viernes, 9 de noviembre de 2018

Naxos. La aparición




















   "Pues la purpúrea espalda de la mar
me empujó hasta la tierra
   y en una angosta orilla yazgo inerte".

Ánite de Tegea.



¿Por qué me buscas?, susurra una voz con cierta displicencia. ¿No sabes acaso que me debo al destino?  Nadie que tenga claro su futuro acude a mí. Y tú, ya has elegido. ¿Crees que estoy para vigilar tus pasos? No creas que mi misión es prevenirte de los errores y auspiciar los aciertos. Ni para ti ni para ningún hombre, sea majestad, artesano o remero. Aunque todos recurran a mí para que les saque de la confusión de la que no se atreven por sí mismos a salir. Te buscaba sin saber por qué, responde Naxos. He tomado un lado del camino, el que me separa del pasado pero también de la aventura de mis compañeros que buscan el suyo como un solo hombre. Ya sé que debo descubrir con precaución la otra parte, la que debe hacerme crecer y por lo tanto conocer. Si te asalta ahora la duda, haberte quedado con ellos, le responde la voz. Naxos percibe que aquel tono, aunque manifiesta autoridad, no es de una persona anciana ni tan resentida con el mundo como quiere aparentar. La voz no cesa en sus amonestaciones. ¿O acaso se te ha ocurrido pensar que tu sitio está entre estos despojos de ciudad, por muy bello que sea el panorama desde la altura? No sé por qué me sujeta este lugar, dice él. Acaso porque disipa mis incertidumbres. O porque fuerzas menos racionales exigen de mi juventud satisfacciones instintivas, inmediatas. De entre el juego de luces una figura de mujer se ha aproximado al joven. La seguridad que uno encuentra en la sugestión no es siempre lo más aconsejable, le advierte con un gesto comprensivo que él agradece. Debes estar cansado de la vida que dejaste atrás y no quieres agitarte con nuevas aventuras que te agotarían más sin saber qué te pueden proporcionar. Tienes mucho caminar por delante. ¿Para qué correr? Además, ya he visto que no eres como los remeros que llegaron contigo. Ellos ya no quieren saber, quieren poseer. Pero la ambición les llevará por la senda equivocada antes o después. Protégete de esa provocación que el alma de todo humano oculta. ¿Eres aquella que yo busco?, pregunta Naxos a la discreta criatura. Eso te lo tienes que responder tú. Mientras te aclaras en la búsqueda me revelaré en la noche de tus sueños.




(Fotografía de Ata Kandó)


11 comentarios:

  1. Cada vez más claro. Cada vez más signos de interrogación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida es una constante interrogación, ¿no crees?

      Eliminar
    2. Sí. Cuanto más sé más me queda por saber.

      Eliminar
    3. Una pregunta lleva siempre a otras preguntas, la espiral se precipita, la conciencia de nuestros límites de conocimiento se hace presente, conclusión: llegaremos donde podamos.

      Eliminar
    4. Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos apretados de luminarias y le dije a mi espíritu:  cuando conozcamos todos esos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos? Y mi espíritu dijo: no, ganaremos esas alturas solo para seguir adelante.

      Walt Whitman

      Eliminar
    5. Jó, qué cita tan preciosa de Whitman. Seguiremos adelante, pues.

      Eliminar
  2. "Pues la purpúrea espalda de la mar
    me empujó hasta la tierra
    y en una angosta orilla yazgo inerte".

    Podría estar firmado por alguno de los muchos que han besado la arena de nuestras tierras sin la oportunidad de hacerlo con vida. Pienso a los seres que van dentro de las pateras. Ya ves. ¿En qué debo estar pensando?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Probablemente muchos de los que llegaron en todo tiempo histórico lo hicieron así: náufragos. Si cundió, se les reconoció; de lo contrario, serán, son, eternos anónimos. En todo tiempo y lugar ha existido el efecto llamada.

      Eliminar
  3. "Mientras te aclaras en la búsqueda me revelaré en la noche de tus sueños"...

    Y,como un Dios en estado de crisálida comienza a modelar la arena......

    Adriana

    ResponderEliminar
  4. "Mientras te aclaras en la búsqueda me revelaré en la noche de tus sueños"...

    Y,como un Dios en estado de crisálida comienza a modelar la arena......

    Adriana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy poética usted, Adriana.

      Mas ay del estado de crisálida de un dios. Ay de la erosión. Ay de las nuevas formas de modelado de la Tierra.

      Eliminar