jueves, 6 de diciembre de 2007
Espectros del otoño
¿Metamorfosis o supervivencia? ¿O se trata de lo mismo? Desproveerse para efectuar el tránsito. Aligerar lo superfluo. Estilizar su estructura para elevarse sobre ella. Extender los brazos para abrazar una esperanza. ¿O todo eso son vanos intentos contra el tiempo? ¿O es maquillaje contra la inevitable decrepitud? Ejemplo increíble el de los árboles, el de los campos, el del cielo. En esa alteración cíclica de formas, la sustancia permanece. Se extravía a las miradas, rebulle en su secreto esqueleto, preserva una energía que dentro de unos meses será un destello incontrolable. Habitando las encrucijadas de los caminos, los árboles se nos aparecen como profetas locos. ¿Concentrarán en su retorcimiento las letras de uno o de varios alfabetos? ¿Predicarán viejas o nuevas buenas? ¿Transmitirán saberes o tan solo se exhiben como meros testigos del acontecer? Hay algo de espectral en su apariencia. Al anochecer llegan incluso a ahuyentar el caserío próximo, que se muestra también mustio. Como aquel hombre que perdió su sombra, que describía Von Chamisso, se vuelven desconsoladamente errantes. Los ancianos del lugar dicen que, en el vacío y la profundidad de la noche, los árboles hablan con la niebla y relatan a ésta lo que han visto y oído. Pero cuando la niebla se alza se lleva con ella las confidencias de la vida que los hombres apenas saben apreciar.
La falta de luz y de calor produce efectos similares en árboles y en humanos. Reducción a mínimos, pérdida de color, frío , tristeza.
ResponderEliminarPara sobrellevar circunstancias tan adversas, ciertos árboles han transformado sus hojas en agujas, y algunos humanos también. De ahí que sea tan reconfortante pasear por un pinar en invierno y que resulte tan desagradable tropezarse con algunos(humanos)por la vida.
No hay estudios que confirmen que la sustancia que permanece en campos y plantas a salvo hasta la primavera se encuentre también en los citados humanos. Los deseos no siempre se hacen realidad.
(De rerum stultorum)
Impresionante; leo y releo el comentario. Muy adecuado, muy sagaz. Sólo una precisión en esa comparativa naturaleza - humanos (ergo también natura) Que los efectos humanos que citas: "Reducción a mínimos, pérdida de color, frío , tristeza" no sólo se dan en eta estación sino que con frecuencia nos hacemos acompañar por ellos. Es como si además de las estaciones de los cuatro ciclos del año tuviéramos los hombres otras estaciones concéntricas, sub o superpuestas, bajo las que nos manifestamos independientemente del curso de la naturaleza propiamente dicha. Lo de que ciertos árboles han transformado sus hojas en agujas, como los humanos es una idea acertada y bonita (a pesar de su acritud connatural, jaj) Gracias, pero esto no tiene nada de rerum stultorum sino más bien de rerum sapientissima...
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