...y si me llevas a pasear por la playa, Safo, donde podremos hablar con las olas, las mismas olas que al otro lado, en otras costas, susurrarán también con su espuma a otros mortales, semejantes...
Hablar con las olas es muy reconfortante, en susurro o a pleno pulmón, sin desdecirse, nos contestan siempre con idéntica sensatez - o locura- acuática.
Las olas trasladan nuestras confidencias a otras playas, a otros acantilados. Allí, otros seres las escuchan y las traducen y reinventan las palabras. Y, oh sorpresa, resultan menos líquidas que las que oímos cada día con su fragor superficial en los "medios" y en la "calle".
Bello par de fragmentos.
ResponderEliminarLa vida es un fragmento, apenas.
Eliminarel deseo es un alimentador de fantasías,
ResponderEliminarpues nada justifica presentir en la distancia, mismas vivencias, pero sí que se desea, sí
saludos
Das en el clavo, Omar, te agradezco tu precisión. Un abrazo.
EliminarEs un fragmento maravilloso...
ResponderEliminarCon permiso: abro aquí una puerta que lleva a un lugar creativo y literario
http://riosdetinta1.foroactivo.com/
Un saludo desde la carretera secundaria y desde los ríos de tinta.
Gracias, Luis, por detenerte al borde de la antorcha. Me pasaré por tu blog. Salud siempre.
EliminarQue bonito lo que escribes
ResponderEliminarSimple
Y Facil de leer
Ay, uno agradece el piropo, porque siempre me he tenido por bastante críptico. Un abrazo.
EliminarHablar con las olas es muy reconfortante, en susurro o a pleno pulmón, sin desdecirse, nos contestan siempre con idéntica sensatez - o locura- acuática.
ResponderEliminarLas olas trasladan nuestras confidencias a otras playas, a otros acantilados. Allí, otros seres las escuchan y las traducen y reinventan las palabras. Y, oh sorpresa, resultan menos líquidas que las que oímos cada día con su fragor superficial en los "medios" y en la "calle".
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