miércoles, 21 de octubre de 2020

Recordando a Samuel Paty, enseñante de Historia, víctima del fanatismo

 



La libertad de expresión siempre tuvo sus riesgos. Pensábamos que en la enseñanza un profesor que informara de la Historia a sus alumnos o expusiera criterios sobre las manifestaciones contrarias a la razón estaba a salvo. Pero los fanáticos -y las religiones han sido secularmente el medio ambiente donde el patógeno llamado intolerancia se cría- están ahí y no cesan en su violencia. Los del dogma islámico se han crecido dentro de la sociedad francesa. La penetración en la escuela es uno de los caminos para avanzar en la implantación de sus creencias. Buceando en las arenas movedizas de las redes sociales promueven el enfrentamiento con la sociedad laica y constitucional. Aprovechando precisamente los amplios márgenes que una democracia concede. Samuel Paty fue degollado por un joven a cuyo doctrinarismo parece ser que no es ajena parte de su familia y de la autoridad musulmana más cercana.

Siempre corrieron riesgos:

Los que indagaban en el universo y en la vida y difundían el conocimiento.

Los que promovían el análisis de los hechos históricos.

Los que generaban información y metodología crítica.

Los que alentaban el uso de la Razón y una comprensión abierta de los fenómenos del mundo.

Los que adoptaban y defendían actitudes éticas del libre pensamiento frente a los dogmas, el silencio o la pasividad. 

Los que procuraban el bien colectivo y pugnaban por alcanzar, utópicos ellos, tal vez, una sociedad equilibrada y que facilitara satisfacción a las necesidades de todos los hombres.

Etcétera.

No pensemos que el fanatismo es solo propiedad de las corrientes islamistas más viscerales. En España lo hemos vivido de manera virulenta de mano del dogma nacionalista vasco y lo vemos agitándose en otras aguas nacionalistas, no solo periféricas como la catalana, sino en el nacionalismo extremista español. A veces son pequeños detalles, aunque simbólicos y expresivos. El Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, destruyendo hace unos días lápidas de personajes públicos demócratas de la historia del siglo XX. Cuando un organismo público decide tomar una decisión de esa clase es más preocupante.  Mañana, ¿qué se les  puede ocurrir? Esto viene a propósito de un artículo que he leído del reconocido historiador Ángel Viñas en su blog. Me ha proporcionado información y reflexión. Y una conclusión: ¿Quiénes son los que tratan de volver al pasado?

https://www.angelvinas.es/?p=2308



44 comentarios:

  1. Lo más terrible aparte de su muerte, es la delación de los alumnos de Paty a cambió de dinero.
    Se pregunta usted quienes son los que tratan de volver al pasado: son los que aún no han salido de él, que aún moran en el.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, eso que señalas de ciertos alumnos también me pareció grave y hasta qué punto pueden llegar de irresponsabilidad.

      También comparto lo segundo. Siempre he tenido la sensación de que algunos -no cuantifico ahora- no han salido más que tibiamente del anterior régimen. Se ha comentado muchas veces sobre el franquismo sociológico; tendrá que ver con ello. Mi opinión es que nunca aceptaron la Democracia en mayúsculas, con su proyección constructiva y progresiva. La admiten para no quedar fuera del juego, tratando de adaptarla a sus intereses. Pero desgraciadamente, Francesc, tienen compañeros de viaje en zonas periféricas que les facilitan las cosas, cuando no los apoyos.

      Eliminar
  2. La libertad siempre es odiada por la gente fanática. Del signo o credo que sea.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No me cabe la menor duda. Así ha sido en muchas naciones y culturas. Hay que entender la Libertad como Dinámica: el individuo, de las colectividades, del sentido moral de una sociedad. Si no, mal vamos.

      Eliminar
  3. Algunos adultos no asumen la vida sin esos “etcéteras”, pero claro, no demasiadas personas alcanzan esa definición en todas sus facetas ni entre su manera de enfocarlas suponiendo que las reconozcan, que ya es mucho suponer.
    En resumidas cuentas cuántos hablamos creyéndonos lo que no somos y malinterpretando conceptos manidos tales como respeto y simpatía?
    Ya conoces mi ira respecto a los acontecimientos acaecidos con respecto al caso C. Hebdo. Cuando procuro reconducirla se apaga mi interés por permanecer en este planeta. Hasta un “cercano” me recuerda continuamente mi inutilidad presente. Una cosa es asumirla y otra saberse inútil ante los violentos. Lo patético es que esos violentos acaben con vidas útiles antes de destruirse entre sí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, pero las doctrinas son un magma ideológico -en muchos casos unen religión, identidades patrias y política común- que no cesa. No es fácil distinguir siempre derechos y deberes, ¿o sí? Los derechos de una organización religiosa o política a tener sus márgenes de actuación deben conllevar los deberes para un Estado constitucional, laico, abierto a todos. Pero ciertas tendencias buscan como el viejo topo (pero este de la reacción y la intolerancia) horadar los cimientos de una sociedad, utilizar los márgenes de libertades para atacar a quienes no piensan como ellos.

      Eliminar
  4. Por cierto te has preguntado cuantos violent@s, cobardes y demás lindezas vivirán agazapados en nuestra genética recesiva.? Desde el descubrimiento de la presencia Neanderthal en la misma aterra y no me valen paños calientes de índole cultural. Parece que somos hojas que el viento arrastra porque vivimos en el planeta donde la materia cruzada (cruceta) rige y su danza resulta peligrosamente aleatoria . A las pruebas históricas hay que remitirse, donde a los inocentes se los sacrifica y donde los soñadores saben que sus sueños pertenecen a otras dimensiones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hombre, agazapados y escondidos por la cobardía y la sinrazón siempre los ha habido y hay y no podemos decir de cada uno de nosotros: de este agua no beberé ni este cura no es mi padre. En los regímenes de socialismo de Estado, es decir, totalitarios, o nazis, gente honesta, sencilla e incluso con ideas luchadoras cedió ante la extorsión y colaboró denunciando. Pero este tema no es del que yo quería traer aquí, aunque bienvenida cualquier conexión de ideas. Lo del degollamiento del profesor me ha parecido demoledor no solo por el crimen alevoso en sí. Sino por cuantos debió haber presuntamente alrededor intoxicando y apoyando con ideas al asesino, por los efectos que puede tener sobre la Enseñanza y muchos profesores. Lo que puede parecer un mero acto criminal puede tener su extensión en el efecto de que cunda el miedo sobre quienes se expresan libremente y denuncian el fanatismo. Ojo, que por ahí van los tiros de fondo.

      Eliminar
    2. Ya ves parece que siempre acabo tirando de abstracciones y generalidades que son las que me dominan. Algo así como el inconsciente lo hace sobre el consciente y la fisica de partículas sobre los movimientos telúricos. p.e.
      También parece que no vine al mundo en cajitas autónomas y activamente independientes sino en un sólido y pesado baúl! Uffff por fin lo he podido expresar gracias a tus comentarios,
      Entonces la gran interrogante sería , y yo qué pintó por mkaquí?
      Ese “Por aquí” se refiere a cualquier acontecimiento o actividad de orden mundano?... Pues vaya, el mundo al revés!!

      Eliminar
    3. Pues es que me quedo pensando, así, sin más.

      Eliminar
  5. Muy buen post a raíz de este hecho deleznable que atenta contra los derechos más básicos: la vida, la libertad (en este caso de expresión). Ciertamente las creencias religiosas extremas son enemigos peligrosos de la humanidad, así ha sido siempre (sin ir más lejos la religión católica con su Tribunal de la Santa Inquisición o con el Nacional Catolicismo durante el Franquismo) y así seguirá siendo, por desgracia. Parece que hay cosas que se resisten a la luz de la razón, como dirían los Ilustrados...
    Como persona estoy indignada, como profesora de Historia muy muy triste...
    Nacionalismos extremos como los que vivimos y hemos vivido dentro de nuestras fronteras y fuera también son fieras indómitas.
    Buena reflexión al hilo de la actuación del ayto de Madrid, desde luego no creo que los madrileños se merezcan ese gobierno y alcaldía. Los responsables de este tipo de actuaciones hay que buscarlos en ese tripartito inconsciente y demoledor que no arrima el hombro, sino que crea crispación y exacerba el odio.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que te manifiestes como profesora de Historia me gusta, porque me siento más cómodo, y eso que yo no lo soy pero siempre he estado sumamente interesado en el conocimiento de la misma. He imaginado de momento, más adelante nos lo dirán las informaciones, cómo puede repercutir en la manera de enfocar las materias los profesores en el futuro. Espero que un Estado con la tradición ilustrada que tiene -no obstante sus luces y sombras- no ceda a los chantajes y los enseñantes no bajen el listón del conocimiento y de su difusión.

      Ya que citas casos abominables del catolicismo te sugiero te informes sobre el comportamiento de los cristianos durante los primeras centurias. Te supongo conocedora del caso de Hipatia de Alejandría, pero hubo muchas manifestaciones masivas de intolerancia contra los que aún eran "paganos" como decían ellos. Te recomiendo este libro:

      "La edad de la penumbra", de la británica Catherine Nixey, editado por Taurus. No te digo más que lleva como subtítulo "Cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico".

      Claro que haces bien en sacar a colación los fanatismos procedentes de los nacionalismos ad hoc. Lo religioso y lo identitario son los dos focos donde hierve la intolerancia. ¿Por qué será?

      Y sobre lo de Madrid. Con todo lo de falta de cultura política y moral que hay en los que gobiernan la Comunidad y el Ayuntamiento todavía me parece más grave la manera torticera, ineficaz, confusa, contradictoria e irrespetuosa para con la ciudadanía que está teniendo esa gente respecto a la plaga de nuestros días, la pandemia de coronavirus. Creo que se descalifican hasta la fecha por sí mismos. Pero tiene un precio.

      Gracias por comentar, espero que sigas aportando tu opinión y criterio, Ginebra.

      Eliminar
  6. Desgraciadamente, todos llevamos un sargento de policía dentro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Y eso? Oye, algunos un cabo y otros un generalato, supongo. Pero sinceramente no creas que te acabo de entender bien.

      Eliminar
  7. Por aquí se renuncia a la enseñanza laica y se promueve el oscurantismo tan dado a la cerrazón de estado.
    habría que hablar largo y tendido de las vergüenzas de nuestro sistema educativo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que habría que hablar. La tradición de cierto poder fáctico, sus bienes y propiedades, sus controles sobre la enseñanza, siguen siendo un hándicap para lograr un Estado laico de verdad. Se podría hablar mucho, ya lo creo.

      Eliminar
  8. Es muy peligroso lo que pasa. El profe francés es la punta de un iceberg, que como bien dices, no nos es lejano. Las poesías destruidas de Miguel Hernández, otro signo y síntoma de esa visceralidad excluyente, que se creen en poder de la verdad, la suya, y nada más.

    Asco y temor me produce todo esto. Un abrazo, y feliz tarde

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, la punta de un iceberg, y hay muchos icebergs en la navegación de una democracia que se digne. Sí, hechos como el del degollamiento de Samuel Paty dan miedo y repugnancia. Y más cuando va saliendo a flote que hay cierta clase de conspiración detrás del crimen (el supuesto criminal, el padre, un imán, otros individuos del entorno, según informan los medios franceses)

      Eliminar
  9. La barbarie hecha ideología justiciera, la verdad es que es penoso, y muy dramático.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Justicieros enfermizos. ¿Qué causa noble defiende esa gente?

      Eliminar
    2. Tienes razón, justicieros enfermizos, que ven la libertad como una amenaza.

      Eliminar
    3. El problema es que desatan el mal y hacen daño.

      Eliminar
  10. El fanatismo siempre está presente, por desgracia, pero en épocas de crisis como la que vivimos desde hace un cuarto de siglo -crisis acelerada de todo-, se convierte en una presencia aterradora contra la que hay que combatir.
    Cuando escuché la noticia de la que partes para tu excelente texto me sobrevino un abatimiento físico y moral, que es lo que les hace fuertes a los fanáticos. Hace unas décadas creíamos haber vencido a los fanáticos de todo tipo, perseveremos en la lucha.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pudo ser un error de percepción o de información o de que se nos ocultaba la realidad o simplemente que los fanáticos de hace décadas se batían en retirada, y llegaron nuevas hornadas dispuestas a retomar las doctrinas de sus abuelos...no sé. Siempre los mismos magmas incandescentes de la barbarie que acecha. Sigo creyendo en el pensamiento y en el razonamiento, que algunos no tienen interés en reconocer porque de hacerlo quedarían desarmados.

      Eliminar
  11. ¿Es posible superar la intolerancia, ese combustible infinito de odio? No quiero ser pesimista, sin embargo la realidad nos demuestra todos los días que los homo sapiens tenemos el garrote escondido, presto para atizarle a quien consideramos diferente y amenazante contra nuestras infantiles creencias. Una pena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues es que la intolerancia es algo latente. En el mundo reina lo dual. Todo funciona en base a los contrarios, y unas veces corren ciclos que se decantan por uno de ellos y otras pues por el otro. Y luego yo he ido viendo que hay personas que han hecho un esfuerzo considerable por salir de la oscuridad y dotarse de elementos sensatos y razonables, procurando diálogo y convivencia, y otros que están en las antípodas. He ido viendo que no todos somos iguales en la manera de afrontar las relaciones humanas. Y que muchos se decantan por el mal muy pronto. Y que la realidad nos va poniendo en la tesitura de nombrar con nombres y apellidos a los que desean el bien común y los que buscan imponerse. Están ahí. Todos los conocemos, ¿no?

      Eliminar
  12. seguimos formando en libertad

    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aunque algunos traten repetidamente de deformarla.

      Eliminar
  13. Fáckel:
    hay que seguir insistiendo en el respeto.
    Salu2.

    ResponderEliminar
  14. O fanatismo sempre existiu... religioso ou não...acaba por violar a liberdade ou não?
    Texto interessante.
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto, religioso o no. Europa tiene tanto un currículum histórico de fanatismo de base religiosa y otra parte aparentemente laica (el bolchevismo de Estado, el partido nazi alemán, el musoliniano, etc.)

      Gracias, Marta, por tu granito de arena.

      Eliminar
  15. A veces es muy conveniente ( o lo sería ) no confundir las convicciones con los fanatismos. Cuando las primeras no son respetadas, menospreciadas y abusadas, suelen surgir desgraciadamente, los segundos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una observación muy aguda. Las convicciones doctrinarias islamistas ¿tienen que ser respetadas para que no se conviertan en fanáticas? ¿No son fanáticas en su esencia y en su afán de difusión? ¿Cómo calificar las actitudes de la administración de Madrid cargándose la memoria histórica legitimada? ¿No estaba ETA repleta de convicciones o la Falange del tiempo republicano? Los principios supremacistas que defienden muchos en USA, ¿no son convicciones que llevan a prácticas racistas? ¿No iban cargados de convicciones los serbobosnios para ejecutar matanzas como Srebrenica? ¿No tenía convicciones un sector de la sociedad argentina que apoyó el golpe sangriento de la Junta de Videla? Las fantasías nacionalistas ¿no conducen a radicalismos y envenenamientos mentales y en las relaciones sociales? Y etcétera. ¡Todo el mundo se justifica con sus convicciones para dar el paso de la intolerancia! Incluso los ingenuos.

      (Preguntas de un torpe como yo ante el libro cotidiano de la vida)

      Eliminar
    2. ¿Quién mueve primero? —se preguntaron el uno al otro— Y dieciocho horas después se escucho un bramido que decía: ¡Jaque mate!

      Todos, absolutamente todos los ejemplos que pones fueron el resultado de anteriores menosprecios, indiferencias, actitudes colonialistas, y sobre todo aquello tan castizo del "que lo arregle otro"
      Lamentablemente no soy lo suficientemente ingenuo, para que puedas convencerme de lo contrario.

      Eliminar
    3. ¿Y eso hace buena la violencia y la justifica? ¿Eso concede patente de razón al fanatismo? Tengo mis dudas.

      Ninguna intención por mi parte de convencer. Es un intercambio de impresiones.

      Eliminar
    4. ¿Y eso hace buena la violencia y la justifica? ¿Eso concede patente de razón al fanatismo? Tengo mis dudas.

      Respetuosamente y concluyendo: En ningún momento he dicho, ni siquiera insinuado algo así, ni que se parezca remotamente.
      Sigo pensando, como dije al principio, que confundir convicciones con fanatismo, llamarlas "fantasias" etc. es un error. No digo nada más.

      Eliminar
    5. Pues si es una errónea o deficiente interpretación mía, disculpa.

      Sigo pensando que habría que aclarar qué son las convicciones, pero da igual. Aquí no es fácil desarrollar el tema. Habrá que esperar a algún vino compartido en su día.

      Eliminar
  16. Merecido homenaje el que rindes a ese profesor. Lo asumo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que no hay mejor homenaje que reflexionar sobre el tema. Todos los homenajes deberían ir acompañados de menos palabras y aplausos y más hechos, ¿no crees?

      Eliminar
  17. Descanse en paz.

    Lo curioso es que bajo la máscara de la tolerancia lo que está resurgiendo con gran fuerza es la intolerancia. Mucho fanatismo religioso, político, científico, social... y cada vez más.

    No sé adónde vamos a llegar, parece que el caos colectivo ha comenzado.

    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Calma, calma, que el género humano se ha visto peor, que circunstancias adversas y luctuosas las ha habido incontables, que las catástrofes han acompañado a la Humanidad desde siempre, y que de esta saldremos menos el que no salga. Pero sinceramente yo tampoco sé a dónde llegaremos.

      PD. De momento yo he llegado a la indignación con los españoles. Que no seamos capaces de ponernos de acuerdo para afrontar la crisis me parece demencial y suicida.

      Eliminar
  18. Me parece que la base de la tolerancia es la educación y el respeto, Fackel, pero en la práctica. Cualquiera puede decir que tiene educación y respeta, pero si juzga que el vecino, (de pupitre, de ca, de partido, de la misma o distinta creencia o ideología) no acepta ni tolera ni piense o actúe como él, estaremos en las antípodas de la razón, de la convivencia y de la paz.
    Las convicciones y el movimiento se demuestran andando y en la práctica del día a día.
    Las personas que gobiernan pueden estar ahí por unos votos, que no avalan que el político de turno, sea tolerante, capaz de escuchar y capaz de llegar a acuerdos por el bien de la mayoría de los ciudadanos.
    Sin eso, después de ir a las urnas, a los votantes les esperan 4 años de indignación o pataleo, y tragar con los chanchullos dedocráticos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo con cuanto dices. Pero todo es mucho más complicado. Pues tengo la sensación de que hay sectores -y partidos por lo tanto- que no respetan de entrada los resultados electorales y, dentro de estos, los pactos que es parte del juego ordinario para lograr gobiernos en una democracia. Estamos viendo en los últimos tiempos que no se da ni tiempo a los gobernantes elegidos, antes se concedían cien días, hoy ni eso, y toda actividad de la oposición es meter ruido, disentir por sistema y salir en los medios, sin que se vea con claridad atisbos de colaboración, sentido de Estado, interés por las necesidades colectivas y centrarse en poner de su parte para el desarrollo de la economía y el funcionamiento político consecuente. Así no hay manera. Y se ha llegado a tal estado de cosas que un episodio tan grave como la pandemia no es capaz de suscitar en cierto sector y ciertos partidos un arrimar el hombro cabal, leal, práctico. Así que el mensaje que llega a la ciudadanía es el de la confusión. Y ya pueden tener otros buenas intenciones que mientras haya quienes no quieran poner de su parte el ruido y el desvarío cunden para nuestro mal colectivo.

      Y sin embargo, hay que encarar la situación y no perder ni los nervios, ni la sensatez, ni dejarnos calar por el radicalismo caótico de algunos a los que se les llena la boca de palabras huecas. Hay que evitar extremismos peligrosos, intolerancias varias, no te digo fanatismos. Aún estamos a tiempo, porque de todo se aprende.

      Gracias, José Manuel, un abrazo.

      Eliminar