lunes, 26 de enero de 2009

Noches blancas


Hay noches
en que de pronto parece
que dejaran de ser noches.

Una oleada fría que se torna
en cálida caricia.
Una señal del viento
sin haber una brizna que se mueva.
Una lejana luz
que se abre y se cierra
y nadie la captura.
Un nombre, una palabra
elevándose lenta y tenaz,
pero incisiva,
desde el oído más hondo.
Un resplandor que flota en la retina
hasta deslumbrar
por un instante que parece siempre.
Un silencio de templo
donde ungirse en los obscuros secretos
de la vida.
Un deseo que salta incontenible
y violento
desde la negrura de los días callados.
Una página de letras que se borra
y se escribe mil veces
con palabras nuevas.
Una sonrisa rescatada
al reino de los gestos mudos.

Hay noches que sorprenden:
no son sueños ni horas.
Acaso es el instinto,
lo anterior, lo que nos hace,
nos rasga y nos acerca.
Hay noches como flujos.
Como voces que calman.


(Fotografía de Martín Stranka)

2 comentarios:

  1. ¿Y cuál es mejor ,la página que se borró o la que se llenó de palabras nuevas?¿Cuál será más sincera?
    Bellísimo

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  2. La belleza de la intención está a salvo. Por lo demás, anónimo, con todos mis respetos, vd. debería saber que la poesía no concede respuestas simples ni abiertas a cuestiones asaz complejas. Los canales de la poesía transcurren por territorios de difícil reconocimiento.

    Agradezco su interés y su calificativo.

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