno a la arqueología, el arte antiguo, los museos.
Eliminarhttps://archeologiavocidalpassato.com/
Me deja asombrado y con una envidia enorme.
Está claro que tengo alma de niño.
ResponderEliminarLlámalo como quieras, pero creo que el sistema intelectivo emocional que teníamos de niños lo seguimos teniendo hasta el fin. Encauzado con arreglo a las edades y a los límites. Es una gozada.
EliminarEste relato de la estatua y la niña me ha encantado, has puesto todos los ingredientes para que se lea con entusiasmo hasta la última palabra.
ResponderEliminarNo sé, pero es que me viene de la niñez la atracción por hablar con lo que comúnmente muchos llaman "seres inanimados", por ejemplo, piedras, ruinas, paisajes, edificios, estatuas, canicas...Gran error denominar inanimado a cuanto no es humano. Porque además, hay que ver cuánto humano sin ánimo pulula alrededor. Espero que sigas bien, Ana.
EliminarYo hablo con las plantas, los animales, los objetos "inanimados"... todo lo que llama mi atención y me inspira a decirle algo.
EliminarCuriosamente como dices, hay personas que en nada me inspiran a establecer comunicación, hay más vida que la humana y además creo que hay alma en todas las cosas, me parece que los indios americanos lo llamaban manitou.
Todo bien, gracias por preguntar, seguramente empiece a escribir en el blog.
Buena tarde, besos!!
Aunque habría que precisar sobre esos diálogos. En parte pueden ser preguntas sin respuesta, en parte respuestas que queremos escuchar, en parte desahogos nuestros, en parte ir con la imaginación a mundos sobre los que no tenemos mucha base para precisar, etcétera. Ya sabes que soy un escéptico cuando no descreído sobre ciertos términos -alma, por ejemplo- que hemos heredado e tiempos antiquísimos, cuando la comprensión del mundo era más reducida y además tendemos los humanos a apropiarnos de vidas ajenas -de los animales, plantas, minerales, etc.- pero entiendo el significado que otorgas.
EliminarPues ánimo, y a prospectar y pasarlo bien escribiendo.
Esa sería una muy interesante forma de inmortalidad...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Imaginación que no falte, ya que algún día faltaremos. Saludo.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarrelalmente imponente esta estatua: fiereza, orgullo, fuerza, energía.
Salu2.
Si miras en internet Guerreros de Riace verás la historia del descubrimiento de esta y otra escultura análoga. Espectaculares.
EliminarLes he echado un vistazo y son realmente grandiosas.
Eliminar¿A que sí? Producto de la Magna Grecia.
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