martes, 15 de octubre de 2019

Naida me cuenta la tragedia de Emina




Emina se vale a dos manos o, mejor dicho, a cuatro; escribiendo y cincelando no hay quien pueda con ella, me cuenta Naida. Perdió al hombre al que amaba cuando aún no habían vivido suficiente tiempo juntos. Lo asesinó un francotirador cobarde que no sabía que mataba a un poeta. Aunque le hubiera dado lo mismo saberlo. Y de haberlo sabido el depravado se preguntaría: ¿Vale más la vida de un poeta que la de un individuo cualquiera? Un poeta es también un hombre común, y no solo para el ojo que te tiene en el punto de mira de tu descuido. El amante de Emina se llamaba Edin Gorik, de familia de lejana procedencia, y se consideraba a sí mismo un poeta cosmopolita, algo que no era muy bien aceptado por los más radicales de esta parte del país y mucho menos de la otra. Decía que un hombre no puede amar solo a una parte de la tierra o a una clase de hombres y a otra parte no. Y que los poetas están para defender una mirada armónica sobre el mundo. Demasiado risueño para mi gusto, aunque la verdad es que era un artífice de las palabras. Más que eso, un orfebre. No creía en las patrias, a las que veía como formaciones poco naturales y bastante injustas, que se traicionaban a sí mismas, no en su concepto como tal, sino en los hechos con sus hijos. Los poemas que publicaba en la revista literaria La fronda no eran complacientes con los vientos de violencia, cada vez menos larvada. Jamás aireaba ideas de supremacía pero tampoco se regodeaba en victimismos. Para él el sentimiento del amor o de la amistad eran indisolubles de la convivencia y del entendimiento en la vida social, un deseo arriesgado más que una duradera realidad por estas tierras. Edin Gorik decía que todas las emociones están conectadas, se tenga conciencia de ello o no, y que quien es sensible a una manifestación determinada, por ejemplo a la afectiva, lo es también a la estética o a la emoción que produce dentro de un hombre obrar con bondad. Un planteamiento raro que pocos entendían pero que él argumentaba con cierta levedad en sus artículos. No era un racionalista obligado. Soñaba demasiado. No era ningún místico, aunque conocía bien la literatura sufí e incluso a poetas antiguos de tu país que no escribían precisamente en la ortodoxia. Tampoco creo que Emina hubiera entendido toda la mentalidad de Edin mientras estuvo vivo. Ella se ha quejado siempre de que le faltó tiempo para conocer la riqueza de sus pensamientos revueltos. Quién sabe. Era un hombre en una evolución incesante, que la comunicaba casi a diario. Emina y Edin hablaban mucho entre sí, pero él iba por delante en conocimientos de culturas extranjeras y también en la euforia por dar a conocer cómo las iba descubriendo. Todo esto deslumbraba a Emina.  Fueron los poemas que había dejado sin publicar los que ella leyó una y mil veces hasta identificarse con el hombre que ya solo iba a ser una sombra en su vida. Hoy Emina se desquita a través de la palabra y del esculpido. Las considera expresiones tan complementarias que busca estimularlas entre sí. Es mi doble homenaje a Edin, suele decir. Aunque yo creo que es su modo de intentar conjurar el dolor que aún le causa el recuerdo de la tragedia. Con la palabra propia se empeña en proseguir la obra del hombre. Con la escultura golpea la masa para liberar resentimiento, dice con esa ironía alegre y descarada que gasta. Porque solo expulsando el odio, afirma, puede nacer una nueva criatura. Sé de sobra que ni una dedicación ni otra darían frutos tan gratificantes como los que consigue si solo se dejara llevar por el impulso animal de revancha.

Naida me mira, atusa con sus dedos el cabello de mis sienes. No dices nada. ¿En qué piensas? Callo, me mantengo absorto, alejado. Mi sonrisa cabalga todavía sobre la vida imaginada de la escultora y el poeta. Antes de que se frustrase.




(Fotografía de Inés González)


14 comentarios:

  1. Entresaco dos ideas.
    "Jamás aireaba ideas de supremacía pero tampoco se regodeaba en victimismos."
    "Solo expulsando el odio puede nacer una nueva criatura."
    Dicen mucho de situaciones como la que estamos viviendo. Sobran los comentarios.
    Un saludo, Fackel.

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    1. Pero me temo que estamos en la fase de sembrando odios, alimentando odios, generando enemigos, promoviendo caos, rompiendo la convivencia. ultrajando la democracia que jamás habíamos tenido y que algunos no quieren tener, ni siquiera para ellos. Gracias, están consiguiendo ciertos locos ideológicos que algunos estemos abatidos, pero de todo se aprende, ya lo creo. Un abrazo.

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  2. Un ejercicio de imaginación, sobre una pareja que vio truncado su proyección de futuro. Qué suerte poder expresar la frustración, con los cinceles, con los pinceles, con las palabras, para que no se pudra adentro.

    Un abrazo

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    1. Mucha gente lo hace. La mayoría probablemente, si no con las artes de ese tipo con otras, personales. Nunca se puede renunciar a la superación, por muy frustrantes que hayan sido las circunstancias, claro menos en la vejez avanzada en que no es tan sencillo. Porque como bien dices que no se nos pudran dentro, que eso envenena y frustra más.

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  3. Gracias por complacer mi curiosidad. El texto es precioso, la muerte siempre inoportuna. Más de uno deberia experimentar la emoción que produce dentro de un hombre obrar con bondad.
    Tienes mucho de Edin ( das a conocer tanto!...)

    Te dejas mirar
    en tu vastedad mental
    brotan poemas.

    Buen día. Adriana

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    1. Gracias por el haiku, bonito.

      En efecto, la muerte casi siempre es inoportuna, me gusta la frase. Pongo casi, porque hay casos en que no.

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  4. La personalidad ingenua y humanista de Edin Gorik me es conocida pero inevitablemente los conflictos y especialmente las guerras solo quieren poesía partidista y épica que haga que estallen mil hogueras de odio. Esa ingenuidad es entrañable porque el mundo no funciona así. A la gente le gusta el calor de la tribu y tejer mitos y leyendas que vertebren su visión simple de las cosas, le gusta sentirse ofendida e indignada, sacar su violencia ideológica -y cuando llega, la física-. Es todo más sencillo como para que venga un poeta de medio pelo que no cree en las patrias ni en las banderas y sí en la humanidad. Ja. Su muerte no fue un accidente, no, fue una ejecución no tan arbitraria como parece, fue una especie de justicia poética en negativo para el deleite de la patria que necesita víctimas y sangre que iluminen su altar. La voz de Edin Gorik era hermosa, como es la persona de su novia Emina, pero al mundo le gustan los sentimientos heridos, eso nos atrae como la miel a las moscas. Iba a escribir otra cosa. Un buen texto que no carece de contexto como algún comentarista te ha hecho notar.

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    1. Brillante deducción y explicación, Joselu. Me has hecho pensar por partida doble. Además estos días estamos viendo en la historia nacional cómo la violencia no va independiente de las sublimes ideas, sino que suele ser nutriente común. Otra cosa es el cinismo de los dirigentes de los que amparan la violencia, si es que no la han encendido, que juegan a dos manos, a Dios y al Diablo. Y ya se sabe, que tienes que elegir. Jugar a dos personajes que suponen la antítesis respectiva según los mitos puede tener mala evolución y traducción en la vida real. Pero se ve que esos dirigentes han hecho profesión de fe y de sueldo de una situación donde la vida de la gente, por mucho que aireen cantos sublimes, les importa un bledo. Y en efecto, en tu comentario yo veo no solo lo que me haya inventado sino lo que ha acontecido a lo largo de la historia, y lo mío tiene poco mérito.

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  5. Y yo me quedo con el final. Apetitoso, si cabe:

    "...Antes de que se frustrase..."

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    1. En realidad es una frase que puede sobrar, de hecho al principio no la puse, no sé qué coño de instinto me incitó a que matizara, no sé. Salut y ánimo malgré...

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  6. Me parece un texto tan bien escrito como necesario de escuchar. Hay frases memorables que merecen, como poco, quitarse el sombrero. Frases como ésta, por ejemplo: "Porque solo expulsando el odio, afirma, puede nacer una nueva criatura", pero hay más.
    Excelente
    Un saludo

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    1. El odio engendra monstruos, es decir, no es precisamente lo más beneficiosa para la salud personal y colectiva. Es todo lo contrario de la racionalidad, la tolerancia y el pensamiento libre. Algunos que estos días lo fomentan deberían pensárselo. Agradezco tu lectura atenta, Ginebra.

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  7. El amor a la patria, al terruño, al rincón donde uno ha nacido no es malo. Lo malo es cuando se niega al otro, cuando se quiere conquistar al otro, cuando se quiere exterminar al otro.
    Salu2.

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    1. Por eso hay que distinguir entre el fenómeno de emoción personal y su identificación con otras emociones y el fenómeno de una traducción política que debería ser racional (esta última, ungida por las emociones, pasiones, desfiguraciones, sacramentalismos, etc. conduce a conquistas y en el extremo a exterminios)

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