sábado, 26 de diciembre de 2015

Qué paz en qué tierra para qué hombres y con qué voluntad




No es una geometría de Malevich o de El Lissitzky. Tampoco es un espacio sideral fantaseado para un film galáctico tan en boga. Aunque el trazo circular se alimente del cielo -intensidad de la luna u ocaso del sol- lo que achata la belleza del paisaje es la mancha negra. Flota en el océano como desprendimiento que es de otra mancha superior de la que se sigue desgajando día a día en tierra firme, más al oriente. Extraño navío de sombras, ahíto de miedo, alentado por una ciega esperanza. Quién iba a decirnos a estas alturas que las antiguas migraciones por los mares y las tierras de Ulises iban a repetirse más allá del relato de lo homérico. La mancha oscura va en busca de una Ítaca en otra parte porque ha perdido la Ítaca propia. Los viajeros del desarraigo navegan a la deriva aunque lleguen a una costa en cuyos territorios seguirán estando al pairo. La tierra original les ha sido negada y las nuevas tierras no les garantizan su afirmación.

Yannis Behrakis, de Reuters, desplegó su ojo heterotópico para captar una embarcación de exiliados sirios bajo el signo de esa marca sanguina. El lema paz en la tierra es puesto en cuestión una vez más por los navegantes forzosos. A este lado del océano serán considerados osados por unos, insolentes por otros, desgraciados por los más. La Europa tibia y confusa se hizo algún día de modo análogo, con el trasiego y el cruce de hombres dispares y de origen lejano, aunque entonces no tuviera nombre ni los mitos hubieran inventado todavía el toro de que se disfrazó Zeus para raptar a la mujer.



(Yannis Behrakis, considerado el mejor fotógrafo del año por The Guardian)




4 comentarios:

  1. Hemos puesto el pie en la Luna: ¿cuándo pondremos el corazón en la Tierra?

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  2. Respuestas
    1. Tantas cuantas incapacidades propias nos sobran, ¿no crees?

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