domingo, 28 de abril de 2019

Quien no ha no es. La utilidad de lo inútil. Nuccio Ordine





"En un relato autobiográfico, Vincenzo Padula -un clérigo revolucionario que vivió en un pueblo de Calabria entre 1819 y 1893- recuerda la primera lección de vida aprendida en familia, cuando todavía era un joven estudiante. Tras dar una respuesta insatisfactoria a una insidiosa pregunta de su padre ('¿Cómo es que en el alfabeto de cualquier lengua la A va antes y la E después?') el seminarista escucha con viva curiosidad la explicación que le ofrece su progenitor: 'En este mundo miserable el que ha es, y el que no ha no es'; por eso la letra a precede siempre a la letra e. Pero hay algo más: quienes no tienen constituyen en la 'sociedad civil' la masa de las consonantes, 'porque consuenan con la voz del rico y se conforman a sus actos, y el rico es la vocal, y sin ella no creo que la consonante pueda sonar'.

A casi dos siglos de distancia, la imagen de una sociedad dicotómica rígidamente diferenciada en amos y siervos, en ricos explotadores y pobres degradados a la condición de animales, tal como la había descrito Padula, no corresponde ya, o apenas, al retrato del mundo en que vivimos. Persiste sin embargo, en formas muy distintas y más sofisticadas, una supremacía del tener sobre el ser, una dictadura del beneficio y la posesión que domina cualquier ámbito del saber y todos nuestros comportamientos cotidianos. El aparentar cuenta más que el ser: lo que se muestra -un automóvil de lujo o un reloj de marca, un cargo prestigioso o una posición de poder- es mucho más valioso que la cultura o el grado de instrucción."


Magnífico primer capítulo del libro La utilidad de lo inútil. Manifiesto, de Nuccio Ordine, profesor de Literatura italiana en la Universidad de Calabria. Un librito que es una apasionada defensa de las humanidades, una reivindicación del saber clásico, una descripción de la útil inutilidad de la literatura, como él mismo dice, una revalorización de la cultura no mercantilizada. En él aparecen citados varios autores -filósofos, narradores, poetas- que merecen la pena, aquellos a través de los cuales uno se siente confortado. Un libro de apenas ciento setenta páginas que es lo que yo llamo un libro puente. Porque las consideraciones que se hacen en él, los autores nombrados, te remiten inmediatamente a conocer sus obras si no lo has hecho ya. Aquellas personas que se llenan la boca con ansias de espiritualidad -anhelos tras los que muchas veces se escudan oscurantismos y confusiones varias- bien deberían leer un libro vivo como este, material, tangible. Donde las ideas son carne. Amigos que pasáis por este blog, os lo recomiendo. Es pura y contundente sabiduría. Un fruto a paladear.





20 comentarios:

  1. Interesante y digno de tener en cuenta.
    Saludos.

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    1. Aunque el libro es de hace unos años yo no lo conocía hasta la última reimpresión de 2018, y me parece fascinante. Gracias, Alfred.

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  2. Me alegra que disfrutes con el texto. El disfrute del ingenio resulta gran placer. Por cierto esa sociedad que mencionas y evidentemente existe para otros, simplemente no figura entre mis realidades, por pura misoginia, imagino.
    Todo un alivio para alguien con la capacidad de aguante agotada . El otro día lo comentaba con una coetánea argentina y nos reventamos a reír! Creo que se sintió aliviada al derrumbar cierto tipo de culpabilidadades propias de nuestra generación!

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    1. Es que los textos de ese libro remiten a otros textos, a otros libros, a otros puntos de vista e informaciones, en gran parte desconocidas por nosotros, bueno, perdón, por mí.

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    2. Oyeee que mi ignorancia en cuestión literaria es supina aunque pasara los primeros años de mi vida leyendo como una descosida. La memoria no practica también es un desastre. Solo me libra, visto lo visto como una constante a lo largo de tanto tiempo una inusitada capacidad para relacionar cabos sueltos y establecer relaciones mentales múltiples e inusuales así como cierto voluntarismo. . Ni siquiera es cualidad propia, seguro que me vino por vía helicoidal múltiple, solo que las circunstancias hasta la fecha resultaron apropiadas.....y aún me cuesta comprender como he llegado a los tiempos presentes visto lo visto.

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    3. Yo defiendo -y en parte es mi experiencia- la lectura desordenada, a salto de mata o por reclamo intuitivo, pero siempre persiguiendo saciar curiosidades, obtener placer de la buena escritura y dejarme asombrar por los descubrimientos descriptivos.

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  3. Tus reflexiones, a tenor de una lectura. me han parecido muy interesantes, y que comparto. Hay libros que nos abren la mente, y la razón

    Un abrazo y feliz lunes, con lecturas que nos enriquezcan

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    1. Son reflexiones instintivas, Albada, porque apenas acabo de comenzar la lectura de un libro multipolar. Un libro que no hay que leer ni rápidamente ni de seguido, no es necesario. Por una parte, porque induce a reflexiones calmadas y a comprobaciones en la medida de nuestros conocimientos. Y por otra, porque nos pone en contacto con otros saberes, digamos. Grato lunes postelectoral. De la vida ordinaria es de donde más se aprende (si tenemos ganas y receptividad)

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  4. De lujo. Gracias una vez más por su generosidad.

    Adriana

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  5. Desconocido para mí. Gracias por la recomendación de su lectura.
    Un saludo, Fackel.

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    1. Hasta ahora también lo era para mí, y con asombro. De ahí que me guste trasladar información, de pasada, sobre autores y textos interesantes. Saludo lunero.

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  6. Muchas gracias por tu recomendación, amigo Fackel, buscaré el libro.
    Sí, sí, te juzgan por lo que tienes y repiten aquello de “tanto tienes, tanto vales”, así desde tiempos del buen samaritano.
    Ocurre, sin embargo, que lo que tienes te lo pueden quitar con más facilidad y, de hecho, tarde o temprano te lo quitan.
    Ser es un activo más seguro y aparentar es una forma de espectáculo efímero, diríase que tiene una obsolescencia programada por la idiotez de la vanidad.
    Abrazos
    Francesc Cornadó

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    1. Cuanta más apariencia veo en el entorno -y no te cuento en los circos mediáticos, profesionales y políticos- menos ganas tengo de mostrar lo que uno no es. Tampoco es que me importe demasiado saber que es eso del ser. Acaso la desnudez ideológica, la sana anarquía de los valores, la comprobación de que hay una materialidad que no se presta ni se rinde al mercado, que no se concede un precio, que no se deja chantajear por las ideas establecidas. Ser es hallar la propia materialidad de la que uno está hecho, con todas las vidas consecuentes que se lleva dentro. Como dicen ciertos astrofísicos avanzados, hay que hablar más bien de Multiverso en lugar de Universo. Si esa nueva conceptualización, o nuevo modo de intentar ver las cosas, se aplica al cuerpo que uno tiene se abre un nuevo panorama de intentar descubrir lo que somos.

      No hay mayor obsolescencia que no aceptarnos en nuestra decadencia cotidiana. Nadie nos preparó ni estimuló para aceptarnos -ya se encargó la religión cristiana de hacernos creer que seríamos eternos, ¡en otra vida!, y la religión del consumo ¡en esta!, más sarcástico aún- en la totalidad temporal que nos toque vivir.

      Riamos mientras podamos, aunque no todos pueden.

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  7. Tienes la virtud, amigo Fackel, de contagiar tus gustos por las lecturas que compartes. Gracias y un abrazo

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    1. Con una pandemia de textos como el citado tendríamos todos en mejor forma las defensas mentales. Son tiempos en que hay que oponer lo mejor de las culturas -occidentales u orientales- para derrotar el oscurantismo que siempre late en nuestras sociedades y las decadencias que la edad nos pueda traer. Gracias, Luis Antonio, por hacerte eco.

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  8. gracias por este "puente" que nos ofreces, tiene una pinta estupenda.

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    1. De nada. Hay tantos puentes tendidos y en tantas direcciones. Si nos sentimos viajeros de la vida ¿por qué no utilizarlos en lugar de encerrarnos en aldeas o en castillos que nos incomunican? No hay una patria más respetable que la búsqueda.

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    2. la búsqueda, ese viaje que nos recomienda Kavafis, entre otros!

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    3. Entre otros. Kavafis bebe de Homero. Alguien más humilde, nomenos importante literariamente hablando, Antonio Machado precisaba: el camino que se hace al andar. La diferencia es importante. Kavafis es más idealista, Machado más materialista, de proximidad, La única certeza es andar. (Un punto de vista personal mío) Gracias por tu precisión.

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