NO CONCIBES la vida sino en la expansión concéntrica de todo lo que dimana de ti. Pero ¿dónde acaba cada uno de tus gestos sino en el infinito, es decir, el no fin que, no obstante, puede estar a la vuelta de la esquina? Justo hacia allí donde no llegará nunca, el hombre se obstina en proyectarse. A diferencia del arroyo de agua mansa, la vida no es planitud, ni total bonanza. También al arroyo se le escapan las circunferencias efímeras, no obstante su amplitud y multiplicación. El hombre y su entorno van multiplicando círculos dentro de círculos para asirse en ellos. Pero igual que les salvan de otro anterior se apagan ante el próximo avance. Los pobladores ancestros de estos territorios lo sabían bien. Acaso por ello simbolizaban la vida como concentricidad hasta en sus útiles de cocina. Una ley física que se escapa de los hombres pero que perpetúa el universo. Y tú, ¿en qué curvatura estás?
Lo que más me agrada del círculo es que todos los puntos que lo componen se encuentran a la misma distancia del centro. No comprendo la interrogante sin ampliar el concepto en más dimensiones.
ResponderEliminarEn plan concreto visualizo una espiral/muelle u sometida a fuerzas opuestas de igual intensidad que le hacen percibirse como unidad pero cuando las fuerzas se desequilibran la aparente unidad sometida a la misma presión por los extremos opuestos se rompe para convertirse en una espiral y se inicia el proceso de sube y baja por las anillas en supuestamente diversos niveles hasta que se restablezcan las fuerzas opuestas a la misma presión.....y vuelta a empezar. Huy no se si me he explicado con propiedad
“Round like a circle in a spiral, like a wheel within a reel, never ending or beginning ....”
¿No será que nos agrada -y somos de visión polivalente- esa sensación de seguridad ante determinadas cosas de que volvemos siempre al principio? Pero en realidad como no somos los mismos de un día a otro sabemos que no es posible y sin embargo traducimos al simbolismo los deseos frustrados. La multiplicación de círculos concéntricos me atrapó siempre desde niño, de tal modo que aquel experimento angelical de tirar una piedra al arroyo quieto y ver multiplicarse los círculos lo he llevado a la experiencia de la vida. Nos pasa, si te das cuenta, mucho de eso. Claro que otros dirán que somos cajas chinas o matrioskas, esta idea figurativa no me gusta y la imagen de las cajas chinas me da repelús, no sé si porque es una geometría más lineal recta, pero el círculo tiene el poder imaginario de su curvatura que, en ocasiones, apetece -y se puede parcial o provisionalmente- romper. Supongo que es visión muy particular. Crecer y hacernos viejos es muy concéntrico, sabemos que el pasado se perdió pero reproducimos imaginariamente a través de la memoria y el gusto y regusto de recordar situaciones incluso reinventadas, y el último círculo de esta caída de la piedra-individuo es la que vemos con mayor claridad pero también con mayor terror. Adivine por qué.
EliminarLa espiral es otro tema, aunque visto desde otro ángulo los círculos concéntricos sueltos pueden convertirse, quién sabe si en la vida de cada cual no lo son, en espirales.
Y ¿por qué me suena tu frase a The Windmills Of Your Mind?
La serpiente que se muerde la cola: Símbolos, inclinaciones, (vocaciones) y tendencias. La RAE nos dice que vocación es la "Inspiración con que Dios llama a algún estado, especialmente al de religión" ¿? ¿Y qué nos dice de los símbolos? Que los bomberos entre ellos no se pisan la manguera. Quizá esté interpretándolo mal. Deberé repasar más y mejor mi diccionario, de la A a la Zeta.
ResponderEliminarMuy bueno, Anónimo. E pur...los elementos ancestrales siguen fluyendo entre nosotros para nuestras imaginaciones y lenguajes recreativos. La literatura, o simplemente la escritura de menor intensidad, sigue amando las metáforas. Y a la vejez, viruelas. Uno no vive de símbolos ni por el forro, pero sí de las comparaciones con otras manifestaciones de la naturaleza (la natural, la humana, la de las cosas) con las que encuentra en ocasiones cierta relación. No repase nada, lo tiene tan claro como yo.
EliminarPues porque es la primera estrofa de mi melodía inglesa favorita desde la primera vez que la escuché 1967/68. Cómo bien escribes pertenece a “The Windmills of your mind” ( prefiero la versión de Michel Legrand y Regine Velásquez)y la reproduje por activa y por pasiva en mis tiempos de inocencia bloguera. Por cierto a finales de los 60 andaba enganchada a Unamuno, a Kierkegaard a través suyo e hice un trabajo sobre el Nihilismo que me valdría matrícula en filosofía de la facultad. Todo un hito! Afortunadamente solo era un nombre entre cientos y pasó desapercibido, dadas mis circunstancias.
ResponderEliminarLa melodía expresaba gráfica y auditivamente mis mayores temores de entonces en tiempos con tantas expectativas materializadoras.
Cómo nos encantaba a los críos de entonces lanzar cantos al agua más o menos estancada y procurar que rebotaran además de embelesarnos con los círculos concéntricos siempre diversos, medidos en relación a la intensidad con la que se lanzará el canto así como su tamaño! Ay qué frustrantes resultaban mis precarias fuerzas al respecto en relación a mi enorme ambición, afortunadamente desconocía esto último por entonces. Qué buena puede llegar a resultar el agua pasada a vista de pájaro porque tras vista de lente no tanto! (Ahí tienes otro “efecto espiral/contradictorio).....me parece.
Cuando citas aquella década me entra un estremecimiento, una mezcla de gusto y sentimiento de lo perdido, disfrutamos, fue, se alcanzó lo que se alcanzó y nada de llorar,lo pretérito. Qué se le va a hacer. En otra vida-tiempo-dimensión se verá si lo que se parezca a nosotros obtiene análogas satisfacciones lúdicas.
EliminarCírculos concéntricos y nosotros estamos en el centro y también en cada uno de ellos. Nuestra percepción está en el movimiento de las aguas.
ResponderEliminarSalud
Nuestro centro se dispersa, de manera centrífuga y centrípeta, me temo. Total para llegar a nada. Y percibir el movimiento dispar, ondulante y quebradizo de las aguas ya es mucho.
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