sábado, 9 de julio de 2016

Aquellos estos árboles, 26





"Por mi vida que la senda
no se ve, nos extraviamos".

A.S.Pushkin, poema Los demonios.


Pisamos un camino que exige un constante ejercicio de desbrozo. Solo hay un tiempo en el que se vive, de tal modo que, apenas se deja atrás el último espacio recorrido, la senda vuelve a llenarse de fronda espesa. Se nos oculta con rapidez el pasado, por las propias desfiguraciones que la memoria nos juega. Nos resultan imposibles de situar con claridad los pasos hacia adelante porque estos los damos en función de un cálculo cuyo resultado puede variar de un instante a otro incluso. Si tuviera que representar la historia del hombre individual -ciertamente aplicable también a eso llamado colectividad- imaginaría al hombre común como un ser esforzado y fatigado que no cesa en el ejercicio de desbroce de sueños, de recuerdos y de quehaceres cotidianos siempre inseguros y de una trascendencia relativa y  pasajera, por mucho contenido que se le quiera dar a estos. ¿Solo cabe, pues, un modo de vivir extraviados, como diría el poeta?   






10 comentarios:

  1. No se que será mejor/peor si extraviarse, lo cual permite cierta justificación referente al factor extravío o darse de bruces con uno mismo y no poderse extraviar de la cruel mismidad.

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    1. Va relacionado, porque darse de bruces con uno mismo suele tener un componente de autoengaño, por un instante el fogonazo nos dice quiénes somos, pero a continuación se trata de vivir, y eso lleva implícitas reglas de juego, compromisos y aceptaciones varias, no siempre de buena guisa, ni especialmente sinceras con nuestra peresonalidad.

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    2. Pues mi naturaleza intrínseca me impide estar de acuerdo, por ello mismo he renunciado a formar parte activa de la sociedad, ni me podría dedicar a la política.
      Malo que uno no se pueda fiar ni de su sombra, algo triste y demoledor para mi sensibilidad, pero al menos que de sus intestinos....y no me valen subterfugios mundanos porque los conozco bien y me puedo permitir el privilegio de remitirme a las obras, las propias, a modo de prueba de una naturaleza femenina, practica y fehaciente a nivel mundano. Nada de palabritas mejor o peor razonadas, obras.

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    3. Opera mundi, vamos, que no Opus dei, ¿verdad?

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  2. Se hace camino al andar, como diría otro poeta...

    J.

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    1. Andar entre lo frondoso, tratando de desbrozar, borrando al poco las huellas. Gracias por citar palabras de Don Antonio que tan asumidas tenemos algunos por su gran sabiduría.

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  3. Lo están enmascarando todo, cambian los nombres de las cosas, dan enfoques torcidos de los conceptos, los argumentos se sustentan sobre limos, una retórica inculta lo invade todo. Se corre un tupido velo sobre la miseria y la corrupción.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. E pur...hay que andar un camino, en parte es el que otros marcan, en parte es distinguir bien el sotobosque y deslizarnos por él sin que nos afecte aquello, o nos toque lo mínimo, que todo lo enfanga.

      Vista la visita de ayer del dueño del Imperio y por lo tanto de vidas y haciendas, y por lo poco pero clarificador que dijo, pocas dudas me quedan de qué futuro le espera a este territorio peninsular. Eso nos colocará más en la diana. Que los hados nos cojan preparados. Y no veo que haya oposición alguna al tema. Por cierto, ¿dónde está la oposición?

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  4. No sabía si preguntar, pero me puede la curiosidad. ¿Qué pinta Marco Bellocchio acompañando el texto?

    Max

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    1. Nada. Una concesión a los recuerdos de alguna película que había visto de Bellocchio, sin más.

      Una anécdota, salvando distancias, por supuesto. En "El ángel exterminador" Buñuel saca en una determinada escena a un oso. Los críticos se devanaban los sesos tratando de hallar una explicación a lo que veían como expresión críptica, surreal, crítica incluso con los poderes. Un periodista le preguntó si significaba la aparición del oso todo eso y Buñuel respondió: me apetecía sacar un oso en la película.

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