No convenía ponerse delante de esta peligrosa dama. Pero no éramos delincuentes, sino críos, y aquella creación televisiva rezumaba demasiada woman's appeal como para no ceder a los riesgos. Así que nos colgábamos todas las tardes ante la pantalla para ver la serie en que dos actores británicos, Diana Rigg y Patrick Mcnee, encarnaban a Emma Peel y a John Steed: Los Vengadores. Ella. envuelta en sus trajes de cuero negro, ágil como un jaguar, resultaba colaboradora inequívoca de su compañero John Steed para defender al Imperio y el Orden frente al mal. El personaje Peel encarnaba valores propios de los 60, los de mujer liberal, independiente, capaz de valerse por sí misma y de demostrar tanto carácter o más que el patrón masculino al uso. Características representadas por los trajes simbólicos, ya fuera el ajustado combinado chaquetilla o jersey y pantalón de cuero, o el de trajes de diseño minifalda que empezaban a ser rompedores en la moda de los felices sesenta. Mary Quant estaba ahí.
Recuerdo que a la hora vespertina, sentados el grupo de amigos en un banco para nuestras entretenidas confidencias ya rebeldes, era inevitable comentar la serie. También incidir en las ironías de corte británico, ese humor especial que a veces disimula que lo sea, con que siempre se remataba cada capítulo. También captar las sugerencias y tentaciones de una complicidad de pareja que parecía ser solamente de trabajo pero que traspasaba el guión para que los chicos díésemos un paso al frente y releváramos al actor. Al fin y al cabo aquel woman's appeal que emanaba la mujer de negro, en una serie rodada en negro, ¿no estaba diseñado para complacer el sentido íntimo del espectador? Mi amigo M. se enamoró perdidamente de Diana Rigg y no hubo manera de quitársela de la cabeza hasta que conoció a una chica de carne y hueso, también intangible y efímera por entonces, pero al menos de visibilidad de este mundo.
(Diana Rigg ha dejado la vida con 82 años. Los espectadores de las últimas generaciones la habrán visto actuar en Juego de tronos. Pero esta Diana, por su papel y por su edad, ya no cumplía el rol de vengadora de la serie. Y se han perdido a la apasionante detective)
Otros tiempos, otros modos.
ResponderEliminarReferentes que se nos van.
Y mira que hemos tenido referentes...
EliminarUna serie, la primera, mítica donde las haya. Buen homenaje a esa actriz británica.
ResponderEliminarUn abrazo
Había, hubo, otras, y en cada momento me camelaron. Los intocables y Elliot Ness, por ejemplo, y Cita con la muerte, con Patrick McGoohan, era otra de las que seguía. Bueno, no es cosa de seguir haciendo recapitulación ahora, que voy a parecer un viejo, jaj.
EliminarCómo me gustaba aquella serie en la vieja televisión en blanco y negro.
ResponderEliminarY a mí. ¿Y qué no nos cautivaba entonces? Ah...
EliminarElla.
EliminarEra rompedora, respecto a otras series en que dominaba solo el elemento man.
EliminarYa fue un choque verla en el papel de Olenna Tyrrel en Juego de Tronos.
ResponderEliminarLa belleza es un soplo en los vientos de la levedad del ser. (toma frase! jejeje)
Yo no soy de tronos y mis juegos van por otra parte, así que desconozco su rol en esa serie. Pero me apunto a esa frase ¿épica? ¿lírica? ¿semipensionista?
EliminarUffff no hay nada como una minifalda y las botas "que son para caminar", tipo Nancy Sinatra...
ResponderEliminarUna serie que duró muy poco, en el UHF era la de El Prisionero (dejo el enlace, fantástica, insuperable, de lo mejor...)
https://www.youtube.com/watch?v=gSLz4WBuy-A
Curioso lo que buscaba el "jefe": ...información.
El prisionero también la protagonizaba Patrick McGoohan, pero la recuerdo menos. Vas a hacer que me cuelgue a estas alturas de la serie, je.
EliminarMerecido recuerdo, para una actriz que personificó tan bien un memorable personaje.
ResponderEliminarSaludos.
En aquel tiempo nos atrapaba. O tempora o mores. Acaso iuvenes dum sumus
EliminarHermoso homenaje a esta gran actriz que nos ha dejado!
ResponderEliminarAlgunos tenemos muy buen recuerdo de su interpretación en aquella serie. Saludo, Luciano.
Eliminar¡Qué bueno homenaje a Diana Rigg! Me gustaba mucho esta serie de Los Vengadores. Veo que somos de la misma generación.
ResponderEliminarVengo de blogs amigos. Te enlazo para leerte con calma.
Un saludo
Si nos pusiéramos a hablar de series acabaríamos hablando de tiempos, costumbres, relaciones, obligaciones y piraterías varias, sospecho. Creo que todo aquello que vimos o escuchamos, en materia de cine, series, libros o música constituyó gran parte de nuestro acervo. Y, como diría el gran Vázquez Montalbán, de nuestra educación sentimental.
EliminarBienvenida, Myriam.
Como algunos de los presentes, crecí mamando cine y series en tv.
ResponderEliminarCon añoranza recuerdo Perry Mason, I love Lucy, Los Intocables, Rin Tin Tin, El Santo, Star Trek, La Familia Monster, Embrujada, El Fugitivo, Superagente 86, Misión Imposible ... y no me considero mayor.
Saludos
Es verdad, me suenan casi todas. El fugitivo, un tal Richard Kimble, creaba mucha tensión, el Superagente 86 tontón era divertido, en fin, cada una tenía su punto. ¿Volverías al pasado por el túnel del tiempo, María? Hombre, mira, el título de otra serie.
EliminarMe parece un bonito homenaje para una actriz que marcó una época, años 60, por lo que tengo entendido.
ResponderEliminarBueno, había muchas actrices de valía. A Rigg la recordamos sobre todo por una serie que nos llegó a muchos.
EliminarTambién veía todas estas series que mencionáis en los comentarios y recuerdo que me hacia la dormida para que no me mandasen a la cama, aunque la mayoría de las veces terminaba durmiéndome de verdad. Tu entrada es un estupendo homenaje a una excelente actriz aunque la gente joven la recordará más por su papel en Juego de Tronos, ahí también bordo su personaje. Saludos
ResponderEliminarYo, en cambio, tengo que decir que ni he visto Juego de tronos ni tengo idea de qué va. Soy de otra generación...¿o solo de otro tiempo y otro lugar? No sé.
EliminarMerecido homenaje narrado desde el cálido recuerdo de la adolescencia. Un abrazo
ResponderEliminarEso: la adolescencia despertaba la sangre y había alicientes, por ejemplo los filmes del exterior donde se reproducían otros estilo de vida a los que no habíamos llegado en aquel país aún cochambroso y que despertaba muy lenta y pesadamente de su propio ostracismo interior. (Hala, lo que he dicho...)
EliminarBuenos recuerdos, una chica muy yang en pantalla que descansa para siempre; pero “ni jarta vino” volvería a un pasado aunque aparentemente me favoreciera. Demasiado aburrido volver a recorrer un trecho ya manido y lo futuro que nos espera no parece, precisamente, la alegría de la huerta!
ResponderEliminarVaya, menudo funeral de comentario ha salido! Muy ad hoc.
Como aquel pasado creo que para muchos de nosotros fue intenso y emocionante, no obstante los tropezones, no es necesario que vuelva. Pero a veces gusta ver algún film que nos marcó. Respecto al futuro...¿qué dices que es eso? Suena a gramática, ya sabes, futuro perfecto, futuro imperfecto...Bah, palabras vanas de la medianoche.
EliminarRecuerdo aquella serie con nostalgia
ResponderEliminar¿Solo la serie o los tiempos que vivimos entonces?
EliminarQue bella mujer única, me reía cuando muchos me decían que me parecia a ella jajajajaj
ResponderEliminarLinda entrada llena de luz y sol
gracias por comprtirla con nosotros
Pues si te parecías me parece formidable. Sus razones tendrían quienes te comparasen, ¿no?
Eliminarhola
ResponderEliminarY adiós.
EliminarMe acuerdo de esa serie... y de la vida de aquel tiempo en el pueblo... me produce añoranzas...
ResponderEliminar¿En qué pueblo?
EliminarSí, es lo que tienen los óbitos de individuos que de alguna manera nos rozaron, fuera por la ficción o la aproximación real.
Un pueblecito del noreste de Zamora.
ResponderEliminarYa sitúo la vida de un pueblo en aquel tiempo.
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