domingo, 8 de febrero de 2015

Post scriptum: contemplación















Hemos subido hasta las terrazas que hay por encima de las cuevas de Aliphanta. Tenía ganas de que me llevaras contigo a contemplar la hora que se aleja. Asombrados entre el cielo rojo y la brisa que llega del otro lado nos sobran las palabras. La mejor mirada ahora es el silencio. No sé cuáles son tus pensamientos a medida que el sol se achata del todo en el horizonte. Pero intuyo que Eros juega contigo y conmigo en este atardecer tibio para provocar nuestro rescate de la intemperie. Sin embargo no sé por qué me asalta de pronto la imagen de tu esclava de ojos glaucos, que tú tanto aprecias.



(Pintura pompeyana)


2 comentarios:

  1. Si una imagen nos asalta no conviene esconderla bajo el velo del misterio de lo contrario este último podría descomponer nuestra supuesta integridad.
    Ningún misterio bajo la luz, si bien los mayores secretos se ocultan entre su fulgor.

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    1. Pues ya ves, la luz no siempre ilumina. Vamos que no llega a todos los ángulos de una estancia...ni siquiera la mental.

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