lunes, 12 de julio de 2021

Tras la última noche con Gerda (Serie negra, 6)

 


La dejé apacible. Me habían llamado para cubrir una operación de tropas cercana y salí de madrugada. No sé quién tiene más obsesión por capturar imágenes, si yo o ella. De hecho hay infinidad de tomas que no sabemos ninguno de los dos quién las hizo. ¿Tiene eso alguna importancia? Ayer Gerda se encontraba exhausta y es mejor que se haya quedado. Cuando despierte rabiará. Me llamará oportunista, infiel y otras pestes, y se calmará. En esta funesta guerra hay oportunidades para la leica a todas horas. Antes de partir me he quedado un rato contemplándola. Qué hermosa durmiente. La postura en escorzo de su cuerpo hubiera sido una pose sugerente para un pintor barroco de los que han abundado hace siglos en este país roto. Me conmueve su abandono al sueño. Ha mascullado algunas palabras, ininteligibles, intranquilas. De vez en cuando cambiaba de posición con cierta violencia, y se retorcía como si toda ella fuera parte de la arruga de las sábanas o de su pijama. No me imagino que su piel juvenil, tan tersa y delicada, pueda verse estriada y reseca dentro de unos años. Aunque vete a saber dónde estaremos de aquí a unos años, con esta vida tan insegura como azarosa que llevamos. Apasionante sí. Por eso aprovechamos nuestros encuentros. No he levantado la mirada de Gerda mientras dormía. Ella también suele observarme a mí. Una vez desperté mientras su rostro dulce parecía cuidarme como un ángel. Pero hoy me siento extraño. ¿Y si no la volviera a ver? ¿Y si la partida al frente me tiene deparada una sorpresa maldita? O bien a ella, que le gusta ir a su aire. No solemos pensar en las desgracias personales. Si lo hiciésemos nos faltarían arrestos para hacer nuestro trabajo. Y un arrojo con precaución es parte del oficio. ¿Cómo pararnos a pensar en el riesgo cuando una situación nos pide que hagamos de notarios de la historia? La gente a la que apoyamos se lo merece. Ese tiempo que he dedicado a admirarla, que me ha hecho sentirme enamorado de la mujer yacente tanto o más que de la activa, me ha sorprendido. No soy dado a conceder patente de creencia a las intuiciones. Soy más bien de reflejos, porque evidentemente el día a día hace que agudices instintos. Pero esa sensación nerviosa que he tenido al acariciar su costado antes de irme me ha dejado preocupado. A veces me hago preguntas. Ambos participamos de mil preguntas y buscamos justificar nuestros actos con mil respuestas. Las respuestas nunca están en nuestra mano, suele decir Gerda. ¿Por qué estamos en este país que antes jamás habíamos conocido? ¿Qué nos reclama? ¿La justicia maltrecha para que hagamos lo posible por restituirla a los legítimos? ¿La defensa de los miserables? ¿Nuestro carácter aventurero? ¿Todo lo que está sucediendo en nuestros países de origen? Ay de nuestros países de origen. Nosotros que somos apátridas. Que no reconocemos otra patria que la Humanidad, dice Gerda. Pero hoy la Humanidad está aquí, por eso estamos nosotros, y por eso hay gentes de todas partes que hacen causa con este país. ¿Será suficiente? He recordado estas conversaciones y he salido con cautela de la habitación. Me llevo en el corazón el sueño de la durmiente.





(La fotógrafa Gerda Taro en imagen de Robert Capa)

33 comentarios:

  1. Voy a decantarme por el oficio de ambos, el de Robert y el de Gerda.
    Una imagen vale más que mil palabras, se suele decir, y ciertamente si no fuera por personas como ellas, no tendríamos ni idea de lo que sucedió en realidad. No es lo mismo que te expliquen que eran los crematorios que si lo hacen con una foto delante.

    Quizá por ello, escucho con más atención a Arturo Pérez-Reverte que a cualquier director de informativos. Él vió matar y morir a mucha gente y de la manera que lo hacían, mientras que el director de informativos, dependiente de una empresa con una línea editorial, dirá la manera en que se ha de enfocar la noticia.

    PD: Tengo mucho interés en ver como La Tuerca enfoca la noticia de los "contra-revolucionarios cubanos" .
    Salut ¡

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    1. Yo intento escuchar -leer- a historiadores competentes, aunque no hagan literatura fácil, porque si no no me quedo a gusto. Y no me fío de cualquiera. Por cierto en marzo murió Jorge Martínez Reverte, menos aparente que el Arturo, y no tiene relación familiar con él, y había trabajado muchos temas relacionados con la guerra. Ignoro la veracidad que puede transmitir un comunicador como Arturo Pérez-Reverte, que sé que cautiva a mucha gente por su estilo descriptivo y su tono categórico.

      Bueno, cada cual busca sus fuentes de interpretar la historia.

      Sobre lo del PD. yo no tengo ningún interés, nunca he seguido ese medio, como no sigo tantos otros que van de portadores de la verdad de quien les unta pero por el lado extremo opuesto.

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    2. Sobre Arturo Pérez Reverte:

      Pérez-Reverte presentó su dimisión a TVE, en abril de 1994, al enterarse de que se le pretendía «abrir expediente por justificar gastos en zonas de guerra con facturas falsas», acusación basada en unas líneas de su novela Territorio comanche. En su dura carta al director de TVE, Ramón Colom, Pérez-Reverte lo invita a leer el libro «con detalle» para comprobar que no hay base para el expediente, y dice tener la impresión de que este, al que considera «una majadería», está inspirado por gente que «actúa con mala fe y pretende tomarse la revancha por unas alusiones que no les gustan». La carta de renuncia terminaba así: «Que os den morcilla, Ramón. A ti y a Jordi García Candau».
      Las guerras yugoslavas están muy presentes en las obras de Pérez-Reverte como Territorio comanche y El pintor de batallas. (El Sitio de Sarajevo fue una crónica espeluznante del autor)
      Tal como expuso en Territorio comanche, se despidió asqueado debido a la falta de medios y por la politización de la televisión. Como corresponsal de guerra, había cubierto conflictos armados en Chipre, Líbano, Eritrea, el Sáhara, las Malvinas, El Salvador, Nicaragua, Chad, Libia, Sudán, Mozambique, Angola, el golfo Pérsico, Croacia, Bosnia, etc. Aunque de todas ellas, la Guerra de Eritrea de 1977 lo marcó especialmente (la cita en varias ocasiones en sus artículos y en su novela Territorio comanche), en la cual anduvo desaparecido varios meses y consiguió sobrevivir a duras penas gracias a sus amigos de la guerrilla; en esa ocasión, aunque no da detalles sobre el hecho, dice que hubo de defender su vida con las armas.

      PD: Ahora creo, entenderás porque cito al cronista de guerra, no al autor de Capitán Alatriste.
      Salut

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    3. Desconocía esta información. Vaya tela si las cosas fueron tal cual. Cuántas miserias, envidias, rencillas y cuentas pendientes hay por los efímeros estamentos de poder.

      Sobre el tema Sarajevo tengo en buen aprecio el libro "Sarajevo" de Alfonso Armada, con fotografías del gran Gervasio Sánchez. Recomendable ¡y muy doloroso!

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    4. https://www.casa-mediterraneo.es/alfonso-armada-en-sarajevo-el-teatro-adquirio-una-dimension-casi-epica/

      https://www.rtve.es/play/videos/imprescindibles/imprescindibles-gervasio-sanchez-testigo-guerra/5487472/



      Por si le ves interés, amigo.

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  2. Observar a alguien que duerme es dejar abierta la puerta a la imaginación de quien mira.

    Por las disquisiones que se pueden plantear. Buen ejercicio. Un abrazo

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    1. Vaya frase, en efecto el voyeur de un dormilón ¿intenta penetrar en los sueños de este? Por ejemplo.

      Imaginemos, también la imaginación sirve para respetar y tolerar.

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  3. Se hace difícil imaginar ese cuerpo relajado de una mujer hermosa, aplastado por un tanque a finales de Julio de 1937. Moría así la Robert Capa A.
    Robert Capa B, llegaría hasta 1954. Pisó una mina en Laos. Parece que llevó hasta las últimas consecuencias aquella máxima que se le atribuye:
    Si tu foto no es suficientemente buena es porque no te has acercado suficientemente al sujeto u objeto

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    1. Siempre creí que Capa había muerto en Vietnam, entonces Indochina de los franceses, y esa frase es francamente inteligente sobre todo dirigida a un corresponsal de guerra. Los ha habido de raza, como se diría ahora, Gerda Taro lo era también y acaso más, a tenor de muchas fotos done ella aparece oliendo la pólvora.

      Parece ser que hay otro tipo de pseudo corresponsal que acude a las ruedas de prensa del departamento de propaganda de un ejército y difunde las noticias que le pasan. Pero mejor no entrar a valorarlo, nada que ver con los que se han jugado o juegan aún la vida.

      La pobre Gerda tenía 26 años cuando el accidente. El otro día leí por azar un titular en internet de un digital...califícalo tu mismo...titulado El Español: "Fotógrafa, roja y pionera: Gerda Taro fue a la guerra y la mataron los suyos". Me pareció un titular miserable, no solo equívoco, pues está claramente posicionado y con mala saña.

      En fin, ya vemos la clase de prensa que cunde por la red como voces de sus amos.

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    2. Solo una notita al dorso, sobre la frase de Capa. Yo, como fotógrafo y aunque no he sido nunca reportero y menos bélico, discrepo. Precisamente en ocasiones (muchas) al acercarse al sujeto/objeto, se produce la primera de las manipulaciones y que no es menor. Acercarse supone aislar (y esconder para el observador) el entorno y contexto de la escena.
      Es la versión gráfica del famoso "fuera de contexto" de muchas frases convertidas en titular y en donde no se explica ni el antes ni el después.
      Es largo; daría para tertuliar largo con un buen café.

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    3. Y si, tienes razón; mis neuronas me traicionan. Murió en Vietnam.

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    4. No tiene mayor importancia para nosotros y ahora.

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    5. Es largo debatir sobre el tema que insinúa la frase de Capa. Pero claro, depende de la verosimilitud que nos ofrezca el corresponsal de guerra -en este caso- y tendríamos que preguntar a Gervasio Sánchez, que tiene cierta experiencia. Desgraciadamente a Couso, asesinado por los yanquis, no podemos preguntarle nada.

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  4. No es por nada pero esta fotografía de Gerda Taro (Gerta Pohorylle la Garbo) no la representa para nada; objeto en la lente, la bella durmiente o el anticipo del eterno sueño que encontraría aquel día en el 37 cuando volvía en coche a su lugar de descanso, al parecer en busca de negativos, después de haber estado en el frente, entusiasmada por las fotos que había podido hacer. Un tanque descontrolado chocó contra el coche donde iba. Su compañero, el después famosísimo Robert Capa, por cierto que el nombre se lo puso ella, creativa, activa, trilingüe e inteligente como era hasta la médula, porque fue ella la que le dio el empujón a la carrera del fotógrafo Endré Ernö Friedmann, se encontraba en París y no de reportero con ella cuando murió. Recuerdo que leí que le pidió matrimonio pero ella no quiso casarse con él y prefirió volver a su trabajo en el frente. Pero nada aquí la tenemos dormidita, nada más lejos de la realidad de lo que fue por mucho que el eco de la voz de su amante la rememore y se enamore de la yaciente más que de la activa. Sí, sí, señor Fackel, discúlpeme, un texto muy interesante, muy estético el suyo pero que, al menos desde mi perspectiva, no le hace justicia a la que fue la primera fotógrafa corresponsal de guerra femenina. ¿Dónde se la ve apretando el gatillo de la cámara? Pero no, no le voy a reprochar la perspectiva, o sí, eso el lo que hago, bueno, me mordería la lengua pero no puedo y le comento, es usted, supongo, hombre, y todos tenemos nuestra propia mirada, como la mirada protectora de su enamorado. Lo lamento, de vedad, dígale a su enamorado sufriente y ensimismado que Gerda ni es cuento, ni bella durmiente, dígale que de una muerte en libertad no hay beso ni príncipe que la despierte. En este enlace la mirada despierte de la Gerda https://www.icp.org/browse/archive/constituents/gerda-taro?all/all/all/all/0

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    1. Yo no iba tan lejos. Primero porque la foto no tiene que ver con el texto ni viceversa. La ficción que hago es solo ficción. Además la fotografía creo que es de 1936 en París y dicen que realizada por Capa. No la vincules con la guerra inmediatamente. Pero en mi ficción me apeteció utilizarlas, sin perversas intenciones, por supuesto. Y luego, discúlpame tú, no he tratado de hacer ninguna justicia ni injusticia con ella, e insisto en que es una recreación sui generis de mi coco. Imagina que lees el texto sin imagen alguna, ¿pensarías de la misma manera?

      Tengo un profundo respeto por Gerda, sé todo lo que parece haber habido de fotografías de uno y otro, no sé si sabiendo con claridad de quién era cada toma, todo eso lo he leído y aún nuevas apariciones nos seguirán sorprendiendo. Y bien, ¿qué hay de malo en que una fotografía tan bonita sea objeto de mis devaneos u ocurrencias? No la hago por eso de menos, ni la resto importancia respeto a su tarea, ni la minimizo. En fin, acaso otro día invente otro texto con ella a pie de cámara. Pero de momento me he creído, por qué no, su amante o alguien que pasaba por allí y se iba, y ya ves, vanas y vagas imaginaciones.

      Me gusta tu párrafo: "Lo lamento, de verdad, dígale a su enamorado sufriente y ensimismado que Gerda ni es cuento, ni bella durmiente, dígale que de una muerte en libertad no hay beso ni príncipe que la despierte". Acaso se lo diga a su enamorado o a mí mismo que me puse en el lugar de este. Y me voy a ver ese enlace que me pasas.

      Gute Nacht, Lieber Freund.

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    2. Guten Morgen lieber Fackel, tienes razón, la asociación de la foto con el texto fue mía y todo lo que me pensé al respecto pues es parte de mis yos y en cierta medida también ficción pero en ningún momento pensé que utilizaras la foto para tu texto con intenciones perversas. Que el texto es ficción es algo que lo tengo muy claro de lo contrario no me hubiese dirigido a su personaje. Saludos cordiales

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    3. Que sí, Esther, que quedó entendido, lo de las intenciones perversas fue una ironía mía. Lo curioso de las fotografías, como de cualquier imagen, incluso las que percibimos en directo por la calle suele implicarnos. Tendemos a una opinión, acaso en base a prejuicios, ideas preconcebidas, idearios o enfoques de la vida, y hablo por mí mismo. Es lo corriente cuando leemos un relato del autor más célebre que sea. Sucede con él lo mismo. Pero eso es así. Ponemos siempre nuestro personal acervo a merced de lo que nos va llegando y así seguimos andando el camino. Guten Morgen.

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  5. La vida de los fotoperiodistas de guerra es muy peligrosa... El final de Gerda fue temprano y traumático...

    Esta "posesión" empático-literaria tuya es muy creativa y las preguntas que haces en el texto acentúan la reflexión sobre el riesgo que comporta ser "notarios de la historia" cámara en mano...

    El hecho de no despertarla (hagamos de la ficción literaria realidad) ¿No obedece a un marcado instinto de protección?

    Parece ser que tampoco los historiadores y los entendidos saben quién hizo cada fotografía, si Endre o Gerda... También, parece ser, que sobre la famosa foto del miliciano existen serias dudas de autenticidad, creyendo algunos que fue una puesta en escena... No lo sé...

    Supongo que la mirada de cada fotógrafo aprecia un innúmero de detalles y no todos los mismos... para "dar vida" futura a un instante o no dárselo...

    Abrazo

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    1. Dices: Esta "posesión" empático-literaria tuya es muy creativa y las preguntas que haces en el texto acentúan la reflexión sobre el riesgo que comporta ser "notarios de la historia" cámara en mano...

      No he podido evitarlo, aunque antes no escribía, de hacer la ficción de ponerme en la piel e otros desde niño. Experiencias de guerra relatadas por mi padre -un hombre cabal que nunca manifestó odio alguno al enemigo y que estuvo en campos de batalla y con efectos graves sobre su cuerpo-, experiencias de gente de retaguardia fanática que nunca se jugó la vida, experiencias de represaliados y topos del franquismo cuya represión se las trajo, experiencias de militantes de la última etapa de la dictadura que machacó a muchos...Todo eso me sensibilizó y ahora, por casualidad, y en base a reflexiones sobre fotos se me ocurre por libre inventar unos limitados y nada pretenciosos textos porque simplemente me quedo a gusto al hacerlo.

      Lo que dices del hecho de nos despertarla...no tengo respuesta porque no acabo de ver clara la pregunta.

      NO voy a entrar en lo que hay de propiedad o autoría de fotos de unos y otros. Lo de la foto del miliciano debe estar ya claro, pero no es un tema sobre el que ahora me apetezca entrar.

      A mí me gustan muchos esas fotos de gente sencilla, hagan vida de calle o estén combatiendo, pero que les percibes como españoles comunes que todos hemos conocido. Por ejemplo, en uno de los libros de obra fotográfica de Capa que tengo aparecen unas cuantas fotografías de milicianos o soldados u otro tipo de gente ¡leyendo periódicos y libros con atención! ¿Por qué no van a ser escenas auténticas?

      Es verdad que la fotografía se presta o a aceptarla a ciegas o a rechazarla por duda. Joan Fontcuberta escribió un libro hace tiempo titulado "El beso de Judas. Fotografía y verdad". Pero el tema es largo y enrevesado y no es objeto de lo que yo pretendo.

      Un abrazo, I.

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  6. Cuántas historias detrás de esas miradas inmortalizadas en fotografías! Serán las que se dieron realmente antes de dar el clic que las eternizó? Seguramente no lo sean pero merecen registrarse igualmente como tales, porque merecen haber sido vividas con tanta pasión. Siempre es un placer leerte.

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    1. Creo que nos pasamos una buena parte de la vida imaginando más que comprobando. Sobre todo en aquello que no nos afecta directamente a cada uno. Ve a saber las miradas cómo fueron, y como no lo sé pues me lo invento.

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  7. Te confieso es tan fea la foto que elegiste que no se que opinar
    Que tengas un bello dia

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    1. Es que me encantan las fotos feas. Buen y hermoso día para ti.

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  8. A Humanidade está presente em qualquer foto... esta capta um momento íntimo, é o desligar da mente...Mas será que se desliga totalmente? Cada foto conta uma história, cada pessoa interpreta-a de maneira diferente.
    Interessante.
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Y por supuesto es algo muy particular identificarse o tratar de comprender a los personajes de las fotografías. Saúde.

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  9. Fáckel:
    esa forma descompuesta de dormir indica que Gerda estaba exhausta y que se sentía segura. ¡Ni la excesiva luz consigue despertarla!
    Mirar dormir a un ser querido tiene algo de pudor porque se te aparece tan vulnerable e inocente, que da sonrojo.
    Salu2.

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    1. Supongo que la confianza allana la osadía de la observación. Saludo.

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  10. Fer fotos a algú dormint pot ser per menyspreu, en el cas de qui parla no ho és, sinó tot el contrari, per això m'agrada molt aquesta entrada.

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    1. Por supuesto que no hay menosprecio alguno, sino admiración profunda. Pensar que Gerda Taro fue víctima de su propio ardor juvenil da una lástima inmensa. Pero que su vida y actividad no fue en absoluto inútil, le consuela a uno.

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  11. Vistos los comentarios anteriores , mejo me callo.
    El texto está muy bien.
    Saludos.

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    1. Anda, ¿por qué? Pero me alegra tu paso por aquí.

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  12. Gracias por haberme conducido hasta aquí.
    Qué bien le has dado voz a Roberto Capa.
    La fotografía es genial.

    Un abrazo, Fackel

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