Si es poco, poco entrará en su entendimiento, por tanto de menos que poco se enterará y seguirá a merced del viento de turno. Sin embargo el engranaje social parece que no funcionaría sin el engañoso concurso personal tan arraigado y aplaudido a lo largo de la historia con aquiescencia divina y caramelitos de eternidad. Me parece que recibe el nombre de "racionalidad". Reconocerlo supone alcanzar un "mojon" de algún camino.....me parece, pero claro, para ser consecuentes que mi persona escriba esto se circunscribe a poco menos que nada.
Probablemente es como dices, pero a algunos nos cuesta tanto, cada vez más, aceptar a estos pequeños don nadie que juegan a asaltar cielos, conquistar glorias y prometer paraísos inexistentes. Pero, ¿no se dan cuenta ninguno de los pigmeos de los poderes y gobiernos españoles que los que vienen corriendo son los chinos?
Lean, lean las informaciones de ese congreso del Olimpo del Poder chino de estos días y aun siendo también individualmente enanos hay que ver qué gigante han montado. Y vienen, claro que vienen.
Cuánta amargura nuestra procede de la manipulación a la que nos someten. Y caemos. (No he podido evitarlo, este artista me gusta mucho. He aquí la muestra entre la que está una fotografía que realicé personalmente a la obra con la que ilustras tu entrada: http://laacequia.blogspot.com.es/search/label/Bernard%C3%AD%20Roig)
Pues con toda su insignificancia, de la que pocos son conscientes, hunden, aturden y reducen a otro insignificantes. Si nos acaban de decir, demostrar, que nuestro universo no debería existir según cálculos y experimentos físicos, para qué empeñarnos en materializar la estupidez.
Es que los grandes hombres no son precisamente los que ejercen el poder. Probablemente la materia de la estupidez no difiera sustancialmente de la de la clarividencia, pero lo que es cierto es que difiere en su uso.
Si es poco, poco entrará en su entendimiento, por tanto de menos que poco se enterará y seguirá a merced del viento de turno.
ResponderEliminarSin embargo el engranaje social parece que no funcionaría sin el engañoso concurso personal tan arraigado y aplaudido a lo largo de la historia con aquiescencia divina y caramelitos de eternidad. Me parece que recibe el nombre de "racionalidad".
Reconocerlo supone alcanzar un "mojon" de algún camino.....me parece, pero claro, para ser consecuentes que mi persona escriba esto se circunscribe a poco menos que nada.
Probablemente es como dices, pero a algunos nos cuesta tanto, cada vez más, aceptar a estos pequeños don nadie que juegan a asaltar cielos, conquistar glorias y prometer paraísos inexistentes. Pero, ¿no se dan cuenta ninguno de los pigmeos de los poderes y gobiernos españoles que los que vienen corriendo son los chinos?
EliminarLean, lean las informaciones de ese congreso del Olimpo del Poder chino de estos días y aun siendo también individualmente enanos hay que ver qué gigante han montado. Y vienen, claro que vienen.
Viento del Este! Donde la individualidad, quizá de forma atávica, es ignorada.
ResponderEliminarCreo que EMEJOTA lo ha especificado con absoluta claridad.
ResponderEliminarY me vale la respuesta.
Un abrazo
Cuánta amargura nuestra procede de la manipulación a la que nos someten. Y caemos.
ResponderEliminar(No he podido evitarlo, este artista me gusta mucho. He aquí la muestra entre la que está una fotografía que realicé personalmente a la obra con la que ilustras tu entrada: http://laacequia.blogspot.com.es/search/label/Bernard%C3%AD%20Roig)
MJ, más vale que interpretáramos todo ese viento del Este.
ResponderEliminarTot, y además nos hace vislumbrar el futuro. Aprovechemos el día a día.
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ResponderEliminarAsí es, Pedro, a mí también me impacto Roig.
http://elojoheterotopico.blogspot.com.es/
Pues con toda su insignificancia, de la que pocos son conscientes, hunden, aturden y reducen a otro insignificantes.
ResponderEliminarSi nos acaban de decir, demostrar, que nuestro universo no debería existir según cálculos y experimentos físicos, para qué empeñarnos en materializar la estupidez.
Es que los grandes hombres no son precisamente los que ejercen el poder. Probablemente la materia de la estupidez no difiera sustancialmente de la de la clarividencia, pero lo que es cierto es que difiere en su uso.
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