viernes, 26 de diciembre de 2014

Post scriptum: los lances del guerrero














Anaxandro, que es viejo pero no decrépito, frecuenta mi amistad. Dice que tiene mucho que contar y que yo soy buen oyente. Él abunda en los relatos de sus viajes y también en las historias de conflictos. Dice que de estos últimos no todo ha sido guerrear y que muchos de ellos han tenido lugar en los márgenes de la paz. Observo que Anaxandro, a pesar de ser un inválido, conserva algunas de sus características más vigorosas. Se ha curtido en numerosas vivencias marcadas por Eros, de las que dice que dejan heridas más perecederas que las batallas contra los lacedemonios. No renuncia a lo que él llama la esencia de la juventud, una especie de halo que perdura se tenga la edad que se tenga. Me ha dado a entender que le gustaría seducir a una de tus discípulas, querida Safo. Una de las que más brilla en los coros y ejercita los bailes de manera más sobresaliente. Anaxandro pretende que yo le sugiera el modo de que ella se interese e incluso ha llegado a rogarme que haga de intermediario. Yo le he dicho con claridad que si tiene algo que ofrecer a una mujer que vaya de cara. Que ellas admiran la audacia y el valor. Y que hasta las más jóvenes estiman elevadamente que estas virtudes procedan de hombres que han padecido desgracias o están próximos a la edad provecta.

Safo, no sé qué más añadir. No estoy interesado en participar de lances ajenos y sumamente arriesgados. Y menos si tu bella danzarina ha dado a entender por ahí que se siente motivada por mi persona.  




(Obra de John Reinhard Weguelin)      



6 comentarios:

  1. Mal negocio para el intermediario.
    Bien cierto, solo l@s nobles valientes de ambos sexos merecen atención.
    Neci@ o inexpert@ quien se fie de cobardes, pues disponen de escasa credibilidad. Demostrado de largo desde tiempos inmemoriales.

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    1. Por eso no quiere meterse a intermediario. ¿Es el arrojo o la prudencia lo que concede el triunfo en esa clase de laces? Hay de todo.

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  2. Anaxandro, gracias a "sus vivencias marcadas por Eros" ya sabe que el cuerpo utópico no tiene sustancia ni divina ni humana, que la realidad es la pieza de mercadeo.
    Salud

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    1. La pieza de mercadeo siempre es tentada por las oscuras fuerzas de la naturaleza que las culturas no pueden aceptar, salvo que las domestiquen.

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  3. Un viejo inválido pero no decrépito que pide consejo sobre las astucias amorosas. Pues eres un malaje si le has recomendado que vaya de cara con audacia y valor.
    Es otra de las típicas alucinaciones masculinas, considerar que la belleza juvenil caerá rendida -sin contraprestación- a los pies de un anciano inválido. Vamos,anda, como diría una castiza. Pero es bonito lo que has escrito.

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    1. El inválido, que se siente inseguro no obstante su bagaje probablemente contradictorio y harto insatisfecho, no pretende tanto un consejo (¿va a pedir consejo un anciano curtido y herido?) como utilizar a un tercero para que le facilite la operación, porque duda de sí mismo y mantiene algún tipo de pudor que le impide ir de frente al encuentro de la juventud. Sobre las contraprestaciones...tema largo y aparte, de ellas están repletas las culturas del mundo. Gracias, Amaltea.

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