martes, 24 de marzo de 2020

Cuentos indómitos. Las sospechas de Baobab




Baobab, sola, apoya la cara risueña en sus manos inquietas, sin dejar de observar la cadena estrellada que cada noche le parece que se ha movido un poco más. Hace como que pregunta a los astros pero su voz interior es tan potente que se admira de sí misma. ¿Me habrá tomado esa viajera por tonta o solo por niña? Cree que con su cuento de recorrer aldeas me engaña. Ese andar por la noche y sin miedo a los peligros la delata. ¿Se trata de una espía de las tribus del otro lado del gran Inongo? ¿O acaso es una maga que va ofreciéndose a los que reclaman conjuros? ¿Un funcionario del gobierno disfrazado que pretende sacar adelante un censo? Quién sabe si los europeos no la han enviado para que les informe de nuestros territorios con todo detalle. Pero a mí no me la da. 

Enamorada de su propia sagacidad discurre como si viajase entre las estrellas. Mira por donde puedo transformarla en personaje de uno de mis cuentos. Por ejemplo, les puedo contar a los otros niños que es el espíritu errante de un familiar, aunque ya está muy visto, seguro que a todos les han hablado alguna vez de las almas que vagan por este mundo. ¿Y si les digo que en realidad es un niño que no se ha portado bien y ha sido transformado en viejo como castigo? Eso les aterrorizaría. Siempre puedo inventarme que se trata de la reencarnación de uno de los guerreros muertos cuando la vieja guerra de nuestras familias y que vuelve para vengarse de los que le enviaron a la muerte. Eso les cautivará más. Pero ahora que lo pienso, ¿y si les cuento que se trata de la misma muerte que va disponiendo de vidas por aquí y por allá? Baobab se frota las manos por la inspiración. Si les cuento esto seguro que salen todos corriendo o no duermen esta noche. Baobab ríe desatada con su propia ocurrencia satánica. Siempre será mejor que no duerman una noche a que se queden dormidos para siempre, parece estar iniciando el cuento. Los niños no cogemos manía a los que narran historias por muy escabrosas que sean. Si no fuera por lo que nos cuentan y contamos, sea de verdad o de mentira, ¿cómo íbamos a llevar los días que tantos esfuerzos y privaciones causan a nuestros padres? 

La niña se relaja, si bien de vez en cuando algunos sonidos lejanos la sobrecogen. Se deja acechar por el razonamiento que, como una serpiente sabia, se cuela en su cabeza. ¿Qué da más miedo? ¿Los animales peligrosos, las incursiones de gente agresiva que nos quiere mal o el hambre y las enfermedades que cada cierto tiempo se ceban con nuestras aldeas? Mi abuelo dice que lo peor es siempre la muerte. Pero debe ser porque él poco puede hacer ya y no sabe pensar en otra cosa. Solo en la espera final. Mis padres, en cambio, apenas dan vueltas a los peligros, preocupados como están por salir adelante y sacando recursos de todas partes, como los demás vecinos. Eso sí, les preocupamos nosotros, sus hijos, no por los peligros en sí sino porque temen que no sepamos ir aprendiendo ahora lo más útil para defendernos cuando llegue el momento. Mi tío Ngongo insiste en que no hay que esperar a ser mayor para disponer de recursos de defensa. Que cada cual puede ir haciendo lo propio a cualquier edad. Y que esto mismo, inventar cuentos o narrar entre unos y otros historias del pasado, ya es una manera de hacernos fuertes. Mi tío, que ha conocido los confines de esta y otras regiones, y tiene experiencia siempre dice que conocer es también transmitir. 

El cuento de mañana va a comenzar así. Un día apareció por la aldea una viajera que se creía ser la Muerte y que iba por las aldeas metiendo miedo a los niños. O bien: una vez la Muerte se disfrazó de andarina para colarse por las chozas y elegir a sus víctimas. Pero, ¿por qué tengo que convertir en personaje a quien no se lo merece?

Tanto darle a la imaginación Baobab se quedó dormida a la intemperie. Al despertar sobresaltada, cuando salió su padre a buscarla, solo se le ocurrió decir: seré tonta, me he quedado traspuesta contándome un cuento a mí misma.





(Máscara del Reino de Oku. 
 Museo de Arte Africano Jiménez-Arellano Alonso, de Valladolid)


30 comentarios:

  1. "Creatividad es mirar donde todos miran y ver lo que nadie más ve" (Risto Mejide)

    Este relato me ha recordado esa frase de Risto que me parece la mejor definición de creatividad que yo haya oído y leído...

    Baobab, mira esa cadena estrellada y se le dispara la imaginación creativa... tal vez porque en esa cadena estrellada ella ve lo que nadie más ve... y la "anima" según le va inspirando su desatada imaginación... la convierte en personaje posible de cuentos e imagina las reacciones que cada personaje puede provocar en quienes (niñxs) los escuchen... aunque tengo la impresión de que ella, como creadora y contadora de los cuentos que imagina, se eleva por encima de lxs otros niñxs que escuchan...

    Entre los personajes que imagina, uno de ellos es la Muerte... nada extraño si, desde muy temprano, desde niñxs, nos percatamos que la Muerte es un personaje inextricable del cuento de la vida...

    Lo que pasa es que en esta vida... hay cuentos que desarrollan la imaginación de los niños... y hay otros cuentos que atrofian la imaginación (creatividad y libertad) de los adultos...

    Me ha gustado mucho este relato... ¡Bien por Baobab! ¡Bien por ti!

    Abrazo

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    1. Creo que en África la Muerte está aún más presente, cuantitativamente hablando, que en el Occidente llamado desarrollado. Naturalmente, el niño o niña que ha contado cuentos en grupo siempre se eleva por encima de los demás. Incluso hay contadores que se pavonean y no te digo cuando son mayores y escriben libros...A mí me siguen gustando los cuentos de niños, aunque ahora ya no tenga ocasión de regalarlos a hijos o sobrinos, porque todos crecen. Pero créeme que a veces compro alguno que me parece de alta calidad imaginativa tanto literaria como ilustrada. No puedo sustraerme a la tentación. Y los hay impresionantes.

      En cuanto a los cuentos que atrofian a los adultos...tienen vía televisiva o móvil o periódico tendencioso más que formato libro. Aunque tengo la impresión que muchos adultos se inventan y adaptan su propio cuento autoengaño. ¿Cuántos adultos conoces que digan como León Felipe: me sé todos los cuentos?

      Le transmitiré a Baobab tus impresiones, aunque su dialecto es enrevesado y no siempre me entiende.

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    2. "Creatividad es mirar donde todos miran y ver lo que nadie más ve" (Risto Mejide)
      Bueno; es una bobada que no tiene importancia, pero los datos nunca sobran, así que sepa el comentarista que esa frase/idea ya era utilizada por Elliott Erwitt ( y algún fotógrafo mas), antes de que Mejide llegara a ser siquiera un proyecto "espermatozóidico". Mis respetos.

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    3. Es una frase que se usa mucho en cursos de comportamiento de Empresas y de Inteligencia Emocional. Supongo que es una de esas frases que ha hecho fortuna y que si se analiza se podría desgajar y analizarla desde otro ángulo, pero bueno ahí está circulando. Gracias, Nox.

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  2. Baobab tiene una intuición, una lucidez digna de un escritor, de los grandes, una capacidad de entendimiento que le es negada a cierto críticos literarios.
    A lo mejor los narradores cuentan historias a los demás, que antes se contaron a ese mismos. Contar historias atemorizantes, de terror, para resistir una realidad desagradable.

    En su intuición, ha captado quien es La viajera de la noche. Una mujer que cree ser la muerte es también una buena historia.

    Bien contado.

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    1. Los cuentacuentos africanos -o de Oriente extremo o de América- eran brillantes. Muchos narradores de otros continentes lo que han hecho es recopilar o reproducir viejos cuentos de transmisión oral, lo cual me parece fantástico, claro. Me hubiera gustado saber cómo sería en la tradición antigua la transmisión de los relatos que se recopilan en la llamada Biblia o ahí tienes sin ir más lejos Las mil y una noches, que muchos de ellos proceden de la India. Etc.

      Baobab a veces se pone un poco pedante, tiene un informante portentoso que es su tío y siempre se halla entre dos aguas: el plano de los niños y lo que va descubriendo de otros mundo por lo que le cuentan. Ay, qué niña.

      Gracias, Demiurgo por seguirla.

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  3. la defensa individual da fuerza al colectivo... Creo yo.
    Un saludo

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    1. Claro. Y viceversa también, pienso, siempre que sea un colectivo con cacumen y bien intencionado, y no un colectivo simplemente masa. Salud y cuidados.

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  4. Niña sabihonda e inconscientemente dormilona.

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    1. Dormir para soñar, ¿no? Y soñar para contar historias. Y pensarlas contemplando el firmamento, sin miedo a los virus. Por cierto, ¿qué es el firmamento? Hace que no veo tal supuesto techo celeste...

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    2. De todos modos como nada de lo que el ojo vea será realidad, resultaría agradable recordar que cualquier invención estelar basadandose en algún recuerdo dará un buen resultado particular.

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    3. Seguro, pero casi se me ha olvidado cómo es el cielo nocturno. El smog lumínico y ahora el encierro han borrado mis posibilidades. Me consuelo con que en India van a encerrar en sus casas a mil trescientos millones de animales humanos. Total ná. Un éxito será si lo logran. Y en Francia los expertos médicos proponen seis semanas. Me voy a contemplar las estrellas en mi mente.

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  5. Esa niña, tan sabia, va esquivando la muerte como quien esquiva el viento, que tarde o temprano nos pilla. Entretanto sus cuentos, reales o inventados, nos amenizan, en mi caso, la tarde.

    Por Baobab, que no se rinda, que siga en la sombra del tiempo. Un abrazo

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    1. Yo ya me he acostumbrado a escucharla. Y no sé si es el confinamiento-encierro-privación-clausura-paralización de estos días que gracias a sus ensoñaciones se me hacen las horas más cortas. La otra noche soñé con leones. ¿Por qué sería?

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  6. Hay cuentos para dormir, pero a veces, son los cuentos para despertarnos los que nos preparan para la realidad.

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    1. Los cuentos, por regla general, pretenden despertar al niño a la realidad o realidades, pero...muchos de ellos están mediatizados, ¿por los narradores? ¿por quiénes los encargan a los narradores?

      Las leyendas, las fábulas, las historias ejemplares, los relatos de héroes y demonios, los cuentos morales...Francamente interesantes e incluso bonitos, pero muchos de ellos .o acaso todos- tan tendenciosos, en aras del buen funcionamiento social, que comienza, claro está, con la pedagogía de los mismos sobre los niños. Siempre se ha dado.

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  7. Me gustan tus cuentos tanto como el paquete de palomitas que me acabo de hacer al micro( riquiiisimas).

    Adriana

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    1. Espero que la sustancia de los cuentos tengan más efecto (a medio plazo al menos) que las palomitas, Adriana.

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  8. ¡Contarse cuentos a uno mismo, eso sí que es bueno!
    ¡Ay, esos cuentos de la infancia!
    Salu2, Fáckel.

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    1. Yo aún me los sigo contando, o re-contando, ya me entiendes. Pero aquellos, los imaginativos. Los que nos cuentan los mezquinos no me interesan (Lee a León Pelipe)

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  9. Las sustancias para la mente y las alimenticias son complementarias y como gallinas en corral que estamos, ya ves, tengo sus mismos gustos.

    Adriana

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    1. Cacacacacacaaaa...clocloclo... (onomatopeya española del cloqueo de gallinero)

      Vale, y ahora que he apartado las gallinas a un lado te diré que las sustancias alimenticias son condición sinequanon. Una alimentación que no nutre produce una mente fantasmal y débil. Pero ojo con los pseudoalimentos...Por lo demás, me encantan las palomitas. Clo clo...

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  10. Contarse, imaginarse historias para uno mismo ayuda a conocerse, que es ms difícil que conocer a otros. Siempre recuerdo que los cuentos de mi época de niña, de príncipes, hadas, princesas... nunca me gustaban; prefería inventármelos yo.

    Baobab, aunque algo resabidilla ella, es una niña muy niña... Me pregunto, que cuentos se inventaría en esta época, si le tocara vivirla....

    Abrazo en el aire, bastante mas azul hoy.

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    1. Es que aquellos cuentos a fuerza de ser estereotipos resultaban a veces cansinos. Muy lista tú inventándolos en la juventud e divino tesoro.

      Algún día, cuando Baobab crezca se verá si mantiene el alma de las narraciones y cómo digiere la vida de estos tiempos.

      Llevar la luz a lo íntimo.

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  11. Me río por no llorar,a gente allegada les ha llegado el temido ERTE.Cualquier alimento será bueno...en lo que yo pueda será el mejor.

    Adriana

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    1. Desgraciadamente tras este virus vendrán otros virus de otras clases, de orden económico, social, político...uf. No quiero decir más.

      Nutrir cuerpo en sus dimensiones varias, eso siempre.

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  12. los virus viven antes que el ser humano

    precioso museo de mi ciudad

    saludos

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    1. Qué callado te lo tenías. Pues no es un museo que lo conozca mucha gente, no.

      Los virus, compañeros de viaje ( y las bacterias y los ácaros y...la microbiota que se llama, vamos)

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  13. Qué otra cosa es la vida sino un cuento que nos decimos.

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    1. Un cuento con muchos rostros, que se nos muestran a todos. Lo importante es que no cundan más unos que otros (por ejemplo, el dolor: vade retro)

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