viernes, 13 de mayo de 2016

La España profunda




Desde que esta tarde me he topado con tal inscripción en los muros de una casa de Salamanca no dejo de dar vueltas a su significado. La aplicación del término ministras me ha dejado francamente perplejo. Hoy no se lleva en labores de cercanía y parece reservado para aquellos personajes dudosamente útiles que forman parte del equipo de un Gobierno estatal.

(Nada que objetar a la extraordinaria caligrafía de la tradición universitaria salmantina, por sí misma un deleite total)


DRAE:



ministrar
 
Del lat. ministrāre.
1. tr. p. us. Servir o ejercer un oficioempleo o ministerioU. t. c. intr.
2. tr. p. us. Darsuministrar a alguien algoMinistrar dineroespecies.
3. tr. desus. administrar.



17 comentarios:

  1. Las palabras son los que son, lo que sucede es que el humano las desvalúa, FACKEL.
    El cumplir un ministerio era dar un apretón de manos. Era la palabra, tu palabra dada. Hoy los mismos ministros, los hacedores de la voluntad popular, la han devaluado.
    No hay ministro que no tenga dinero en Suiza, como buen patriota.
    Es por eso que nos produce repeluzno, asco.

    Sobre la letra de la inscripción, nada que objetar. Me gusta este tipo de caligrafía..y también, aunque hoy no suene politicamente correcto, la gótica alemana.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Naturalmente, las palabras no son nada si no las emite el ser humano. Y por lo tanto, pueden responder a verdad y pueden ser utilizadas para la ocultación y el desafuero. Octavio Paz avisó muchas veces sobre las palabras y se atrevió a exigirlas duramente. La palabra era antes compromiso. El apretón de manos, ratificación. Aunque también fueron con frecuencia estos símbolos traicionados.

      A mí es que me gusta todo tipo de caligrafía y hay que impedir que ninguna ideología se apropie de ella.

      Eliminar
  2. Ministrar es servir. Es lo que hacen los ministros: sirven.
    Otra cosa es saber para que sirven y a quien sirven, o si se sirven a sí mismos.
    Salud
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy bueno, Francesc. Por otra parte, recuerda a los ministriles que ponían música a las canciones de los trovadores.

      Eliminar
  3. diría que he leído en alguna parte el término: ministro del señor aplicado a los curas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ciertamente, lo he oído toda mi vida. Debe ser parte de ese mundo de lenguaje pletórico de eufemismos que tiene la Santa Madre. En fin. Otro de sus misterios.

      Eliminar
  4. Existen relaciones cómodas entre servicio(virgo, virguero) /poder (capricornio, cabrito)/ posesión (tauro,torete) .Conforman el gran triángulo de elemento terreno.(Según la tradición astrológica.) A partir de ahí se podría extrapolar sine die y desde los mas diversos ángulos.
    En cuanto a la susodicha España profunda, y por profunda precisamente, "evacuada" , por no emplear expresión soez pero apropiadísima....en los susodichos terrenos. (y con "la peña dentro") He aquí un ejemplo de interpretación sui generis al respecto. Se podrían aplicar tantas expresiones como mentes pensantes al mismo respecto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto que el término España profunda para mí no es despectivo, ni siquiera lo es en este caso. Otra cosa sería debatir de qué manera ciertos comportamientos tradicionales han influido en cada ciclo histórico o ahora en el presente. Pero el tema es complejo y no viene ahora a cuento.

      Eliminar
    2. No era animo despectivo sino iracundo cuando el resumen del balance total de la "empresa" llamada España huele mal, es decir me parece que como tantos otros casos da negativo. Lo cierto es que no consigo sentir nacionalidad ni pertenencia alguna, en todo caso amor a determinados espacios no importa su ubicación pero dónde perciba buenas ondas en relación a las propias. Frio pragmatismo ante la materia seguramente, libre de condicionantes "culturoemocionales". Será por ello que me guste jugar con la combinatoria astral, no tiene límites aun que yo sepa y si los encontrara seguramente me aburriría.

      Eliminar
  5. Hoy, los ministros, tienen un solo dios, el dinero.
    Un abrazo, Fackel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ciertamente, yo diría que lo tuvieron siempre, cualquier tipo de ministros, tal vez se libren los ministriles de los que hablé antes de pasada. Pero eran otros personajes más lúdicos y desinteresados, portaban Arte. Algo que falta hoy, porque hasta el Arte está corrompido por el mercado.

      Eliminar
  6. Si ministraban el auxilio a los enfermos la voz tiene su sentido. Pues sí, llama la atención porque lo primero que pensamos es en el femenino del cargo, pero me da que será el verbo.
    Preciosa la caligrafía y la piedra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No creas, sigo indagando, pero me gustó el término. Probablemente venga de la lengua sabia y precisa que han ido generando nuestros antepasados. De esas caligrafías hay muchas en los muros salmantinos y en sus monumentos cívicos.

      Eliminar
  7. De "ministrare", servir, derivan ministro, ministrar o ministril, tèrmino este último aplicado a músicos o autoridades de escaso rango. Su natural trasformación a verbo reflexivo, de servir a servirse, se ha producido por la congénita tendencia de los humanos a utilizar todos los medios a su alcance para mejorar su posición, y por consiguiente su nivel de seguridad, en la jerarquia social. En Cambalache, Discépolo contó las bases étnicas de esta actitud: "Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil". Mientras, las siervas servian a los enfermos porqué su seguridad residia en el más allá.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo total contigo: "Su natural trasformación a verbo reflexivo, de servir a servirse, se ha producido por la congénita tendencia de los humanos a utilizar todos los medios a su alcance para mejorar su posición, y por consiguiente su nivel de seguridad, en la jerarquia social." Triste, pero es así. En el proceso electoral en ciernes volveremos a ver cómo pretenden vendernos la moto ¿todos? de que van a servir. De muchos ya sabemos que volverán a servirse si salen elegidos. Y como todo se pega menos la hermosura, qué miedo me dan que los advenedizos caigan en la tentación.

      También hasta el clero más humilde, aparentemente, nos ha estado vendiendo que todo lo que hacían en acto de caridad lo hacían por el prójimo. Pero, ¿acaso no hacían de aquellos actos aparentemente desinteresados una forma de vida y por lo tanto de ingresos? El que no llora no mama...Cada día veo con indignación contenida como la Iglesia no hace más que pedir a la Administración para su enseñanza o el mantenimiento de edificios de su propiedad, bastante de ellos apropiados de manera poco edificante, evangélicamente hablando.

      Gracias, Petrus.

      Eliminar
  8. Habrá que pasarlo al Consejo de ministros entrante...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Calla, calla, que soy un escéptico de todo lo que está por llegar.

      Eliminar