lunes, 27 de enero de 2020

Cuentos efímeros. Pulso de Maithuna a la Muerte (Tantra hindú)





















Si hay algo que no puede comprender la Muerte es a Maithuna. La Muerte, recóndita tras cada individuo, acechadora en cada situación, conspiradora en todo fenómeno de riesgo, puede perseguir dos cuerpos, pero no puede hacer nada con el instante de dos cuerpos que se funden en un tiempo único. Cuando la Muerte busca las vueltas a los amantes no prevé que un tercero se inmiscuya y los aleje de la muerte física. El tercero no es alguien que pasa por allí, no tiene corporeidad diferente, sino que es la manifestación de dos seres que se alejan de sí mismos para erigirse en el otro, en el nuevo. El tercero es el inesperado. Entonces Maithuna, cuya conciencia no precisa palabras, necesita ser palabra. Habla y la Muerte calla porque no puede entender lo que pasa. Y la voz de Maithuna susurra primero y se eleva y se impone después en medio de los cuerpos que se buscan.

Soy Maithuna, dice la voz única, la pasión que repta como serpiente del saber de los sentidos. Llego para que conjuréis, vosotros los que me habéis llamado, los oscuros e inevitables designios previstos por la que apaga todos los placeres. Cuidad que esta no os engañe con las falsas muertes que van a procurar desviar vuestra fusión, envueltas en una intensidad efímera, volcadas en una solicitud urgente, ofrecidas con un desvanecimiento que es pérdida y no retención.

Soy Maithuna, dice el instante que no perece, la que busca el alimento en el huerto que se renueva. Llego para que no confundáis los frutos que regeneran con aquellos que emponzoñan. Y os los nombraré de ambas clases: la calma contra la ansiedad, la aceptación contra la disconformidad, la soledad ocupada frente al desamparo del vacío, la privación voluntaria opuesta a la posesión inútil, el anhelo propio más allá del deseo ajeno.

Soy Maithuna, dice la indisoluble, y vengo para avisaros de que el cuerpo huérfano ansía ser tomado por la que solo quiere siempre desunir. Peregrinad en mí para no permanecer demediados. Hurtad un instante sin medida al destino. Entrad donde la destructora no puede entrar. Seáis del sexo que seáis, sed yo misma. Pues los labios de la vida os reciben, y esta es una copa de la que la Muerte no sabe beber.

La Muerte, que ha escuchado parapetada en su impotencia circunstancial las invocaciones y consejos de Maithuna a los humanos, se mantiene a distancia. Los hombres se inventan rituales que les hacen creer que alargan sus vidas, musita irónica. Maithuna es intocable mientras existe. Pero cuando se apague su voz, se termine su instante y se sequen sus labios, los amantes podrán ser míos para siempre si yo quiero, se jacta. Pero no tengo prisa, puedo esperar, aunque aborrezca el goce de los amantes. Después de todo, piensa, yo debo contemplar aquello que me está vedado por la vida, aunque no lo entienda ni lo interrumpa.





(Representación de Maithuna, Templo de Orissa, India)

26 comentarios:

  1. Unamuno pensaba que se podía ser eterno en los que nos suceden. No es un consuelo para el individuo, pero qué placentero unirse para imaginarse libre de la mortalidad.

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    1. A Unamuno le seguía marcando el cristianismo, por mucha agonía que percibiera él, hasta el fin. Es que maithuna no exige ni fe alguna, ni racionalización, ni permiso, y más si se tira por la borda cualquier clase de culpa.

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  2. Muy interesante. Yo del sexo tántrico entiendo poco, pero fíjate que de alguna manera lo identifico con un fluir, de un todo, y en parte, de una pequeña muerte como culminación de la unión. No puedo evitar recordar cuántas mujeres han sufrido hombres de más e cincuenta años, precisamente en esos momentos. Tal vez porque no practicaban la calma y la manera cósmica de amarse.

    Por las uniones que van mucho más allá de unas pieles, y en parte, más allá de la muerte. Un abrazo

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    1. Con el dogma de que había que amar para tener hijos dime tú con qué libertad y liberación del pecado podrían muchos/as afrontar el placer. Respuesta: pues pecando. Pero generando a su vez malas e injustas conciencias. No tienen perdón ciertos...En fin, lo dejo ahí.

      El amor también puede ser y es, de hecho, simbólico. Se proyecta aunque haya límites una vida más allá de la vida, aunque sea efímero.

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  3. La muerte nada puede contra el amor, salvo en contados casos en los que alguno sufre un jamacuco en pleno acto sexual; pero ello se debe, sin duda, a la propia debilidad del corazón del que se afana por consumar el acto.
    Un saludo.

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    1. Eterno conflicto Éros/Tánatos en la vida simbólica, pero ¿quien acaba llevándose el gato al agua? Mientras dura el amor la muerte no puede con él, pero a veces esta ha arrebatado, arrebata, a seres en el mejor momento. Lo de caer en plena maithuna, digamos, es excepcional, pero a veces tiene lugar, incluso en casas ajenas.

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  4. Preparen el ritual que quieran, con más o menos solemnidad, el caso es que Maithuna está ahí, y sus consejos no son desdeñables.
    A un lado está el ruido, al está el silencio. El universo está dividido en dos: la primavera brillante y el otroño de las hojas ingrávidas y una coreografía de instantes que armoniza el mundo. La música callada.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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    1. Y todo eso es tangible, aunque tendamos a otorgar palabras, símbolos, rituales. Distinguiendo lo tangible y duradero de las imágenes sobredimensionadas seríamos más felices. Pero eso no se ha alcanzado todavía.

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  5. Aunque esta versión que presentás tiene rasgos favorables, me gusta su incomodidad, que haya encontrado algo que la desafíe, que no logre comprender. Que incluso le provoque cierta inseguridad.

    Saludos.

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    1. Por supuesto, probablemente haya bastantes situaciones y fenómenos humanos que no entienda y que la incomoden, obcecada como está en su irrenunciable misión. Y los humanos, que estamos de momento a este lado, debemos aprovechar el tiempo para conjurar con los disfrutes carnales -incluyo el pensamiento, el razonamiento, la memoria, la indagación, no solo la sexualidad- a la agazapada Mirona.

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  6. Me apunto al comentario de FRANCESC.
    Creo que ha dicho mucho en poco espacio.
    Salut

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    1. Apuntado quedas. Francesc siempre con su enjundia imaginativa. Yo no simplificaría tanto los lados del mundo puesto que las tonalidades generan nuevos espacios, tal vez no tan secundarios. Pero bueno, esto es casilenguaje tao y lo dejo al albur de cada usuario vital.

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  7. Respirar lenta y profundamente en la playa del gozo sostenido y dejar que bailen todas las células del cuerpo como si fueran campanillas tintineando cuando las agita el aire. ¿Serviría este mantra para que la muerte fuera conjurada por el tantra?

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    1. Los mantras de maithuna son muy silábicos e incluso las sílabas ceden a los vagidos como una especie de eterno retorno. En lo que supe de aquella estancia en el Indostán quienes estaban avezados en tantra emergían convencidos de que habían desafiado a la muerte. Sin embargo esta no reconoce a los territorios circunstanciales del placer como patente de eternidad para todo. Ravi y Arundhati, una pareja para los que no había secretos en lo tántrico perecieron en un accidente de autobús que cayó a un afluente del río Narmada, en Madhya Pradesh.

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    2. Dejo mis palabras en el mundo de la fantasía, no vaya a ser que, con la broma, alguien confunda la realidad con la literatura.

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    3. Pues si te parece, bien, pero ese es un problema, si lo es, de cada cual. Arrieros de la vida y de la lectura vamos siendo, ya nos hemos encontrado sobradamente y allá quien confunda el culo con las témporas, que nos decían antes, ¿no? Además que confundir es un tipo de transgresión que no considero necesariamente de malos resultados.

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  8. No dejas de sorprenderme. ¿Serán estos relatos un libro sobre la muerte? Sería estupendo.

    En esta ocasión, me quedo con el anhelo de encontrarme con Maithuna. Tal vez lo haya hecho ya...

    Besos

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    1. Pues no sé, de momento son caprichosas ocurrencias en donde me despacho a discreción con la tal.

      En lo otro te diré que maithuna, como suele decirse del oro, no es todo lo que reluce tras su apariencia. Pero si se te ha logrado te felicito.

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  9. Podemos convertir en eternidad el momento,incluso algunos dicen que cada instante queda fijado para siempre en la línea del tiempo, es y será, así que no desesperemos, cada segundo de vida, de unión amorosa o de paseo por el parque no desaparece jamás.

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    1. A esa visión digamos constructiva u optimista se le puede añadir la capacidad de la memoria para actualizar recuerdos o recrearlos, y si desarrollásemos el tema nos sorprenderíamos lo que da de sí la capacidad memorística sumada a la pasión -por el arte, por la amistad, por la sexualidad- a la hora de facilitarnos nuevos y gratos momentos incluso en soledad. ¿O sobre todo en soledad? Un abrazo, Marga.

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  10. Pienso que la Muerte no se inquieta demasiado con Maithuna; sabe que no es tan eficaz como quiere aparentar. Además pudiera ser que a la Dama del Silencio no se la gane con combatirla, sino mas bien con convencerla...

    Buenas noches, Fackel

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    1. Así es, y que yo sepa hasta la fecha no hay alternativa de hacerla entrar en razones del más acá humano, jej. Salud y buen temple.

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  11. Eros y Tánatos se oponen, se complementan, se desafían. Lo curioso es que la unión tántrica no busca el orgasmo como descarga sino un "orgasmo Valle" que es la felicidad de la Unión. Es otra cosa. Los amantes enamorados gozan con cualquier cosa. Paseando, hablando, mirándose, respirando, tomando un café. Para ellos hacer el amor es una prolongación de su Unión mística. Solo cuando dejan de sentir la comunión mística se obsesionan con el orgasmo como descarga.

    La muerte no puede vencer al amor. Pero a veces la muerte llega para un amante que está en estado de gracia. Quizás un accidente, un infarto, una intoxicación. En fin... el azar puede propiciar cualquier cosa.

    Este texto tuyo hace meditar sobre el amor y la muerte. Debemos vivir cada día como si fuera el último. Que la pasión llene cada momento de nuestra existencia porque no sabemos ni el día ni la hora.

    Los amantes tántricos alcanzan la inmortalidad, pero esta es simbólica.

    La muerte se lleva la unión carnal, pero no se lleva el amor.

    Muy interesante y fascinante tu serie de cuentos sobre la muerte.

    Un abrazo de enero

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    1. Nada que añadir a tu impecable y didáctica interpretación. Bueno, sí. Lo de que la muerte no se lleva al amor me hace pensar. Entonces, tampoco se lleva nuestro tiempo vivido, ¿no?

      Gracias por seguir y poner guindas. Salud de martes amable.

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  12. Esa unión tántrica busca ser la salida a la contundencia inevitable de la muerte. Justo en ese momento se siente así.

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    1. Tal vez ambos son parte del mismo circuito eléctrico del cuerpo, pero naturalmente un deterioro repentino o largo conducen a lo inevitable; del amor uno se recupera.

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