martes, 11 de junio de 2019

Contradicho de Sylvain Maréchal (con apostilla de Séneca)




En el peculiar Diccionario de ateos antiguos y modernos, publicado en 1799, de Sylvain Maréchal (1750-1803) hay una voz que me salta con palpitación a la vista:

"Españoles. 'Hay entre los españoles una enorme multitud de ateos que no creen en nada, absolutamente en nada, y que proclaman en voz alta que la existencia de Dios es un perjuicio´(Jean-Marie-Jérôme Fleuriot, marqués de Langle, Voyage en Espagne -1785-)

Tienen un refrán que podría servir de axioma a los materialistas: 'Dios es todo y lo demás es nada'."

Dos opiniones que no son opuestas. No obstante me cuesta creer bastante la del marqués de Langle -¿Cómo? ¿Los españoles ateos? ¿Y abundan?- y por ello me he precipitado a ver si encontraba algún ejemplar en español de su Voyage. Sin éxito. Pero podría ser que no anduviera el marqués descaminado en su recorrido. Tantos siglos de reinstalación trentina forzó con renovado brío el catolicismo de los ibéricos. Pero acaso a su vez este forzamiento, o mejor, este acatamiento, les volviera incrédulos y escépticos en su fuero interior. Aunque lo ocultaran, salvo a la hora de la blasfemia, en que lo despacharían a gusto. De ahí que Maréchal tampoco anduviera desacertado en su ironía. Sabía bien que el monoteísmo es mucho más panteísta de lo que normalmente se piensa. Es a lo que se presta la elucubración dogmática y abstracta, lista siempre a adecuarse a los tiempos y a las costumbres. 

Y es que Séneca, aunque practicó en Roma, dejó honda huella entre los cives de la Hispania en cuanto a un método para saber vivir, y sobre todo sobrevivir. Carta a Lucilo: "La naturaleza no es nada sin Dios. Dios no es nada sin la naturaleza. Naturaleza y Dios son lo mismo". Acabemos.



Diccionario de ateos está editado en Ediciones Laetoli, colección Los ilustrados)


18 comentarios:

  1. Estoy por darle la razón a nuestro ilustrado Sylvain Maréchal. Si de la nómina de creyentes españoles sustraemos los que practican ritos esotéricos como lo de comerse un cuerpo místico en cada misa, los iluminados por la luz de alguna virgen aparecida, los fundamentalistas, los que acuden en romería a palpar la tela que cubre una estatuilla, todos aquellos que han sido forzados por el dogma trentino, los adoctrinados en las escuela de monjas y curas, los que hacen de las prácticas religiosas un negocio de cirios y capirotes, los santeros o los que añoran todavía el influjo de los estigmatizados, nos encontraríamos con una cantidad de creyentes que se podrían contar con los dedos de una oreja.
    Aquí lo que hay es una población bastante inculta que reclama a gritos un baño de razón que acabe de una vez con la roña secular.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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    1. Al final se podría concluir que todo resultó ser una Feria, un chiringuito, un mercado, un pensionado para los profesionales de cada práctica, un cúmulo de callejones incapaces de dar respuestas al dolor, a la miseria, un parque de atracciones para hacer prósperos negocios las minorías que viven del cuento...La razón, ¿cómo puede calar entre tanto esoterismo incapaz de superarse a sí mismo?

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  2. Piensa que por estas tierras somos más de santos patronos y vírgenes locales que de Dios...

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    1. Tradicionalismo virtual: las imágenes y las procesiones cumplen el papel de los vacíos de la razón. Hoy el tradicionalismo del que somos partidarios (los que lo sean) es faceta turística a la que no se quiere renunciar, por la atracción del negocio. Y por ocupar espacio en televisiones.

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  3. Ateos en aquella época... pocos. Lo que sí había era mucha superchería, mucha superstición... y un monoteísmo politeísta con un panteón que ríete tú del de Agripa, lleno de vírgenes, santos, ángeles y demonios.
    Saludos, Fackel.

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    1. Y quedan secuelas locales, muy sui generis, algunas con romerías, grandes semanas llamadas sacras por marzo y abril, y etc. Turistizado, claro.

      Ya el Padre Feijoo se dedicó a combatir supercherías en el siglo XVIII, desde su "Teatro Crítico Universal". Recuerda aquella declaración de principios:

      " Yo, ciudadano libre de la República de las Letras, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos, escucharé siempre con preferencia a toda autoridad privada lo que me dictaren la experiencia y la razón."

      Saludos.

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  4. Lo más sensato me parece sentir que somos producto/hijos de la naturaleza y no conviene olvidar sus diversas características!
    Al fin y al cabo el mamífero y el “plumífero “ necesita la PROTECCIÓN de sus mayores desde el nacimiento pues es la primera impronta vital que recibe para sobrevivir y replicarse. También necesita cierta fuerza innata. El resto de los subterfugios sentimentales y culturales me parece que son fruto de dichos orígenes.
    En fin, me temo que el paso del tiempo me ha convertido en un ser tremendamente reductcionista, y ante las percepciones ajenas (todas ellas tan producto de sus circunstancias como mi persona de las propias) evidentemente simple. Solo un “prota” analítico dentro de su propia película puede ser algo consciente de si la magnitud de su simplicidad puede o no ser fruto del descarte natural de procesos más o menos socialmente enrevesados/complicados.

    Ahh, punto y aparte. Gracias por estimular mi adormecido pensamiento durante tanto tiempo, el pobre andaba inmerso en cierta complicada materialización de mi particular “rodaje”. .... pes un hecho que mis dos instintos más demostradamente poderosos son la manduca y el pensamiento instintivo. Jajjj soy producto directo de un “restaurador” al que continuamente escuchaba mascullar “dejadme tranquilo, que estoy pensando”. Ya ves, nada meritorio por mi parte sino la p... genética. Con el paso del tiempo no paro de comprobarlo por más que siempre intentaba alejarme de ella.
    Y por fuera solo añadir que recientemente, vi una foto y me pregunté “qué porras hace mi madre por aquí?, una segunda comprobación me puso en su sitio, era mi persona. Más debo suponer que no todos tienen una vida tan enlazada y correlativa como la de mía (hasta mi doble nombre engloba la denominación de origen de ambos progenitores)...o no se pueden enterar. Hay que jorobarse!
    Y ahora , en términos mundanos he de considerarme “atea” ? Pues dependerá de la percepción ajena ...afirmativo en el sentido clásico y convencional pero negativo en el instintivo, que también mi persona necesitó/necesita protección y la ofreció y sigue haciendo lo que puede cuando es menester. Vamos, “como to er mundo”.

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    1. El paso del tiempo no puede haberte convertido en una reduccionista porque además de las vivencias se ve que tienes una conciencia y un sentido de la experiencia muy desarrollada. Otra cosa es que cierta dosis de cansancio, hastío, desconfianza y cabreo frente y contra los hijos tribales de nuestra sociedad te tengan en guardia y no te merezcan confianza, como me pasa a mí. Cuesta. Y a medida que la industria y el comercio desarrollan nuevos productos que invaden calles y domicilios, ondas y letra impresas, ordenadores y espacios rurales otrora tranquilos, y la gente se presta como loca al gasto y al desatino, la incomodidad nos rodea, la estupidez se afianza, el Yo antes que Tú se afirma y el vivir a lo tonto se afianza. Y eso repele.

      Nada que ver con nuestros respectivos discurso pero de pronto intuyo que un libro de una yanqui (de Kentucky) te podría agradar: "Noches insomnes", de Elizabeth Hardwick.

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  5. Curioso. Acabo de leer un libro de un Enciclopedista que promulga todo lo contrario, Holbach, y en uno de sus libros " Ensayo sobre los prejuicios".

    Los puntos de vista diferentes son buenos, máxime si van acompañados de buenos argumentos.
    Un abrazo

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    1. El Barón de Holbach es magnífico, un pozo de conocimiento, un irónico total, un fustigador de la irracionalidad. Hazte con su "Teología de bolsillo", divierte y confirma. Fue publicado en 1768, lo que quiere decir que hay que ver lo claro que tenían los ilustrados cuanto tenía lugar en materia de ideologías tradicionales y abusos de los poderes. Hoy se tiende a ocultar la labor de los enciclopedistas, de los humanistas, de los clásicos...¿Lo lograrán?

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  6. Solo lo entiendo desde la incultura, racionalmente las creencias son cosa de superticiosos.
    Saludos.

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    1. Coincido contigo. Lo que me preocupa es que se haga tan poco esfuerzo y se desestime la capacidad del pensamiento. En fin.

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  7. Mezclemos religión, fe, tradiciones, supersticiones, manías, miedos, costumbres, modas, fiesta, etc, y tenemos a un español normal y corriente.
    Comunistas acérrimos que portan pasos en la procesión del pueblo, gente de misa semanal que roba flores de las tumbas, gente que pasa de religiones y de cada cuatro palabras tres son "hostias", científicos religiosos, religiosos ateos, una fauna muy variada (entre la que me incluyo).
    Creo que existe un sentimiento religioso, pero es cierto que sobra mucha santería y falta más empatía.
    Salu2.

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    1. Pues sí, me ha gustado lo del español normal y corriente. Sobre lo del sentimiento religioso...no sé qué decir...¿mejor? ¿peor? ¿expresión ideológica impuesta y aceptada? Ay los sentimientos, cuántos actos innobles se justifican con las fes y los sentimientos...Y así venimos de siglos.Salud Dyhego.

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  8. Si en todas las culturas hay manifestaciones religiosas, deduzco que debe haber un "hecho religioso" que atañe a la especie humana. Cada cultura en general y cada persona en particular lo desarrolla, lo neutraliza o lo desvía hacia aquellas creencias que le resulten más cómodas para su supervivencia emocional, creo, no sé. Realmente no sé nada de nada...
    Salu2.

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    1. Ha habido, hay, un hecho religioso, si entendemos por ello la invención y crecimiento de determinadas ideologías religiosas, amparadas y vinculadas en diversos tiempos y épocas a los poderes, y que se han imbricado en las culturas de los pueblos. Un ingrediente más que ha necesitado de unas castas determinadas para sobrevivir. Hay muchas variantes, incluso dentro de cada religión e iglesia, en la manera de entender en qué consiste ese hecho religioso. Sería interesante analizarlo teniendo en cuenta que es una creación humana más, determinante en distintas épocas, pero mejor hacerlo sin sublimaciones ni creencias añadidas. La neutralidad personal es importante a la hora de valorar eso que llaman el hecho religioso. No es fácil saber algo de algo, por lo que a mí respecta.

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