martes, 26 de noviembre de 2019

Naida. El sueño del extranjero




La vigilia agotó al extranjero. Y en el sueño tardío y tenso soñó lo que no se habría atrevido a pensar. En aquel submundo la nieve era violácea y las cornejas picoteaban en ella, revolcándose hasta teñirse de la albura. El hombre se entretenía observándolas y una mujer con un vestido negro se aproximaba a él y le preguntaba si le gustaban aquellos pájaros. Son pájaros afables, no se asustan de los hombres, respondía. A mí me resultan repulsivos, decía ella. Su presencia hace que me acuerde de los muertos. Eso quiere decir que de lo que te asustas en realidad es de los muertos, o de los asesinos de los muertos, y utilizas a las cornejas de excusa, le replicaba el hombre. No, tampoco me preocupan los muertos, ni me atemorizan aquellos ejecutores de la traición, precisaba la mujer, sino el silencio de amor que nos dejó de herencia la guerra. El amor puede hablar de nuevo en cualquier momento, basta con olvidar, decía el extranjero mirando a los ojos nublosos de ella. La mujer callaba. Enséñame a comprender a las cornejas, decía de pronto, enséñame a quererlas. Y eso, ¿como se hace?, respondía él sorprendido. Haciendo que recupere el amor, arriesgaba la mujer.  Entonces vieron que una de las aves, al alzar la cabeza de la nieve, llevaba el pico untado en sangre. ¿Ves?, observaba la mujer. Las aves beben ahora las huellas perdidas del amor.  La nieve arreciaba, el horizonte se oscurecía, y la figura de otra mujer destacaba desde el fondo, acercándose a ellos. Vestía del color de la nieve y detrás sobrevolaba una bandada de pájaros que ella parecía ignorar. ¿Eres también una huérfana de los sentimientos?, le preguntaba la mujer que se hallaba junto al hombre. Y la mujer de nieve respondía mirando a ambos: no, yo soy quien hace revivir los sentimientos y los llevo y los  traigo y los alimento para que no se pierdan en la soledad de las tumbas. Quédate con nosotros, proponía con osadía el hombre, pues yo no sabría devolveros aquello de lo que fuisteis privadas. La mujer de la claridad y la mujer de la penumbra se miraban formando un claroscuro cómplice. Luego, sujetando cada una de ellas con decisión un brazo del hombre, le decían: ven, vamos a adiestrarte en el metálico graznido de las cornejas. Aprenderás a soportar el calor íntimo que contiene el hielo. Volarás por el éter que antes no hubieras osado atravesar. Leerás por última vez en las lápidas para nosotras los nombres desprendidos de los cuerpos que debemos olvidar.

El tono agudo del teléfono sacudió al extranjero. Se incorporó somnoliento, se precipitó alarmado, dando tumbos, sin saber si le sujetaba el sueño o había despertado. Escuchó al otro lado de la línea una voz que no identificó ni con la mujer de la luz ni con la mujer de la tiniebla.



(Fotografía de Inés González)

18 comentarios:

  1. Hay pesadillas que son más reales que lo propiamente vivido. Dicen que soñar con la muerte le alarga a uno la vida. Cosas que se dicen.
    Un saludo.

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    1. Sí, ya sé, se dicen muchas cosas, pero no hay designado por mucho que algunos se empeñen. Pero es divertido hablar de lo soñado y pensar en ese alargamiento...si es para bien. Salidos.

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  2. Hay mensajes, en el duermevela, que uno apenas identifica. El extranjero sabe o siente que a su alrededor hay luces y sombras que no conoce en profundidad.

    Un abrazo y porque los extranjeros se sientan en casa, pasado el miedo y las incertidumbres.

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    1. En el sueño todo se revuelve, o se ordena dentro de otros ámbitos y dimensiones que luego desparecen, ve a saber. En los sueños la personificación es algo inherente, salen personas de todos los tiempos que hayamos conocido e incluso gentes desconocidas. El pasado pesa mucho. Las peleas del presente se encarnan como posibilidades que en la vida consciente no se dan, o acaso sí, no sé.

      Gracias, Albada.

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  3. Pero identificó que era una voz de mujer.
    Saludos.

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    1. Hum, habrá que ver, si no le cuelgan antes, claro. Buen martes.

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  4. Nos dejas con la intriga y te quedas tan pancho...Te sigo

    Adriana

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  5. Es difícil comprender el lenguaje de los sueños... supongo que habrá quienes conozcan las claves para descifrarlos, yo no. Ese sueño del extranjero que tan bien relatas (el relato me ha gustado mucho), y tal vez todos los sueños, para ser "comprendidos" tengamos que analizarlos de forma holística...

    Presumo que la lucha entre la luz y las sombras está en el multiuniverso a gran escala y en nuestro microuniverso interno en una escala proporcional... seguramente que sin conocer las claves para interpretar las pistas, tanto de los sueños como de la realidad que transitamos y que sometemos a nuestra manera de interrogarla, nuestra vida se batirá en el claroscuro de las dudas intentando buscar respuestas acertadas...

    Yin y yang...

    Saludos.

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    1. Sí, probablemente sea como dices, pero yo tampoco soy capaz de interpretar sueños del sueño, vamos. Puede que los sueños no sean sino un mecanismo físico de limpieza y reorganización mental que nos viene de perlas, y en ellos lógicamente aparecen desordenada y caprichosamente no solo personajes conocidos, situaciones aproximadas o paisajes que hayamos recorrido, sino que en su combinación caótica -a nuestros ojos- generan como en una novela de ficción situaciones de todo tipo, donde priman obsesiones, manías, rustraciones, pulsiones, pasiones, en fin todo lo que se supone que conforma el universo interior de cada uno. Gracias por comentar, Impersonem, cuando gustes.

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  6. El Cid tuvo por buen augurio ver cornejas cuando sale hacia el destierro desde su casa. No son agradables estas aves, pero cumplen su función de carroñeras. Quizá el sueño ahondaba en esto dentro de la mente del extranjero.
    Qué extraños son los sueños cuando en ellos se nos tira desde dos lados y cualquiera de los dos es igualmente bueno o malo.

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    1. Las aves en aquella ciudad bosnia son más acogedoras y domésticas, al menos lo aparentan.

      Y lo mejor que se puede hacer una vez se hayan soñado los sueños (sic) es olvidarlos. Cuando intento por descifrar lo que no está a nuestro alcance desasosiega y crea complejos.

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  7. Inquietante y desconcertante relato, a la par que muy real.
    ¡Quién se librara de estos ensueños, que vienen a perturbar de vez en cuando!
    Interesante entrada, enhorabuena!!

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    1. Nadie se libra del posibilismo de los sueños. Yo recomiendo no tomarlos en consideración y menos pretender trazar conductas por lo que creemos que nos han dicho mientras descendíamos a su submundo. Gracias, Undine.

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  8. Fáckel:
    según los supersticiosos, hay pájaros de mal agüero.
    ¡Qué culpa tendrán ellos!
    Salu2.

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    1. Sí, eso digo yo, pero ya sabes que los hombres han utilizado a los animales dese la Antigüedad no solo para los trabajos brutos sino para convertirlos en objeto simbólico de sus obsesiones. Los pájaros no se han librado.

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  9. Serán los sueños premoniciones, señales de lo que nos depara el futuro? Seran apenas recuerdos de lo que fue e intentamos olvidar o simplemente son construcciones mentales de nuestros propios miedos? Claves para entendernos

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    1. Hombre, el tiempo de los hombre primitivos ya pasó, así que como para utilizar los sueños con fines de conducta futura. Eso sí que sería condicionarnos y anularnos, por lo tanto. Veámoslos como parte del proceso de recuperación del cerebro en el que, lógicamente, se vuelvan experiencias siempre pasadas, aunque sean del día anterior. Que en ellos haya destellos o toques de atención para considerar claves del pasado, pues bueno, como cuando pensamos o recordamos con plena consciencia. Todo eso es útil. Entregarnos a que los sueños establecen un designio personal sería entrar en negacionismos tan al uso de ciertos fanáticos que cunden por el mundo. Salud de sábado.

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