jueves, 22 de marzo de 2018

Baudelaire el Día después




Llego tarde al Día de la Poesía, que leo por alguna parte que fue ayer, pero como no creo en el Día de casi nada sino en los días, y por añadidura en los quehaceres y en los dolores y en los goces, y aunque parezca mentira aún en ciertas compañías, pues no tuve mayor interés, esto es, que no dediqué más que un ligero pensamiento al tema, para quedarme como estaba. Pero hete aquí, o acaso heme aquí, que Baudelaire me tenía guardada una de las suyas para provocar mi devaneo:

"La poesía es lo más real que existe,
es lo que solo es completamente verdadero
en otro mundo"

Y bien, Baudelaire allana así la poesía, por más que parezca que la sublima. Pues este nuestro mundo considera, estos nuestros hombres que poblamos el mundo consideramos verdaderos tantos fenómenos, acontecimientos, personajes, conductas y leyes, que no hacemos sino instaurar permanentemente otros mundos en el único existente. Lo cual y lo bueno es que hace de este uno diverso, no obstante todas sus facetas crueles mas también satisfactorias, y así transcurren los días de la poesía, como los de los dioses, los de las teorías del progreso, los de todas las Artes, los de la venganza o los de la sensorialidad. Por mi parte, prefiero leer la poesía a salto caprichoso y recreativo, para lo cual días y noches, silla de café o asiento de autobús, ánimo eufórico o bien rebajado, me resultan suficientes. Y como aún no sé en qué consiste la verdad de la poesía mi libertad de lectura, esto es de elección, apunte o disfrute instantáneo, me condesciende. Sigo desconociendo dónde reside la verdad de cualquier manifestación humana. Acaso, si cabe algo de ella, en el puro instinto.



(Fotografía de Étienne Carjat, 1863)

 

12 comentarios:

  1. Haces bien en seguir tu instinto. De todas las formas, casi todo lo bueno ocurre en otro mundo...

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    1. Hum, depende, yo al menos lo procuro, pero a imagen de lo soñado y de lo inalcanzado por mí. En el que nos inventamos. Aunque bien debes saber que no todos los mundos imaginarios hacen bien al hombre. Muchos han levantado imperios y tiranías en nombre de equis redentores. Mi amigo Max suele decir: que cada cual elija su opio; pero sin hacer daño a nadie.

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  2. Todo nos parece complicado, y sin embargo, todo es muy sencillo.
    Un abrazo.

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  3. Eso de instaurar otros mundos en el mundo es la perfecta excusa para no estar en éste. Luego habrá que ir llamando mundo por mundo para ver dónde está a quien necesitamos. Pero a lo mejor en ese mundo también alguien se ha dedicado a inventar otros. Y así hasta el infinito. Con la verdad pasa igual, hay muchas. Menos mal que nos queda la poesía... sine die.

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    1. Sí, hay escapismo. O acaso es la excusa para estar doblemente en este. Pongo como ejemplo a las religiones, que es un fenómeno muy antiguo y que pervive porque hay quien lo alimenta. Todas han generado diversos mundos imaginarios, metafóricos, que a su vez se desdoblan o multiplican. Escasamente explican y menos dan soluciones al mundo real, pero eso sí, fomentan fantasiosamente instancias, planos y vidas que no se podrán comprobar jamás sino en "otro mundo" de invención, y sin embargo mucha gente se presta a aceptarlas. Y mira que muchas expresiones de las religiones son precisamente poéticas y literarias, si bien muy dirigidas y controladas hacia intereses concretos de las castas que viven de ellas. Yo prefiero la poesía con plena libertad, pero un asunto que a veces hoy se comenta es si la poesía o en general la literatura no estarán siendo para muchos nuevas religiones, nuevos mundos como globos en los que vivir para sobrellevar la rudeza cotidiana, que compensa menos. Gracias, Elena.

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  4. Articulado por un hilo mágico
    se pliega como mantis religiosa,
    enérgico verbo
    iridiscente,
    como los colores de la sabana
    sin grasa que embote los nervios,
    la lengua áspera moja los dientes.

    Parece un diseño de eclosión creativa
    y construye sus palabras con angulosas ideas convergentes
    como los caminos que sostienen   Roma.

    Sabe reflexionar
    y con precisión de experto
    atiende a los primeros rayos
    que empiezan a despuntar del sol.

    Algo más rápidas y previstas
    en el cielo de un océano lejano
    zurean palomas blancas y negras
    mientras transcurre lentamente el día veintidós de Marzo.

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    1. Verbo exuberante para un día tibio, los hilos del tramado cotidiano se distienden, el ovillo a un lado, las calles del laberinto del hombre se pueblan de fantasmas, los paisajes desaparecen, las figuras del entorno se acartonan, las voces se reducen, los rostros palidecen, la noche al rescate de los compromisos, la noche cómplice del vagabundo, se abre la lasitud, como un animal enjaulado el hombre agotado acaba cediendo el testigo al hombre indiferente, las palabras buscan los puntos cardinales, se evaden en todas las direcciones, se refugia en la mudez, clausura el pensamiento, desaloja los impulsos, cae y muere en las únicas horas posibles devorado por la araña gigante.

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    2. «Vive pues, pero cuelga, aun así, malvada, y esta ley misma de tu castigo, para que no estés libre de inquietud, en el futuro declarada para tu descendencia y tus tardíos nietos sea.»

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    3. ¡Ovidio vive! Por lo que veo.

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  5. http://www.rtve.es/m/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/escarabajo-verde-bosques-para-futuro/4536279/?media=tve

    ¿Qué por qué te añado este enlace, Fackel?
    Tú mismo descúbrelo el las últimas palabras que pronuncia Martí Boada al referirse al ecólogo Ramón Margalef. “Para entender un bosque y su complejidad necesitamos un poeta.” Eso es una gran verdad. Pero, y cómo nos vamos haciendo poetas, o, cómo podemos ser capaces de transmitir esa poesía, o, cómo puede escuchar la gente. La poesía tiene mucho de instinto, mucho de raíz. Entender al hombre es algo ya más complejo.
    Bueno, Fackel, buena recomendación llevas en ese enlace de 27 minutos.
    Estoy leyendo ahora un libro, a propósito de los bosques que es una maravilla.
    Sobre la humanidad, te diría, que la percibo como un bosque al que se le somete a tal presión y ruptura que deja de ser autóctono. Tal vez un incendio nos salve.
    Buena mañana.

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    1. En cuanto tenga un rato veo el enlace, Tempero. Hombre, autóctona la humanidad lo será siempre, bien de los bosques antiguos o de las ciudades de hormigón actuales, y hasta la fecha se adapta a todo. En adelante, quién sabe. Sobre el incendio posible -el estallido nuclear global- no quiero ni pensarlo. Me preocupa más el sufrimiento inmediato que las posibilidades de catarsis. No anhelo mayores sufrimientos. Bien llevar.

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