El cuadrado rojo es contundente, pero quizás deberíamos cambiar la forma del polígono, hacer que sus vértices fueran más cortantes, con ángulos más agudos, menores a 90º, así el impacto sobre las estructuras negras sería más demoledor. Salud Francesc Cornadó
Tal vez, Francesc, aunque si observas bien, El Lissitzky calculó el efecto. Puede que sea el volumen, puede que esas aristas estén suficientemente perfiladas, puede que la dinámica misma, es decir la fuerza de la caída y la disposición en que cae, acaso el peso, todo ello desestabiliza los elementos oscuros. ¿Habrá que revalorizar la geometría con vistas a su aplicación en las relaciones sociales? Me haces pensar. Y estás proponiendo una verdadera modificación de las fuerzas geométricas que incidan en las físicas...pero, ¿quién lo ven tan claro como tú y como yo?
Todos a la huelga.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Ana. Ya ves la colaboración que me ha enviado El Lissitzky. Salud siempre.
ResponderEliminarImpassible i excitant, el roig.
ResponderEliminarPero, ¿suficientemente contundente, Olga?
ResponderEliminarEl cuadrado rojo es contundente, pero quizás deberíamos cambiar la forma del polígono, hacer que sus vértices fueran más cortantes, con ángulos más agudos, menores a 90º, así el impacto sobre las estructuras negras sería más demoledor.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Tal vez, Francesc, aunque si observas bien, El Lissitzky calculó el efecto. Puede que sea el volumen, puede que esas aristas estén suficientemente perfiladas, puede que la dinámica misma, es decir la fuerza de la caída y la disposición en que cae, acaso el peso, todo ello desestabiliza los elementos oscuros. ¿Habrá que revalorizar la geometría con vistas a su aplicación en las relaciones sociales? Me haces pensar. Y estás proponiendo una verdadera modificación de las fuerzas geométricas que incidan en las físicas...pero, ¿quién lo ven tan claro como tú y como yo?
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