La tristeza me la transmite la incuria del país en el que vivo. Machado fue una antorcha y además de luz me proporciona alegría. La alegría del descubrimiento interior. Sigue siendo faro. Sus libros, que los mantengo de cabecera, como bombona de oxígeno reflexiva y como placer estético y moral, siguen en pleno vigor.
Hoy es siempre todavía es Tao puro, pero no de Oriente lejano, sino mesetario, español, mal que les pese a los fantoches, a los facciosos y a los necios.
Machado no solo es complementario, sino de los imprescindibles para entender un poco más el suelo inclemente que nos sostiene.
Porque siempre nos quedan palabras como las de Machado, si no... La esperanza la otorga saber que existen compañeros de viaje, pero cuando una ilusión se rompe siempre queda una herida. Esperemos que esas heridas sirvan para evidenciar cuan frágiles somos y que no hay justicia que permanezca si no se la cuida permanentemente.
Siempre tan sesudo y dando con buen tino, Enric. En efecto, sin cuidados, sin vigilancia, sin interés preciso la justicia quedará en manos de los injustos por naturaleza (de las cosas) Hay algo de bálsamo en los textos de Machado que hacen más llevaderas mis indignaciones e impotencias.
Tao puro. Porque hoy todavía es siempre. Aprendí a degustar a Machado con Serrat, algo que agradeceré eternamente a ambos. Te reconoceré sin embargo que mis cuerdas más vibrantes las entona siempre el Poeta en Nueva York de Lorca. Jamás encontré nada de esa altura en los surrealistas franceses ni otros vanguardistas europeos. A lo sumo en las piezas más alquímicas de Rimbaud. Salvajismo surreal andaluz que le queda a uno de sus ancestros y familia jienenses. Pero te lo dice un aficionado más imperfectamente autodidacta en estas lides poéticas que otra cosa. Saludos
Con las más sabrosas degustaciones no establezco incompatibilidades nunca. Son platos exquisitos...Machado, Lorca, Vallejo. Huidobro, Cernuda, Salinas...etc. para tomar cuando el alma nos lo pide (es decir, la búsqueda interior, la estética, la indignación, la construcción de las palabras, lo lúdico, etc.)
Mi Machado es anterior al recocinado por Serrat, yo lo caté en los 60...necesidad también. Pero lo saboreo ahora más que nunca.
Ese expresivo rostro del poeta siempre me ha parecido lleno de misterio. A la mirada de Antonio Machado le viene muy bien el lema de tu blog: pasó su tiempo resistiendo e indignándose, pero nunca lo manifestó con estridencias sino con la voz apagada del escepticismo. Un fuerte abrazo.
Pero se mojó y bien, o como se diría ahora, se comprometió...para recoger eso. Aquello fue muy duro, solo un individuo con la entidad moral y la fortaleza psíquica de Don Antonio aguantó el tirón...hasta donde pudo llegar. Paradojas: leer sus escritos nos enseñan todavía mucho. Un maestro grande se pega a nuestra piel para toda la vida.
Me temo que sigue siendo así, aunque esa Castilla de hoy que "envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora" podría extenderse a ¿todo el territorio español? Porque ese desprecio propio de los pícaros, analfabetos, clientes y herederos de los fijosdalgo que aún viven del cuento todavía abundan por todas las provincias, sospecho.
Un beso, Judith, me alegra saber que sigues sana y salva, malgrè tout.
Sí,sí, totalmente extrapolable (¿eh?) a todo el territorio español, por supuesto. Algunas cosas, como la ignorancia, no sabe de fronteras políticas...Sigamos adelante, malgrè tout.
Y el corazón se empaña de tristeza. Pero hoy es siempre todavía.
ResponderEliminarUn abrazo, antorcha.
La tristeza me la transmite la incuria del país en el que vivo. Machado fue una antorcha y además de luz me proporciona alegría. La alegría del descubrimiento interior. Sigue siendo faro. Sus libros, que los mantengo de cabecera, como bombona de oxígeno reflexiva y como placer estético y moral, siguen en pleno vigor.
EliminarHoy es siempre todavía es Tao puro, pero no de Oriente lejano, sino mesetario, español, mal que les pese a los fantoches, a los facciosos y a los necios.
Machado no solo es complementario, sino de los imprescindibles para entender un poco más el suelo inclemente que nos sostiene.
Un abrazo.
Porque siempre nos quedan palabras como las de Machado, si no... La esperanza la otorga saber que existen compañeros de viaje, pero cuando una ilusión se rompe siempre queda una herida. Esperemos que esas heridas sirvan para evidenciar cuan frágiles somos y que no hay justicia que permanezca si no se la cuida permanentemente.
ResponderEliminarSiempre tan sesudo y dando con buen tino, Enric. En efecto, sin cuidados, sin vigilancia, sin interés preciso la justicia quedará en manos de los injustos por naturaleza (de las cosas) Hay algo de bálsamo en los textos de Machado que hacen más llevaderas mis indignaciones e impotencias.
EliminarUn abrazo.
Tao puro.
ResponderEliminarPorque hoy todavía es siempre.
Aprendí a degustar a Machado con Serrat, algo que agradeceré eternamente a ambos.
Te reconoceré sin embargo que mis cuerdas más vibrantes las entona siempre el Poeta en Nueva York de Lorca. Jamás encontré nada de esa altura en los surrealistas franceses ni otros vanguardistas europeos. A lo sumo en las piezas más alquímicas de Rimbaud. Salvajismo surreal andaluz que le queda a uno de sus ancestros y familia jienenses.
Pero te lo dice un aficionado más imperfectamente autodidacta en estas lides poéticas que otra cosa.
Saludos
Con las más sabrosas degustaciones no establezco incompatibilidades nunca. Son platos exquisitos...Machado, Lorca, Vallejo. Huidobro, Cernuda, Salinas...etc. para tomar cuando el alma nos lo pide (es decir, la búsqueda interior, la estética, la indignación, la construcción de las palabras, lo lúdico, etc.)
EliminarMi Machado es anterior al recocinado por Serrat, yo lo caté en los 60...necesidad también. Pero lo saboreo ahora más que nunca.
Buena jornada relajada y lecturienta, si cabe.
Ese expresivo rostro del poeta siempre me ha parecido lleno de misterio. A la mirada de Antonio Machado le viene muy bien el lema de tu blog: pasó su tiempo resistiendo e indignándose, pero nunca lo manifestó con estridencias sino con la voz apagada del escepticismo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPero se mojó y bien, o como se diría ahora, se comprometió...para recoger eso. Aquello fue muy duro, solo un individuo con la entidad moral y la fortaleza psíquica de Don Antonio aguantó el tirón...hasta donde pudo llegar. Paradojas: leer sus escritos nos enseñan todavía mucho. Un maestro grande se pega a nuestra piel para toda la vida.
EliminarPor Antonio Machado. Salud siempre.
Castilla miserable, ayer dominadora,
ResponderEliminarenvuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña?
[...]
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
Terriblemente,
hoy es siempre todavía...
Me temo que sigue siendo así, aunque esa Castilla de hoy que "envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora" podría extenderse a ¿todo el territorio español? Porque ese desprecio propio de los pícaros, analfabetos, clientes y herederos de los fijosdalgo que aún viven del cuento todavía abundan por todas las provincias, sospecho.
EliminarUn beso, Judith, me alegra saber que sigues sana y salva, malgrè tout.
Sí,sí, totalmente extrapolable (¿eh?) a todo el territorio español, por supuesto. Algunas cosas, como la ignorancia, no sabe de fronteras políticas...Sigamos adelante, malgrè tout.
EliminarUn abrazo de vuelta.
De ignorancias, de intolerancias, de dejadez, de dejación, de mediocridad, de necedad...etc. Alla riscossa...Bien.
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