lunes, 8 de abril de 2019

Cosas que no harás en Denver cuando estés muerto




Preciso argumento de El Roto. Yo añadiría que el dolor y el sufrimiento, como secuelas del mal, llegarán mientras vivimos. Me parece que los demagogos que hablan hipócritamente de preservar la vida (a su manera) no lo reconocen ni hablan honestamente de ello. No quieren dejar de imponernos a la fuerza su sadomasoquismo ideológico. Miren, si quieren, que sufran ellos. La Democracia no se lo impide, pero que no manipulen la Democracia para seguir instaurando su reino del dolor y de  la destrucción de nuestros cuerpos. 

(Iba a colgar otra cosa, pero la viñeta de El Roto, aparecida en El País de hoy, es tan poderosa que quiero compartirla)



18 comentarios:

  1. Demagogos imponiendo cuestiones morales.

    Adriana

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    1. Una constante histórica en todas las culturas. Las religiones y las ideologías de pensamiento único no quieren entender sobre el bienestar de los hombres.

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  2. El sufrimiento y el dolor son inherentes a la vida, ni se pueden evitar ni podemos escabullirnos. Democracia real, no tenemos y sí muchos demagogos.
    Estoy contigo: el que no quiera algo, que no lo haga, pero que no imponga su criterio/moral/idelogía o lo que sea, al resto.
    Hablemos de esa sedación que se da a pacientes terminales "para que no sufran"... Aunque por decir esto ya recibí varias reprimendas. Cada cual a su conciencia.
    A mi, personalmente, no me gustaría "vivir" la vida postrada en una cama con dolor y sin tratamiento ni nada. Y viendo a mi entorno sufrir y agotarse por atenderme. Hay que vivir una situación para entenderlo y sabe qué se quiere.

    Saludos.

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    1. Hoy hay criterios suficientes que permiten evaluar la situación sin salida de un individuo. Hay medios que pueden tratar sufrimientos limitados y hay medios que deberían ser aplicados para situaciones desesperadas, como las que todos conocemos. La sociedad es adulta para asumir pasos en ese sentido de paliar el extremo dolor, la inutilidad absoluta, la desprovisión al límite en que se consumen muchas personas. Los políticos, si fueran honestos -no creo que ninguno de ellos deseen verse postrados y marginados si les toca el mal- deberían sacudirse la miseria ideológica heredada. Probablemente hoy muchos de ellos prefieran no tocar el tema para no perder electores. Fue muy curioso ver el otro día, cuando se supo de la muerte asistida de una mujer por su marido, cómo los periodistas le preguntaban al neolíder de la sonrisa profidén sobre la eutanasia y este se escabullía de responder. La sociedad civil y laica debe predominar sobre los sectores ideológicos que ponen palos en las ruedas del bienestar colectivo.

      Y de acuerdo en lo de la Democracia real, como tal concepto absoluto no se da. Pero como sistema reglado, no obstante sus imperfecciones, para avanzar y mantener conquistas creo que deberíamos hacer por ella. Por las cuentas que nos tiene. Gracias, Verónica.

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  3. LLegan tarde. Pero no le sé. Tarde para el divorcio y tarde para la eutanasia, eso sí, pero han vivido la evolución de un país, por fuera, por dentro sabemos que el franquismo sigue vivo, donde en teoría se respetan más los derechos.

    Un abrazo y por el magnífico Roto, quien con dibujos nos sumerge en la realidad con cuatro líneas, o ninguna

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    1. El eterno pulso entre reacción y progreso, como en música. Pero aquí los acordes somos los individuos. Nadie regala nada. Y si se da algo es un trueque: siempre a cambio de algo. Pero esto nos llevaría a una prospección más larga y profunda sobre las correlaciones de fuerza de poder y sociales. Complicado. El Roto, al que tanto admiro, es un prodigio de certero argumento y sólida razón.

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  4. Amigo Fackel, a fuerza de lo que sea nos la imponen, y nada lo impide.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Tiene tantas formas esa moralidad de quienes se creen por encima de los seres humanos...Cuánta gente vive entre tormentos por causa de su iniquidad. Un abrazo, Francesc.

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  5. Magnífica la viñeta de Roto. He vivido muy de cerca situaciones de enfermedades terminales dolorosas y denigrantes para el enfermo a su propia dignidad como personas. Solo entiendo un no a la eutanasia para aquellas personas que en situaciones terminales dicen yo no quiero, y creo que nadie tiene derecho a decidir por nadie en pro de ideologías, religiones o fanatismos. Lo siento pero es algo que he vivido tan tan de cerca que no comprendo a quienes predican la sarta de estupideces que leo sobre ello.
    Un abrazo, Fackel.

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    1. Comparto de pé a pá tu opinión razonada. Si se ha vivido de cerca una situación terminal no hace falta decir nada más. Pero quien no lo haya vivido también debería mostrar la cordura del entendimiento y la bondad solidaria de ponerse en el lugar del otro. Lo dicho, que El Roto lo expresa mejor que la Conferencia Episcopal, por ejemplo.

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  6. Tremendo El Roto. Siempre da en la diana.
    Un saludo, Fackel.

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    1. Su verdadera fuerza expresiva está en su obra, ya de décadas, desde aquella revista Triunfo que tanto nos ilusionaba semanalmente y los heterónimos que fue creando por doquier. Un saludo, Cayetano.

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  7. Hemos dejado de lado la Filosofía.
    Leer a Kierkegard, a Sarte, o a Simone (su compañera), nos daría la dimensión excata de la palabra existencialismo (de existire, de ser).
    Estamos condenados a ser libres, y por lo tanto a tomar nuestras propias decisiones. No hay más. Los políticos no pueden poner trabas, sólo legislar.

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    1. A Nietzsche también hay que leer. Y a Camus hay que retomarlo, antes de que el pensamiento líquido lo borre. ¿Crees que estamos condenados a ser libres? Para mí que estamos condenados a ser accidente, teniéndolo claro primero evitamos la angustia. Debemos situarnos en el Universo, ver nuestro papel paralelo a otras vidas, otros universos, otras circunstancias, si se quiere. Y luego entramos en los apellidos: culturas, conceptos, categorías...todo ello ha ido evolucionando a lo largo de la historia humana. Unas elecciones deberían ser una ocasión para revisar los conceptos y el rol de la Política y vincularla a la Ética. Pero los profesionales van a lo que dicen las encuestas y los intereses particulares. Los intelectuales callan, ¿cuántos de ellos hablan? El pueblo llano no supera el listón del esfuerzo del razonamiento y miedo me da que prime la ignorancia una vez más.

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  8. Cada día tomas más de mil decisiones. No lo dudes.
    hemos de saber diferenciar entre Naturaleza, el Mundo y la Existencia Humana. Estamos enfrascados con lo mundano y todo nos lleva manifiestamente a él. Nos atamos a nosotros mismos y olvidamos que todo es transitorio.
    Somos libres y no lo sabemos. Cierto que en la antigua Grecia, y en Roma también, muchos libertos abjuraban de su condición, pues lo que detestaban era tomar decisiones.
    Ahora tenemos una, las votaciones. Psudoizquierdas, conservadores, filo-extremos ???. Hay que mirar sus programas. Pensar que es imposible bajar impuestos. Discernir que es lo que pueden medio cumplir, y votar.
    También nosotros formamos parte del pueblo, llano o montañoso, pero formamos. No somos eremitas, y estamos, nos guste o no, formando parte de esa masa que en muchas ocasiones te arrastra, porque son tsunamis (movil, hipoteca, coche, diez pares de zapatos...) Mantenerse al margen y decir "paso", es a veces imposible.
    Un abrazo desde Barcelona

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    1. Veo que tu concepto de la libertad es optimista. El mío no tanto. Somos seres condicionados desde el nacimiento a un tiempo histórico, a un lugar, a una cultura, a un sistema de relaciones complejas que nos hacen y deshacen a su capricho. Cuanto más viejo soy menos abstracto y flotante me veo. El humano es hijo del barro y no de las entelequias. Tengo dudas de que seamos libres por naturaleza. Como mucho puedo aceptar que podríamos serlo, pero me temo que no pasamos de la potencialidad o, como mucho, del esfuerzo . Lo que tenemos es un trozo de cuerda más o menos amplio. Hay humanos que no pueden ni soñar con disponer de un cabo de libertad. Otros, en nuestras pequeñas disposiciones y medios, pensamos casi oníricamente que somos los reyes del mambo.

      El tema que planteas de las votaciones, más o menos puedo estar de acuerdo. En nuestros márgenes de creer que somos libres para decidir vamos a ir a votar, otros se abstendrán, y me temo que los razonamientos que deberían primar -la situación laboral, económica y política en concreto y cómo nos afecta a según y qué clases, y si elegimos a gente válida- se quedan en segundo plano ante el ruido de la demagogia instalada y de las tendencias, modas y dogmatismo tradicional de cada cual. Tampoco, al menos en unas elecciones generales, conocemos prácticamente a los candidatos de cada partido y provincia, ni sabemos si han hecho algo anteriormente por la sociedad concreta a la que anhelan representar. No obstante, hay que votar, y tener cierto ojo clínico para que no lleguen los mediocres, los corruptos, los fanáticos y los aventureros.

      Abraçada.

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  9. Totalmente de acuerdo contigo y con El Roto. Si ni siquiera se respeta el testamento vital. Poder elegir cómo irte es el último acto de libertad de la persona.

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    1. Qué bonita idea. Poder elegir es un acto de libertad, siempre limitado y relativo, pues por las buenas no queremos acogernos a esa elección y por las malas nos vemos presionados por el mismo mal. El mal nos condiciona. Pero si al mal natural, digamos, sea enfermedad o accidente, se le suma el mal de los hombre malvados por impedir nuestra libertad íntima el sufrimiento es inenarrable. Hay que ir más allá en materia de reglamentación jurídica. La sociedad, las instituciones y las leyes deben estar al servicio del individuo.

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