martes, 27 de agosto de 2013

Un año después, el optimismo de la voluntad debe seguir
























El domingo se cumplió un año de la muerte de Paco. Francisco Fernández Buey, continuo disidente del sistema, nos había aportado durante décadas indagación, conocimiento, compromiso. Aún lo sigue haciendo por su obra, sus abundantes artículos (no negaba uno a cualquier que se los pedíamos para publicarlos), su gran disposición generosa a participar en mesas redondas o charlas y sus numerosos libros. Se puede estar de acuerdo o no con sus ideas, pero difícil no reconocer la capacidad de comprometerse que fue incesante, desde sus años de estudiante. Ejercitó su derecho a disentir en cada actitud vital. Aún recuerdo la decisión valiente y arriesgada  que tomó -supongo minoritaria-  de hacer objeción fiscal. "No quiero pagar a Hacienda mi parte alícuota de lo que en el presupuesto del Estado va a ir destinado a armamento", nos dijo hace unos cuantos años. Ignoro si perseveró hasta el fin y qué tipo de repercusiones punitivas tuvo. 

Tal vez Paco no cesó nunca  -ni siquiera en los meses de su dura enfermedad-  en escribir, asistir o colaborar con las causas en las que creyó siempre. Causas antiguas en el tiempo pero no en ideas. Prueba de ello la receptividad que mantuvo hasta el fin en las nuevas manifestaciones de la voz de la calle y de la juventud (pienso en lo del 15M, por ejemplo) La enfermedad le sumió en cierto modo en la perplejidad. Pero solo constatando y con cierta angustia modestamente contenida, nunca perdiendo el alma, ante su mal físico: "Toda la vida firmando y recabando atención sobre los problemas, asistiendo a actos, trabajando temas, participando...y ahora esto, ya ves". Me quedé mal y no volvería a escucharle. Pocos meses después falleció. 

Ignoro si Paco, que disponía de un alto grado de bondad y comprensión, suscribiría cierta opinión de Antonio Gramsci, que se pegó buena parte de su vida en la cárcel, donde murió, acosando por la intolerancia de los dictadores:  "Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas". Pero hay que entender la rabia del intelectual italiano, un dardo certero al corazón pusilánime de los individuos que quieren que se les dé todo hecho. 

No sé si es correcto el pensamiento gramsciano de que "el pesimismo es propio de la razón, pero el optimismo lo es de la voluntad." Lo que es obvio es que cuantos individuos se muestran voluntariosos y entregados a fines relacionados con el bien público y general rebosan de emoción optimista, aunque la vida y los hechos de la política les vapulea. Y que muchos logros colectivos tienen que ver con ese optimismo o, mejor dicho, con la actividad desencadena por la voluntad. Mi opinión es que la voluntad debe activar la razón y la inteligencia debe enderezar cualquier desvío de un simple acto voluntarista. Se necesitan mutuamente. Los necesitamos mutuamente. Como en su día tuvimos la fortuna de tener a un Fernández Buey que puso el dedo en la llaga de las miserias sociales.




* Dedicado a Eloy Fernández Porta, con afecto.


6 comentarios:

  1. En el tablero de ajedrez hay Rey, Reina, caballos, torres, alfiles y peones, cada uno cumple su papel y ninguno es mejor que otro.

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    1. NO sé, no sé. El tablero de ajedrez es también un reflejo de la vida humana, ¿no?

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  2. Andrés Peralta28 agosto, 2013 10:12

    Algunas cosas he leído de este personaje, pero, salvo para minorías, pasará a engrosar el fondo de gente que lo tiene claro pero por la que la sociedad española no se interesa. Alabo tu tributo de reconocimiento, sirve para tener en cuenta al filósofo.

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    1. También es reconocido por otros pero, ciertamente, no es de interés ni mediático ni de masa. Pero tiene interés, naturalmente. Gracias.

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  3. pues verás amigo Fackel, pronto habrá otro paco y otro y otro y otro, aunque también sé que serán pocos a la hora de dar vuelta la tortilla...ese es un problema de los que no somos paco, faltamos al compromiso
    saludos para vos

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    1. Si no sabías de él, infórmate por la red de internet, abunda la información.

      Muy acertado y agudo tú, tal como tu experiencia y tus pies en la tierra lo demuestran siempre. Un abrazo.

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