domingo, 9 de julio de 2017

La sopa boba. Los acróbatas también mueren




Tantas veces les hemos admirado. Incluso envidiado en sus recorridos arriesgados. Porque el mundo desde allá arriba o a través de lo vano que hay sobre nuestras cabezas atrae y hace soñar. A la mayoría de los mortales, que estamos incapacitados por nuestros miedos o limitaciones físicas, ni se nos ocurriría subir y trazar movimientos sobre la frontera del vacío. Delegamos en los acróbatas para ese ejercicio de ficción que nos parece a los de abajo, pero que ellos sortean. ¿Solo por nosotros? No. En parte para ganarse la vida. En parte para desafiar las posibilidades que depara un cuerpo. En parte para echar a suertes el espacio sobre el que la ley de la gravedad no permite juegos por las buenas. No sé si un acróbata tiene tiempo de ver la distancia que hay hasta el suelo y vernos de paso a cuantos poblamos aquí abajo nuestro territorio de hormigas. Ellos, allí, sobre el cable, en plena concentración y furia sobrehumana, se reirán de alguna manera de la mayoría que no podremos jamás imitarles.

El artista de danza y ballet Pedro Aunión Monroy murió ayer al precipitarse desde lo alto, en pleno ejercicio acrobático, durante un festival de Madrid, uno de tantos, supongo, que dará trabajo a algunos y beneficios a menos, el Mad Cool. A los artistas, que hacen su trabajo, se les contrata, se les exige que lo hagan bien y se les paga. Pero ¿y si mueren en el intento? Muertos son, que diría el clásico. Lo lamentable es que todo espectáculo es hoy día un montaje farragoso que mueve mucho dinero y nadie está por perder ni una pela. El espectáculo de Mad Cool prosiguió, no obstante su interrupción provisional porque, como acontece en otros espectáculos  -las corridas, las carreras, el boxeo, el fútbol, lo que sea-  si hay muertos parece un axioma que el gran montaje no deba perder comba y nada se para. Luego, ya se justificará con cualquier excusa (hoy lo de la seguridad se utiliza mucho) Un muerto es solo eso, un muerto, y adelante el negocio de los empresarios y el regocijo de los presentes. ¿No sucedía lo mismo con la Roma circense? A gladiador muerto, gladiador puesto, y santas pascuas.

¿Que hay voces que desafinan? Es que hoy día hay de todo, que dirán los de la España aeterna. Leo que la Unión de Sindicatos de Músicos, Intérpretes y Compositoras lamenta el accidente y se queja de que el espectáculo continuara, mientras exige una investigación sobre lo sucedido al profesional. Repugnante el mundo mercantilizado que ha tocado con su varita mágica a los humanos, rebajándonos moralmente. Money es money, que dice el liberalismo al uso. Y aquella vieja coletilla  -¿viene de los propios artistas?-  que precisa: el espectáculo debe continuar. ¿A qué precio? Al de la insensibilidad, desde luego. Y no culpemos solo a los promotores de los shows. Cada tipo que paga su entrada puede ser tan insensible como el que vende las entradas. Apariencia de sensibilidades para la supuesta conciencia estética, pero escasa para la solidaridad con la desgracia ajena. Deberíamos ir pensando en ello para el futuro.




9 comentarios:

  1. He pensado en lo mismo.
    Hemos llegado a la indiferencia absoluta, y la excusa es que no se sabía si formaba parte del espectáculo.
    Sólo por decadencia hemos de darnos cuenta de que es el fin de esta civilización.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aunque todos hemos buscado alguna vez el espectáculo no era como ahora en que todo el mundo se nutre prácticamente de espectáculo. Sin salir de casa, con tv y redes. En fin, así nos va. Por eso he colgado también la entrevista con Sadin en la columna e la izquierda, toca varios temas.

      Eliminar
  2. Y con tu permiso, pondré una de las frases menos entendidas de Sartre (no es mí preferido, pero toca bien el tema).

    Sarte nos dice "ESTAMOS CONDENADOS A SER LIBRES". Tal como suena. Y es así, nos guste o no, debemos tomar decisiones, todas, absolutamente todas. Y no es viable lo de la "obediencia debida", como no es viable dar la culpa a los organizadores que no suspendieron el acto.
    Los organizadores son eso, una simple sociedad que saben que el suspender el acto reporta devolver el dinero. Pero los asistentes no. Los asistentes , todos los asistentes supieron, (unos porque lo vieron caer, otros porque lo leyeron por los tuits, otros porque se enteraron de boca/oreja), que el tipo que daba vueltas en la cuerda se acababa de matar.
    La pregunta es ¿quién de los asistentes abandonó el lugar en señal de testimonio?.
    Por eso, FACKEL, el que ahora me vengan en los telediarios, y por parte de los asistentes al evento (otro palabro al que me resisto, porque siempre ha sido un festival) que la organización no estuvo a la altura por no haber suspendido el acto, mi respuesta es que quien no estuvo a la altura fueron los asistentes. TODOS los asistentes.
    Porque es seguro que si todos marchan en señal de duelo, los chicos de la concertina sobre el tablao tienen que suspender el "ruido".

    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ratifico y rubrico tu opinión, Miquel. Pero ¿quién colocado por la música, el alcohol u otras pócimas toma decisiones sensatas que les haga más libres? ¿Acaso el año pasado cuando aquella violación en grupo de los machitos se suspendieron los sanfermines? Ya sé que no valgo para juez y que dirán muchos que propongo cosas desproporcionadas, pero no, la gente no suele tomar decisiones, la gente tenemos mentalidad de delegación, ya existe el Estado de derecho, se dice, ya está la policía, se dice, ya están los organizadores, etc. No sé si es mejor o peor, porque antiguamente la gente se tomaba la justicia por su mano. Pero me interesa que ambos rubriquemos la responsabilidad de los asistentes, la de verdad, no la que se invoca demagógicamente por parte de partidos que quieren cubrirse las espaldas en nombre de las bases y luego hacen lo que se les pone en su capricho.

      Viene a propósito por esta columna de Javier Marías hoy en EPS:

      http://elpaissemanal.elpais.com/columna/javier-marias-timos-democraticos/

      Como siempre, no tiene pérdida.

      Coincido en lo del evento y festival, es que se utilizan por parte del mal periodismo los términos a lo loco, y nos contagian a todos.

      Siempre tienes mi permiso y aunque no lo tuvieras, jaj.

      Eliminar
    2. NO quiero entrar en otros temas, pero ya que mencionas a Sartre te diré que hay cosas que me parecieron interesantes y otras desbarraba. Pero sucede en general con los filósofos franceses en general (¿salvo Montaigne?) que hay mucho mundo metafórico y excesivo sofisma, pero ese tema no viene mucho a cuento a propósito del tema de la entrada.

      Eliminar
  3. Un abrazo. Como siempre ¡ salut ¡

    ResponderEliminar
  4. Supongo que habría algún tipo de medida de seguridad, aunque el infortunio quiso que no fueran suficientes. Siempre he pensado que ante todo está el valor de una vida por encima de aquello del "show must go on". Lamentablemente algunos se guian sobre todo por las implicancias comerciales .
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los festivales mueven mucho dinero, han crecido como setas en ciudades y pueblos de la geografía hispana, generan expectación y juerga ilimitada y nadie se para a tener otra actitud que no sea la de la tribu que ha pagado la entrada ante la desgracia ajena. Lo del Circo romano: a gladiador muerto...

      Eliminar
  5. Miquel, Neo, por lo que se ve van llegando informaciones al respecto.

    http://www.lavanguardia.com/local/madrid/20170709/424023935552/el-lider-de-green-day-sobre-el-accidente-mortal-en-el-mad-cool-si-lo-hubieramos-sabido-antes-no-habriamos-tocado.html

    ResponderEliminar