Solo veo una manera de interpretar la fecha con sinceridad y eficacia. Que los trabajadores (en activo o en paro) de aquí se identifiquen con lo que pasa en Bangladesh, por ejemplo. El uno de mayo de 1886, que se tomó como referencia vindicativa de la causa obrera, debería ser hoy el 24 de abril de 2013, día en que se hundió el edificio con no sé cuántos talleres y no sé cuántos muertos, donde se confeccionaba ropa para Occidente. Pero las fechas son lo de menos. Toda exaltación de fechas, signos, palabras o banderas lleva implícita una sacralización que desvía la verdadera comprensión, que disocia la carne del símbolo. O acaso en que éste deviene monstruo para engullir el cuerpo. No son los símbolos los que deben ser objeto de adoración, sino que basta con preocuparse por hacer frente a la vida humillada, despreciada o regateada de los hombres que motivan los bárbaros poderes del planeta, cada vez más exultantes. Lo que en otros tiempos se consideraba que eran causas solidarias entre gente trabajadora de todo el mundo hoy hace agua. Los que trabajan en el mundo rico no se sienten hermanos de los del mundo pobre, sino cómplices (¿hasta qué punto inconscientes?) de quienes causan la desgracia por doquier. Pero nuestros modelos occidentales, de producción, consumo y relación con la naturaleza, también se consumen en sus contradicciones y nos atenazan aquí con ellas. O nos encontramos todos por el mismo camino o la infelicidad y el desentendimiento seguirán enredándonos en la rueda de la barbarie. ¿Es ésta una reflexión anacrónica o sigue en vigor el verdadero problema?
Sigue en vigor, y cada vez más. No es una reflexión anacrónica.
ResponderEliminarToda celebración marcada ya en el calendario.. me recuerda a los magnos eventos que celebraba la Sociedad estatal de celebraciones (conmemoraciones, la llamaban ellos) "culturales" en esa época en que el derroche era consigna en política. Venga a celebrar eventos del pasado, y todo con mucha pompa y derroche. Supongo que alguien saldría ganando mucho dinero público organizando esos "eventos", su marketin y todas esas palabrajas que se usan desde el poder para camuflar el tráfico de influencias y el tráfago de dineros públicos muy nutridos a bolsillos muy privados.
Gracias por tu apreciación del tema y por tu sensibilidad, Casilda.
EliminarEn mi blog me he limitado a mostrar dos fotos de la tragedia de Bangladesh. No encontraba las palabras... Pero aquí están, expresando exactamente lo que yo hubiera querido expresar. Gracias.
ResponderEliminarComo para encontrarlas. Ante las imágenes de la catástrofe -402 muertos, se dice pronto- mis palabras sobran también. Horroroso. Y que luego tenga solo un eco mediático lo que les pasa a los yanquis en su patio. Que se me entienda, por favor, que se me entienda. Un abrazo.
Eliminaresta mañana me he tropezado con la manifestación de los sindicatos principales... pero ¿cómo creerlos? ¿Cómo, cuando son parte del problema y no de la solución, cuando han vivido muy cómodos con las prebendas del Estado?
ResponderEliminarquizá esta tarde seguiré los colores rojo y negro de la CNT... abomino de las banderas y las consignas, pero ésa, en concreto, me sigue pareciendo la menos emponzoñada...
un abrazo
Lo que pasa es que ni todo lo blanco es blanco ni todo lo negro es negro, company. Me baso solo en lo que he visto y sigo viendo por doquier.
EliminarPD discreta. Si al menos la CNT de ahora fuera la sombra de la CNT histórica, y me vienen a la mente los ateneos, el debate, la prensa obrera, el cooperativismo, el sentido asociacionista y de apoyo mutuo de otros tiempos (tiempos en que tampoco todo era o negro o blanco,claro)
Salud y fraternidad, no obstante las dificultades.
Lo que ha ocurrido en Bangladesh era una tragedia anunciada, occidente cerraba los ojos, sus razones e intereses tenía, intereses del capitalismo más salvaje, y ha ocurrido. Las plusvalías de las multinacionales se fundamentan en la esclavitud y se tiñen con la sangre de niños, hombres y mujeres que trabajan en condiciones infrahumanas. Ahora aquí, aprovechando la situación de crisis y emergencia algunas voces reclaman aquellas condiciones de trabajo orientales para imponer aquí la infraocupación, la explotación y los "minojobs"
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Y seguirán las tragedias, simplemente por lo que dices, porque Occidente no quiere saber. Interesa ese tipo de países subemergentes (hay niveles en esa emergencia lenta y limitada de muchas zonas del planeta) El otro día, en la tienda de una oenegé que distribuye lo de comercio justo me planteaban que si la gente aquí mirase las etiquetas de las prendas (algo que no hace falta porque lo excepcional es que algo esté fabricado aún en Sabadell, La Coruña o Valladolid) e hiciera boicot se lograría ir acabando con la esclavitud. Es muy bonito pero idealista, aquí la gente mira la pena y nadie quiere pensar en las condiciones laborales de países que ni nuestra gente sabe ni quiere saber dónde andan en el mapa.
EliminarMi preocupación a mayores: lo que dices al final, que una línea de modelo laboral, más acorde a la idiosincrasia made in Spain, se instale cada vez más ad maiorem dei gratia de multinacionales y macroeconomía. Fatal.
Luce el sol y no es ni la ascensión ni el corpus ni el otro jueves; ya era hora.