Atravesarás la noche
deambularás en busca de tu ausencia
la mirada sin ojos y las uñas
afiladas
ante lo imprevisto.
A contraluz puede asustarte
la visión de tu sombra
desplegada.
Tantos indicios
para no obtener
nada.
Tantas pisadas cautas
para no saber
nada.
Tantas idas y retornos
al fondo de tu corazón
para no palpar
ningún latido.
Condenado a andar entre brumas
sé tú mismo
un espectro más del paisaje
noctívago.
(Fotografía de Rodolfo Sierra)
Me gusta la suave levedad nocturna,
ResponderEliminarcomo a los gatos de discreto andar
no ser sorprendidos en sus correrías.
Salud e intrascendencia.
Tú eres noctámbulo, Fackel? ¿O perteneces a las huestes diurnas?
ResponderEliminarAbrazos
Aragonia, muy agudo. Pero no es fácil el discreto andar en un mundo donde el ruido pulula y los ojos escrutadores de las otras bestias humanas nos señalan. Y a pesar de ello, uno lo intenta, porque los gatos, como otras especies, nos enseñan.
ResponderEliminarQue cunda la intrascendencia relajante y sabia.
Stalker indagador. Adivina cuándo soy Doctor Jekyll y Mister Hyde. Ahí la respuesta.
ResponderEliminarChócala.