martes, 3 de octubre de 2017

Diálogo de otoño con Manuel





¿Qué ves al otro lado, Manuel?
Lo mismo o parecido que a éste.
No puede ser.
Siendo el río el mismo, aunque haya dos riberas, ¿ no es la corriente unísona? 
Pero el flujo del agua ya cambia por sí mismo.
Las orillas, si son fértiles, lo son a ambos lados.
A veces no.
A veces dejan de serlo si no se sabe aprovechar el agua.
Siempre habrá agua.
Tal vez no. Pero sí habrá siempre necesidad de agua.
Luego habrá que procurarla.
Habrá que reconducirla si se desvía del cauce que nos beneficia.
Pero eso es asunto de los cielos.
Los cielos son impasibles, no les interesa la naturaleza humana.
Ellos auspician los dones de la tierra.
En parte. Son caprichosos y muchas veces actúan a espaldas de los hombres.
Si te oyeran te retirarían su bondad.
Si me oyesen me darían la razón.
¿Puede haber una ribera fecunda y otra yerma?
Puede haber un lado feraz y otro desaprovechado, pero no pobre.
Pero el río baña ambos márgenes.
Pero los hombres de ambas partes o de una de ellas no siempre saben hacer bien las labores. 
Si a los de una orilla les va bien y a los otros no, puede haber envidias de estos.
Siempre queda la posibilidad de que se ayuden.
¿Y si no se ayudan?
Siempre cabe la probabilidad de que ambos se hundan.
¿Esto es lo que ves desde este lado?
Esto y más es lo que veo desde el otro lado. ¿O no te has dado cuenta de que ya he cruzado el río?





(Imagen: Manuel Chaves Nogales)

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Domina la intolerancia, bendecida por los clérigos, como siempre.

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  2. Pues la intolerancia da pie a esto del día de hoy:

    http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/8651143/10/17/Oryzon-Genomics-anuncia-el-cambio-de-su-sede-de-Barcelona-a-Madrid.html

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  3. Las orillas pueden ser bien distintas en función de cómo procedan los hombres, de cómo utilicen los recursos, pero además, de cómo se respeten entre ellos.
    Un abrazo

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    1. Naturalmente. Para ese respeto las culturas humanas inventaron reglas del juego. Que habrá siempre que perfeccionar y transformar. A veces algunos las rompen por su cuenta dejando a otros en la estacada sin proponer nada a cambio y otros se obcecan en no modificarlas cuando es necesario hacerlo. Salud.

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