sábado, 28 de marzo de 2020

El mundo que no cesa de Hokusai en la ruta Tokaido




Los grabados de Hokusai son asombrosos. Cada día que los utilizo como excusa para mis ocurrencias me quedo mirándolos un buen rato. Están plenos de detalles. En gran parte Hokusai y otros artistas de ese género me están ayudando a sobrellevar estos días de clausura forzosa y forzada. Digamos sin pudor que me dejo abducir.

El monte Fuji es una constante. Algo así como un testigo de los días y de las noches, de los veranos y de los inviernos, de los nacimientos y de las muertes, de la paz y de la guerra. Existía antes de los que poblaron la isla y creo que es un curioso impenitente de los avatares de los japoneses. 

Las escenas que Hokusai reproduce en su serie de  vistas del Monte Fuji son exquisitas. Nos hablan de las formas de vida, las clases sociales, los negocios, los oficios, los entretenimientos, los sexos, las edades. Pero el narrador es en realidad el paisaje. 

En esta imagen hay quien interpreta que se reproducen dos mundos. El eterno de la divinidad, encarnado por el padre volcán y su territorio próximo pero bien delimitado, y el humano de lucha por la vida cotidiana. Los altos pinos serían como una cortina de separación entre los dos mundos. A este lado, los hombres. Unos porteadores de kago que se detienen a hacer un alto en el camino (obsérvese que uno se ajusta el cordón de la sandalia mientras el otro se frota el sudor de la frente), una mujer arropada dentro del vehículo, un jinete con bagaje cuyo caballo es conducido por un empleado, un monje poeta que va en otra dirección con su flauta...Podrían ser otros los personajes representados. Aquí el preciso y delicado dibujante Hokusai elige a estos porque por la carretera del Tokaido se desplazan infinidad de individuos que el pintor convierte en personajes. La Tokaido era una de las principales rutas del país y conectaba Edo (hoy Tokio) con Kyoto. En fin, todo ello como un documento para la posteridad.

De los trazos de las figuras, de la perspectiva, de los colores y la armoniosa tonalidad con que se combinan, de la ubicación de los sujetos y los objetos...no comento nada. Descubrid vosotros esas técnicas y esos resultados. Admirad en ese trabajo la capacidad creativa del hombre, mientras los dioses pasan envidia. Viajad en el tiempo y por otros territorios que Hokusai no sublima. Solo describe fielmente.




A quien no lo haya leído le invito al siguiente cuento en Chitón:

https://ehchiton.blogspot.com/2020/03/dialogo-en-la-parada-del-palanquin.html


Algunas fotografías de la vieja carretera Tokaido, tomadas de internet:







32 comentarios:

  1. Así es: no hay que lamentarse de la suerte de uno si no has intentado emprender otro camino, otro oficio, otras compañías. Cada uno tiene su responsabilidad. Los dioses no deciden por ti.
    Bonitas fotos y sugerente ilustración para el cuento del enlace.
    Un saludo, Fackel.

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    1. Sí, los paisajes japoneses de interior son apabullantes de belleza. Gracias, Cayetano.

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    1. Yo lo tengo apuntado, y tengo hasta motivos personales, pero nunca me llega el momento. Mientras, viajo con la fantasía.

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  3. Fackel, pasar por aquí es verdaderamente hermoso pues ¡nos enseñas tantas cosas tan bellas!
    Gracias por compartir y transmitirnos estas verdaderas maravillas.
    Desde mi humilde conocimiento, gracias por enseñarme.

    Cuídate.
    Saludos.

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    1. La red permite enlazarnos unos con otros. Si es útil y gratificante yo siempre lo agradezco. Bien por leer, Rosa.

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  4. Los grabados de Hokusai son muy bonitos sin duda, pero que belleza la senda que muestras a continuación, ojalá pudiera volar ahora mismo a ese lugar y hacer ese camino.

    Pero volviendo al grabado, coincido con la interpretación de los dos mundos. El del monte Fuji es sin duda mi preferido, la representación de lo eterno y la aparente inacción me resulta muy atrayente.

    Y en ese viaje en el tiempo y distancia que propones voy a combinar la dos opciones, subir a la cima del monte Fuji, disfrutando de cada paso para luego admirar el paisaje humano, tan diverso y tan enriquecedor si se observa desde la distancia.

    Que tengas un feliz día.

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    1. A mí también me gustan muchos los paisajes reproducidos en las fotografías.

      Ahora, sobre los dos mundos, solo una reflexión: ese mundo de la eternidad de los dioses no existiría sin el pensamiento y las ideas de los hombres de este otro lado. Sin los hombres existiría un paisaje, sin duda, pero otro paisaje, que no sería ni de dioses ni de hombres. Sería de las plantas, de otras especies, de la naturaleza geológica e hídrica en general. Ya lo hubo antes de nuestra especie.

      Pero comparto el gusto de la fantasía y de la contemplación de ese mundo armonioso y único, en apariencia. Japón sufrió muchos avatares y terribles desgracias, como bien sabes. Como sucede con cualquier región del planeta.

      Que estemos bien en estas jornadas de encierro que van pasando poco a poco y sobre las que tenemos que pensar como utilidad necesaria, aunque nos fastidie.

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  5. 👍👏. Te mandaría alguna imagen ecuestre al respecto, que me chiflan. pero no dispongo de los medios ni de los conocimientos adecuados. En cuanto pueda....aunque serían imperfectas.

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    1. Las imágenes ecuestres y equinas son una constante en la historia de la humanidad casi hasta nuestros días. Todavía recuerdo en mi infancia, cuando el gobierno de la dictadura, que el Ejército salía a hacer ejercicios con mulas, las pobres pertrechadas de material bélico de aquel tiempo, claro.

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    2. Evidentemente debí escribir imagen equina y bravía y no ecuestre.
      Si, somos supervivientes de una parcela cruel de la historia que debería habernos preparado para asumir el aspecto más rudo de la vida. Algo que nuestra generación no ha debido saber transmitir debidamente a sus descendientes. Asumo mi responsabilidad generacional y siento pena por ello.

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    3. No te preocupes. Cada generación aprende sobre la marcha. Y si no es la que hemos criado será la siguiente.

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  6. Ya sabes amigo Fackel, que Hokusai fue llamado el artista de las «pinturas del mundo flotante». Esto tendría una gran significación hoy en “tiempos líquidos” y a la vez una enorme paradoja, pues la obra de Hokusai es un canto al rigor y al detalle, que en sus grabados adquieren una dimensión artística inconmensurable, digo que es paradoja pues a lado de la turbulencia, el detalle es un elemento discordante y sin embargo su profusión compone una armonía propia de ciertas estéticas atonales de las vanguardias artísticas, en este sentido podemos decir que su obra es actualísima, tanto por “lo líquido” como por “lo atonal”.

    Las visiones del monte Fuji son exquisitas, las variaciones formales expresan otras variaciones más profundas que tienen que ver con el espíritu humano. El detalle paisajístico es un catálogo del paso del tiempo, de las formas de vida, de la evolución y la adaptación al medio.
    Un volcán es la expresión de una energía telúrica desatada, vendía a ser algo así como la concepción de la vida como una acción apasionada que dirían los románticos, pero que en Hokusai es la lucha por la vida cotidiana. Todas las escenas son tipologías de acción vital.
    Hokusai hace lo que debe hacer un artista, describir, reflexionar y expresar sin opinar.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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    1. Perfecta explicación, Francesc. Solo un matiz. La denominación de pintura del mundo flotante (uliyo-e) se aplica a un amplio abanico de pintores japoneses del siglo XVIII y parte del XIX. Tal vez en Occidente es más conocido Hokusai por su célebre cuadro de la ola, pero hay un montón de autores de una talla gigantesca. Utamaro, Hiroshige, Kuniyoshi, Toyokuni, Kinoyaga, etc.) que retratan todos los órdenes de vida japonesa, lo cual representa una riqueza para conocimiento. Pero ese estilo de una aparente fragilidad de trazo es más formal que real. Piensa que también se reproducen escenas de alto contenido erótico junto a estas de la vida ordinaria o de paisajes. Hay quien dice que los ukiyo-e fueron los que inspiraron los manga, ese tipo de tebeo japonés que ya está extendido por doquier. Yo sí considero que lo verdaderamente líquido es el manga, muy identificado con el tiempo que vivimos, pero nada que ver con la calidad y belleza de la pintura del mundo flotante.

      Sí, ese mundo aparentemente líquido es muy preciso. Paisajes, costumbres, mujeres y hombres, escenas, representaciones de teatro o de personajes de la mitología, etc.son un himno al detalle, al rigor, a la elaboraión con varios sentidos y lenguajes.

      En una ocasión tuve el placer de ver este tipo de dibujos en abanicos, una colección magnífica. Y aquella habilidad para reproducir escenas en objetos pequeños me hizo valorar la gran capacidad desarrollada por artistas japoneses.

      Gracias por tu argumentación, de acuerdo con que "Hokusai hace lo que debe hacer un artista, describir, reflexionar y expresar sin opinar." Mira si la mano de un artista es larga y trans temporal que a mí me sugiere como si fuera una acción inmediata que se desarrollara delante de mis ojos y anima a escribir algunas ocurrencias, digamos. ¿Cómo llamar a ese efecto?

      Salud y resistencia.

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  7. Son cuadros y dibujos que todos deberíamos observar con detenimiento. Yo también opino que un telón, los árboles de altas copas, separan el mundo de lo divino, de las penurias de los hombres.

    Gracias por compartir. Un abrazo y feliz tarde

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    1. Y a mí todo esto me conduce a pensar en la potente capacidad de hombre para engendrar mitos, por una parte, y para desarrollar la lucha por la supervivencia en base al conocimiento. Todo confluye en nuestros cerebros.

      Sigamos deleitándonos.

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  8. Yo, por la maldita o bendita, deformación profesional me he quedado en la última foto. He buscado a su autor Felice Beato y me ha complacido mucho conocer de él. Un trotamundos.
    Gracias jefe! Es lo que tiene leer en tu blog.

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    1. Esa foto es la primera que me saltó a los ojos. Me parecía que estaba más cerca de la visión de Hokusai. Luego, al hallar fotografías actuales me pareció interesante aproximarlas. No sabía que era de Beato. Junto a Farsari y el barón Von Stillfried fue uno de los occidentales que fotografió Japón. Pero hay un abanico de muy buenos fotógrafos japoneses del XIX -Kimbei, Kozaburo, Kazumasa, Hikoma, Renjo, etc.- que nos legaron una descripción etnológica de alta calidad. En el Museo Oriental de Valladolid tienen unas colecciones extensas de fotografía de Japón. Álbumes de fotografía a la albúmina y colotipos. Casi 700 fotografías.

      A su servicio, míster.

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  9. Qué apropiada esta reflexión de hoy, el paisaje es el punto donde la mirada amplía su campo, los personajes son la excusa. Y claro, necesitamos la contemplación serena para sumergirnos, conectar con un universo más rico,lleno de promesas para levantar estos días de rutina contable en desgracias.

    Abrazos y gracias por las imágenes y tus palabras.

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    1. Hay que ir a la contra. Contra paisaje de cuatro paredes, campo abierto de las imágenes y su cómplice: la imaginación. Conjuremos con otras miradas el horror y la incertidumbre de los días presentes. Y siempre agradecido por la compañía de quienes pasáis por el blog. Un abrazo, Marga.

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  10. ...y la verticalidad de esos árboles...

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    1. Única y sugerente, sin duda. Verticalidad pero no uniformidad. Hokusai estaba en todo.

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  11. Una delicia contemplar esos bellos paisajes que reflejan una realidad, tal como es, de maravillosa. También siempre delicia, compartir tus reflexiones y emociones anta lo bello. Y que, además sirvan para sobrellevar, este encierro obligado.

    Afortunadamente vivo en un lugar aislado, donde disfruto de hermosos paisajes por los cuatro costados: sol, pájaros, abedules, algunos robles, alisos... Y, la ternura inclinada de una higuera...

    Gracias, Fackel, salud y sonrisa para todos. Feliz domingo.

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    1. Pues eres afortunada sí, por lo que cuentas. La higuera: es mi árbol favorito, debido a los buenos ratos que pasé las que había a mi alcance en mis veranos de infancia. Frondosas, repletas de fruto, acogedoras entre sus ramas. El niño hacía de ellas su casa. Sigamos disfrutando de la belleza a pesar del horror. Compensemos, exorcicemos. Buena jornada.

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  12. Fáckel:
    siempre me repito que tengo que tomarme más tiempo para saborear las cosas. Antes de leer tu entrada he agrandado la foto, pero no me he percatado de los detalles que nos explicas. ¡Malditas prisas!
    Salu2 y gracias.
    salu2 y buen confinamiento.

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    1. Pues lo bello -las imágenes de Hokusai son tantas cosas con sublime belleza- hay que tomarlo como la respiración de estos días en nuestras ciudades (cuando nos asomamos al balcón o vamos a por el pan) Inspiración profunda, goce del aire que transa por nuestros pulmones, sensación de plenitud. Buenos cuidados, sí.

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  13. Este documento para la posteridad se convirtió en documental al leerte. Iba alternando el leerte con buscarlo en la imagen, descubriendo nuevos detalles a medida que avanza tu texto.

    Gracias

    Besos

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    1. Toda una detallista tú, Alís. Seguro que hay más detalles que no he percibido a primera vista. Todos os grabados de este autor están vigorosos. Ya pondré más en Chitón. Gracias a ti.

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  14. Hokusai nos regala la oportunidad de contemplar la belleza y en este grabado concreto nos insta a desarrollar aquello que sabemos hacer, nuestro oficio, y también a vivir en el "Aquí y ahora", el eterno presente, el "Carpe diem". Cuando fluimos con la contemplación y con la acción todo problema obsesivo deja de existir.

    Una ventana abierta a emanar lo mejor de nosotros mismos y a captar aquello más profundo y bello que nuestro mundo nos pueda otorgar.

    A continuación nos muestras unos bellísimos paisajes. Transitándolos (incluso en la fantasìa) llegamos a otra dimensión de la experiencia que nos permite relajarnos un poco y reducir el cortisol.

    Gracias por compartir una publicación tan hermosa
    Un abrazo de marzo

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    1. Tal vez Hokusai pretendió ser solamente una especie de cronista, pero debió aportar muchos placeres a quienes adquirieran sus trabajos. Estos se hallan por todas partes del mundo. En general los ukiyo-e son disputados por museos y coleccionistas.

      Es curioso este trabajo de Hokusai. En realidad nada se para en la imagen si nos damos cuenta. Es el espectador quien está detenido. Cada personaje del cuadro hace algo: anda, va a caballo, tira del animal, se ata un cordón, se seca el sudor, dormita en el palanquín...solo está hierático el volcán (Y vete a saber en su interior), pues los árboles también se ven agitados por el viento.

      Es como si el pintor nos dijera que todo es dinámica en el universo, movilidad en la Tierra y que la quietud, acaso, solo es una mirada fugaz.

      Gracia por hacerme pensar algo más sobre la pintura. Tendremos que acogernos pronto a abril. Nunca la primavera me pareció tan frágil y dura, y eso que en Castilla solo parece tal ya muy avanzado mayo. Pero hay circunstancias también naturales y que se nos han impuesto desde otros mundos -acaso favorecidas por el nuestro tan quebradizo- que lo vuelven bárbaro y muy cruel. Saldremos (quien salga, claro)

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