sábado, 20 de junio de 2015

Asignar

















Vienes asignado a este mundo. No ya por la información secreta que coincide en lo que has llegado a ser tú a través de tus progenitores que a su vez llega desde otros progenitores. Nazcas en un continente deprimido o en una nación atendida, el primer cuerpo parece igual; tal vez es igual. El segundo cuerpo, aquél que va a sobrevivir en pocos días en condiciones de riesgo o de seguridad ya no va a ser el mismo del primer impacto de tu caída en el mundo. Si recibes protección y garantía desde el primer momento y parece que se va afirmando pertenecerás a los elegidos. Si la deficiencia y la peligrosidad del medio te devoran como hijo suyo tus días están contados o, si sobrevives lo harás en condiciones limitadas, demediadas. Salvado el primer estado de caída a la vida, impuesta la supervivencia, la asignación de los cuerpos sucesivos que vayas a tener se van a desplegar como abanico. Y el tercer cuerpo, superado lo perentorio, las condiciones sine qua non, tendrá el rostro diverso o monolítico de esa asignación colectiva llamada cultura. Todo eso denominado familia y su modelo, la enseñanza y el aprendizaje, las estructuras tribales y supratribales, la religión, las pautas y conductas de dependencia múltiples, el don del pensamiento personal. Este tercer cuerpo es con el que vas a vadear para bien y para mal toda tu vida. Algunos tampoco sobreviven al peso y los desgastes a que somete. Otros se crecen a través de los entresijos y las trincheras de su campo de batalla. Ejercicio para un rato libre: piensa qué cuerpo tienes conformado según avanzas en edad y en tragaderas, si bien los años no garantizan aceptar la asignación. Si eres de los que no se dejan imponer, disfruta con tu cuerpo rebelde.



(Fotografía de Daido Moriyama)



6 comentarios:

  1. Huy, esto de los tres cuerpos resuena muy esotérico a su estilo. Pues parecido lo enfocaban ciertas antiguas tradiciones. A mi modo. afortunado, nada como laborar aprendiendo sin pausa y agradecer los frutos de continuo. No se me ocurre otro modo, pero claro será que vivo anticuada y ajena a la cruda realidad.
    Si cruda métase en el horno a fuego lento para una sana cocción, o a la plancha de fuego vivo para ídem.
    Mientras tanto la ciega evolución prosigue ajena a las consecuencias de su propio proceso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era una manera paraliteraria de expresar distintas fases -estadios- situaciones en las que los hombres de este mundo pueden o no estar. La evolución sigue, pero la naturaleza de la Tierra está condicionada como nunca antes por la mano del hombre. Ya hay demasiadas voces y estudios sobre la línea destructiva por la que vamos. Y no me refiero a lo que diga Roma y su encíclica, estos se apuntan siempre al bombardeo de turno para hacerse notar.

      Eliminar
  2. Rebelde el cuerpo, de sesera y de tripas... Y que sea la próxima batalla.

    Mi Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conviene recuperar a Albert Camus para tenerlo claro.

      Eliminar
  3. No sé si son tres o cien, pero estamos más sometidos a la suerte de lo que queremos reconocer. Nacer aquí,en el lado "bueno" del planeta, juntar tu vida con este o aquel; encontrar un libro determinado en el momento oportuno, pasar debajo de una cornisa y que te caiga encima y etecé. Todo, todo en la vida está sometido a una ley ciega que no tiene en cuenta más méritos que los que le place a esa caprichosa fortuna.
    Rubén Blades supo escribir esa verdad en la mejor canción filosófica que he escuchado nunca. Si has nacido pa martillo del cielo te caen los clavos.
    Y otra cosa que me confirma el papel de la suerte en la Vida en general es que cualquier día de estos nos caerá un meteorito o cualquier otro cataclismo y adiós especie humana. A lo mejor nos dará tiempo de decir: con lo que nosotros fuimos y tantas teorías como inventamos y...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo. Nacimos del azar, vivimos en el azar (aunque dentro de esta situación azarosa muchos estén un millón de veces peor) y nos llevará a la nada el azar. A mí no me crea angustia eso. Me angustia la irresponsabilidad de los humanos con su propio planeta, la docilidad conque tragamos tantas demagogias facinerosas, la falta de responsabilidad de no saber valorar el don del vivir gracias al azar.

      Meteorito o no (que no es imposible) el mismo CO2 puede poner la puntilla en décadas. Esa última reflexión tuya es muy acertada, yo la hago, la pienso, con frecuencia. Cuando estoy agitado o preocupado por algo, me ayuda a rebajar tensiones dentro de mí.

      Eliminar