domingo, 13 de septiembre de 2020

Un poema recuperado, no sé por qué

 



Llegada


Vino a mí: el padre 
mirando sus manos de escribiente 
pensó en sí mismo y dijo: 
he aquí que llegas 
y ella la mujer de la otra tierra me ha concedido 
el don de que seas parte de este suelo maculado 

eso dijo y cuando tomó entre sus dedos mi levedad pensó: 
serás mi obra y te conduciré más allá de las adversidades 
eso afirmó y necesitó creer 
para sostenerse a sí mismo 
para apartar de su memoria los tiempos difíciles 
para probar que ser padre y hombre 
es ser una y otra vez hombre 

el padre empezó de nuevo a sentir a través de mí 
orígenes que nunca había olvidado del todo
y también a renunciar 
porque un padre debe creer en lo que transforma 
y compartir cuanto ofrece 
y aunque se rodee de incertidumbres es firme: 
no hay un camino seguro pensó 
pero lo labraré para ti 
deseó 

pues un hombre que llega con otro hombre
desde su misma sangre 
ya no sabría hacer otra cosa sino esperar al hijo 
toda su vida
y temer por él


(Las noches desasosegadas no sé qué tienen que se libran combates en ellas. Combates con la imagen, combates con fantasmas, combates con la oscuridad, combates con el propio desorden. Y cuando en un golpe de sueño, cuando no eres tú pero sigues siendo tú, cierta fuerza interrumpe la vigilia de temores y algo de ti se recupera. Y al despertar nuevamente, mientras la red de los espectros sigue tendida y tú eres un insecto inane atrapado sin apenas resistencia, te aferras a una pista emanada de aquel sueño, y antes de que se desprenda de nuevo de tus manos intentas seguirla. Tratas entonces de pergeñar un leve apunte en la libreta de la mesilla, o intentas un esfuerzo vano de memoria, pero la mente está pesada y cruje y oscila a punto de rendirse una vez más. Escuchas la sangre y temes que se apelmace en algún espacio recóndito de tu cuerpo. Te esfuerzas en visualizar tus tejidos celulares con un afán imposible y los ves rebeldes. Te acucia una pretensión obsesiva de adivinar el futuro de tus días y el pavor te acorrala. Piensas en los que te precedieron y pasaron por cuanto tú pasas ahora. Te concentras en lo que no comprendías cuando ellos vivían. Para darte ejemplo de entereza callaban. El desasosiego de la noche, que ya ha quedado atrás, te pone sobre la huella de un poema que escribiste hace tiempo con objeto de curar tus propias heridas. Y hoy, ahora, lo rescatas. Y ahora lo recitas. Somos hijos de otra permanencia, mientras se desgasta la que nos califica día a día)  




19 comentarios:

  1. Me he sentido identificada con la frase "ser padre y hombre es ser una y otra vez hombre" porque pienso que cuando engendras vida depositas algo tuyo en ese nuevo ser, como si la vida que ha brotado de ti fuese una extensión tuya, libre, eso si, ajena a tu yo interior pero tan sentida como tu propia vida.
    Y encuentro una belleza singular en la foto que pones. Creo ver en la persona que escribe a alguien que traza caminos, propios y ajenos.
    Buena tarde de domingo Fackel.

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    1. Pues en cuanto al personaje real de la foto te aseguro que trazó caminos propios y ajenos y con larga y cabal mano. Nada que objetar a la interpretación que haces en tu primer párrafo, muy acertada.

      Bien estar y con buena mirada.

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  2. "Somos hijos de otra permanencia"qué bien lo has descrito!
    Casi pude paladear la levedad posterior del sueño recién disipado.

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    1. Y los que lleguen después serán hijos de nuestra permanencia efímera, algo así como tomar el relevo. Pero respecto a las esencias de ese relevo ya no me atrevo a matizar más en esos tiempos más líquidos.

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  3. Los padres vivimos en estado de desasosiego constante. Más aún en esas noches.

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    1. Me haces recordar los desasosiegos de mi progenitor.

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  4. ¡Cómo me gusta este poema con sabor a Kalil Gibran! O por lo menos a mí me lo parece. Me gusta el poema y me gusta el texto que le sigue... Lo que dices de los sueños ¡me es tan cercano! ¡Cuántas veces se me han escapado las pistas de esos sueños sin poderlos atrapar en mi memoria! Yo soy muy desordenado y no tengo una libreta en la mesilla...

    Me alegro de que hayas recuperado este poema, me gusta mucho y he seguido el enlace y he visto, por encima, poemas que leeré... supongo que es un blog anterior tuyo...

    Voy ahora para atrás a leer tus entradas anteriores, ando atrapado por acontecimientos y urgencias familiares...

    Abrazo

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    1. Pues te diré que no he leído a Gibran y eso que me gusta mucho la poesía árabe, así que no tengo opinión.

      La libreta en la mesilla no siempre funciona. Es curioso, porque una idea que te parece luminosa por la noche -proceda de la vigilia o del sueño- te parece tan obvia que la mente genera una trampa: ya me acordaré mañana, dice. Pero si te fías de ello al día siguiente no logras recordar de qué se trataba. La libreta al lado sirve para apuntar, pero...hay que hacer el esfuerzo, despabilarse lo suficiente y no siempre se logra.

      La sombra de la nube es un blog con contenido de distintos años, le tengo mucho cariño. Además el verso de Ibn al-Mu'tazz:
      ¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? me parece una metáfora grandiosa y sutil.

      Gracias por tu atención entregada.

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  5. Viver com as incertezas; o ciclo da vida com sonhos, desejos e a sombra....
    Não conhecia o poema; interessante.
    Obrigada pela partilha;
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. También los ciclos vitales están repletos de vivencias, relaciones, conocimientos...Hay que buscar la armonía con los sueños, los deseos, esa sombra...pero no es fácil.

      Si quieres ver más poemas de ese blog ahí está el enlace.

      Abrazo.

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  6. Poner esos versos en boca de tu padre celebrando tu llegada al mundo me parece precioso, Fackel.
    Bien por rescatar el blog,lo tuyo es tal laberinto que merece la pena que vayas despejando y se vea todo lo que tienes escrito, mucho y bueno.

    Adriana

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    1. ¿Sabes lo que me demuestra la experiencia vital? Que una vez que asumimos que la vida es laberinto nos acostumbramos y muchas veces paseamos por él como la única casa conocida y acogedora. Salir del laberinto es, ya sabes. morirse. Gracias, Adriana, estabas desaparecida en combate.

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  7. Que bien describes esas noches desasosegadas, en las que se confunde y amalgaman sueños con realidades... y casi llegas a escuchar la voz de los que ya no están aquí, en este mundo nuestro.

    Tu poema es hermoso: íntimo y profundo, que dice mucho de tu intensa vida interior.
    Enhorabuena una vez mas, Fackel. Mi abrazo.

    (Estuve merodeando por tu blog ge poesía. Por que tan abandonado)...



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    1. Uno puede imaginar que escucha las voces de quienes no están. Sencillamente porque ya les escuchó cuando ya estuvieron. Y las palabras, las voces, flotan, dicen, en esa espacio-tiempo que al menos dentro de mi cerebro existe.

      (Un blog cumple su papel: unas veces va y otras viene: otras veces no vuelve pero sigue fluyendo: unas voces dan paso a otras: por ejemplo http://elmardearal.blogspot.com/ o por ejemplo...lo dejo para otro día)

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  8. Que tu padre eligiera, o pudiera haber elegido ese poema. me parece un gesto muy bonito.

    Por los recuerdos, y la poesía que encierran. Un abrazo

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    1. Son cosas que se escriben cuando alguien decisivo no está. Probablemente encierre más recuerdos que poesía, pero quién sabe, los recuerdos de cualquier vivencia del pasado fluyen durante toda nuestra vida hasta el último día. Es el don de los hombres, de la especie, en estos tiempos en que tanto denigramos lo mismo que somos. Gracias.

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  9. Permanencia a través del padre. Permanencia a través del hijo. Lo efímero puede ser exorcizado en tu memoria. Bellos versos que nos permiten reflexionar sobre lo importante.

    El pasado recuperado de torna presente eterno.

    Gracias por tu poema

    Un beso
    Me encanta cómo escribes y la diversidad de escritos que nos regalas

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    1. La vida es múltiple y no cesa, y yo estoy en ella, qué se le va a hacer. Gracias, Ana, por tu percepción al respecto.

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