jueves, 13 de agosto de 2015

Hallazgos: borrosidad















¿No es una de las características que más nos persiguen la borrosidad? Incluso con aquellos acontecimientos, simples vivencias o personas que han transcurrido a nuestro lado se va imponiendo su lento proceso de difuminarse. No digamos ya objetos, paisajes. Todo comienza al alterarse en nuestra mente la memoria de su corporeidad: la dimensión varía, las formas se modifican, los contenidos se vuelven cada vez más recónditos. A continuación o paralelamente a lo anterior, es el significado lo que ha mudado. Careciendo de sentido cualquier objeto, situación o individuo van desprendiéndose de nosotros. Una lenta evaporación, un sutil desvanecimiento de imágenes. Más adelante, gran parte de lo que hemos visto, escuchado, interiorizado extravía su configuración y se van borrando. ¿Qué parte de lo que atendimos llegamos a retener? Probablemente algunas sensaciones, no en estado puro sino incluso mixtificadas. Un no sé qué traducido en algo que nos resulta aún grato o bien en aquello que nos repele. Un ápice de sentidos deambula dentro de nosotros como corolario, pretendiendo permanecer aún cual signo umbilical respecto a lo que fuimos. No es fácil entender la vida como desprendimiento. Esa andadura por inercia, hasta que deja de ser  -de haber, de manifestarse, de sentirse-  todo. Cuando el concepto Yo muere.



(Las fotografías que, sin querer, salen borrosas me han atrapado siempre. Desfiguran lo real para invitarnos a releer su significado. El hieratismo de la imagen perfecta cede paso a una imagen haciéndose, como si el interior de la cámara, que sabe de ello, lo dejara escapar para nuestra reflexión o nuestro goce visual. Difuminar un objeto no es feo. Al fin y al cabo es nuestro destino personal. ¿Cuánto de nosotros mismos no se desvanece cada día sin que se recupere jamás?)


  

4 comentarios:

  1. Algunas imágenes creen ganar belleza por falta de nitidez.
    Creencia no válida para quienes pretenden claridad conceptual.
    Realidad subjetiva? Según el plano de observación. Solo el presente cree definir y pierde su delineación al convertirse en pasado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez las imágenes vaporosas hablan con más autenticidad y en otras dimensiones que las tan aparentes y obvias. El plano de observación y el receptor, según su propio instante vital.

      Eliminar
  2. Lo borroso puede dar lugar a grandes reflexiones sobre la vida. Aquí has esbozado cuestiones muy interesantes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada vez inquieta más las borrosidades: la vista, la memoria, las mermas...

      Eliminar