sábado, 28 de febrero de 2009

La máscara quebrada


Al contemplarte me pregunto
qué derrota te fue inflingida
qué expulsión se te dictó
qué alejamiento te perdonó la vida
qué significado dejaste de ser
para los tuyos.
Paseas por el mundo una sonrisa
cínica
o acaso es la alegría maltrecha
mostrando una hendidura: el precio
de tu apuesta.
De mano en mano
¿cuántos habrán observado con solicitud
tu quebrada lástima?
Yo que te tengo ahora ante mis ojos
escucho confidencias
y también silencios entristecidos.
Tus susurros me llenan de ternura.
No somos tan distintos.
Protégeme.


(Máscara africana; sus últimos depositarios catalanes me la hicieron llegar generosamente hace dos días)

4 comentarios:

  1. siempre me pregunto que insospechados avatares, qué vida pública y qué vida secreta habrán vivido esos objetos que nos llegan de culturas milenarias.

    Poseerlos es objeto de maravilla y de cierto impudor. Atesoramos savias que no nos pertenecen, iconos de esa energía ajena...

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  2. Es verdad, Stalker. Hasta los objetos más sencillos -no te digo ya los que están cargados de simbolismo- que nos han llegado por azar, yo los considero reliquias. Al llegar a mis manos es como si me llegaran algo más que cosas: me llegan esfuerzos, tactos, imágenes, maneras de concebir el mundo, delegaciones de otras naturalezas, registros de costumbres y de rituales. Me llega vida, en definitiva.

    Prefiero asumir una parte de impudor y cuidarlos, aceptarlos. Esas savias, aunque no son directamente nuestras, son análogas a las que nutrieron a nuestros ancestros. Y eso me vincula también. Me encanta ese sistema subterráneo de religio, el auténtico, el que reclama, el que me hace meditar, el que me devuelve la fe en la especie.

    Gracias, Stalker, por compartir sensibilidades.

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  3. Una vez oí que cuando sufría la tribu o el grupo de la tribu una derrota en una contienda con vecinos, partían la máscara. Qué verdad puede haber en esto? Esa que colocas de foto parece tener una buena tajada. Es tosca pero interesante. Un saludo, Fackel.

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  4. Bueno, quienes me la han regalado me lo ponen más siniestro: esa máscara fue objeto de vudú.

    Y qué. (Para mi sigue siendo protectora)

    Pero sigo indagando en los significados. Cuando algo me apasiona no paro. Y además tengo toda una vida por delante, jaj.

    Salud, Juanjo.

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