sábado, 13 de diciembre de 2025

Los punto y coma que propone el escribiente

 


El escribiente, desde su perplejidad vital, pues dice seguir asombrándose de cuanto le roza y le toca, aun pasando por él tanta abundancia de días, me pide que le dedique en una entrada atención a su blog; y yo qué le digo; ni siquiera acierto a saber bien de qué van sus escritos; tal vez va de lo que se le ocurre por azar, aunque el azar tiene tanto de asociación de ideas; va de lo más nimio que yendo por la calle concibe como iluminación e intenta memorizar; o de estar tomando un café y al menear la cucharilla en la taza percibe como música y letra; anota un pensamiento fugaz, nada conclusivo, pues sabe que a un pensamiento sucede otro; va de repetir (repetirse) una y otra vez sus obsesiones; ¿cuánto hay de obsesión en las conclusiones que nunca llegan a producirle satisfacción definitiva?; me respondo: no existe la conclusión definitiva, sí la final, que ya no pertenece a la voluntad de pensar y transcribir, sino a otra esfera biológica; puedo preguntar al escribiente: ¿qué piensas hacer con esto que pergeñas y dejas siempre abierto?; intuyo su respuesta: nada, no hay más objetivo que dejar fluir; me pondrá un ejemplo, posiblemente, muy fisiológico y me responderá que cada palabra, cada frase, cada idea, montaraces todas ellas, son como el ejercicio de respiración; eso dirá, y yo entonces haré pensamiento de mi respiración, que es como rizar el rizo pues lo reflejo no exige conciencia; y si a mi vez pongo cara estupefacta por lo que dice, insistirá: cada respiración se sucede una tras otra y no nos preguntamos por qué, así pues va siendo lo que escribo; y de pronto el escribiente, olvidando el fondo y pensando en la trascendencia de la forma, me dirá cuando lea esta entrada: ¿has pensado lo abandonados que tenemos los puntos y coma?; tengo que responderle que sí; luego dirá: ¿por qué no los frecuentaremos más si son tan expresivos?, pues practicamos en exceso el punto, la coma, los suspensivos y el ridículo punto final cuando nunca hay final de nada en esto de la escritura; y un punto y coma, en cambio, ¿no es como parar un instante y seguir sin límite?; y yo le replicaré, como si le pillase en falso: pero tú no lo practicas; y él me abofeteará con esta salida impetuosa: practícalo tú, siquiera en una entrada; le hago caso.


https://elescribienteperplejo.blogspot.com/



40 comentarios:

  1. No sé si se explican en gramática, pero en mis tiempos los signos de puntuación eran indispensables.
    Una coma mal colocada cambia todo el significado de la frase, un punto y coma, ayuda a entender lo que se escribe.
    Quizá hoy, donde todo nos lo tomamos a broma y lo banal es lo imperante, no sé le de la importancia que tiene.
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos perdemos en las puntuaciones, sin duda. Y que lo trivial impera ya lo ves todos los días, incluso pasa a ser objeto pimordial del ruido mediático y de cada quisque.

      Eliminar
  2. Importantísimos el punto y la coma, sobre todo en la lista de la compra.
    Cuando vaya al mercado me pararé en la frutería, donde pediré un kilo de plátanos y dos de naranjas; en la carnicería, unas chuletillas de cordero; en la charcutería, algo de jamón y queso; en la pescadería, una merluza en rodajas gruesas; en la tienda de encurtidos, aceitunas y pepinillos. Y la compra estará hecha.
    Muy útil el punto y coma.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En el tema de la compra no hay punto y aparte, sino puntos suspensivos. Nunca se acaba de comprar aunque sea innecesario...

      Eliminar
    2. Y el que lo niegue que tire la primera factura.

      Eliminar
  3. El rey de las comas, era Joan Fuster. ¿por cierto, sois vos el escribiente perplejo?
    Aquí un cuento de puntos y comas.
    https://helenasubirats.blogspot.com/2014/04/sinfonia-concluida.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, pues lo voy a leer, por si hay coincidencias con el escribiente de proximidad.

      Eliminar
  4. Completamente de acuerdo con el escribiente. Muchas veces me intentan rectificar puntos y coma; y me niego, clsro. En el taller de escritura, hay una obsesión de los puntos suspensivos y otra de los fos puntos. Yo soy el del punto y coma.
    Cuando corregimos textos, lo más común es que donde debería ir punto y como, ponen cpma: " pero ¿no ves que es otra frase?. Nada. Cuando cambian un punto y coma por un punto y seguido, tira que te va; pero viendo lo cambian por coma,resulta horrible; al menos a mi.
    Una vez iba a formar el club del punto y coma, y me dedique a hacer una lista de blogueros que yo leyera, y que , aunque fuera una vez, usarán un punto y coma. Encontré a tres, contándome a mi, y no sé si tú estabas. Luego desistí.
    Abrazooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Reconozco que practico poco el punto y coma; no conozco bien sus reglas de uso, podría ponerme a conocerlas pero no sé si me apetece de momento; muchos me parecen tres apuntados al punto y coma, Gabi; ah y tampoco me voy a dedicar a rescatarlo en próximas apariciones, digo entradas; pero quién sabe.



      Eliminar
    2. Cayetano, he tomado nota y me he divertido además.

      Eliminar
  5. Allá cada cual con su bigote. Siempre he pensado que hago un uso, más bien abuso, tanto de comas como de «puntocomas». Pero ahora que no nos lee nadie te diré que me sudan las uñas si es más o menos correcto. Cada cual haga de lo que contiene su gorra, como más crea conveniente. A ti no te gusta separar párrafos y nos ofreces textos «de corrido».
    ¿Me gusta? —No.
    ¿Haces mal? —No sepo, no contesto
    ¿Entonces? —Me produce lloriqueo ocular
    Por cierto, digan lo que digan los fundamentalistas cervantinos, el punto y coma, en multitud de ocasiones se puede sustituir por un punto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Me gusta? Sí.
      ¿Hago mal? Voy contra las reglas de los talleres de escritura, seguro.
      ¿Entonces? Ahí coincido, también a mí me produce picores.
      Es una manía que tengo desde que hace tiempo leí parte de la obra de Bernhard.
      Veo que me vais a obligar todos, debido a vuestras opiniones, a empollarme las reglas dela RAE sobre puntuaciones. Pero estoy tan vago...

      Eliminar
    2. Ni se te ocurra. Insisto: Que cada cual haga según le dicta eso que tiene debajo de la gorra.

      Eliminar
    3. Y cada cual somos libres de leer al otro/los otros si no somos capaces de seguir su discurso.

      Eliminar
  6. Soy partidaria de desafiar las normas gramaticales y jamás utilizo ni he utilizado el punto y coma. Una excentricidad ortográfica buscada de propósito por mi parte. Es mi forma de activismo. Una cuestión de principios.

    Chiloé

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si no hace daño a nadie y no pretendes concursar literariamente escribe como te plazca. Es curioso esto de las formas de activismo que tenemos cada cual, con el lenguaje, usos y costumbres, pensamientos y deseos impuros, etcétera.

      Eliminar
    2. Y yo que creía que eras un respiro entre tanto tostón... Te pido un último favor, echa el candado por mí. Buen futuro. Ci vediamo, bro.

      Chiloé

      Eliminar
    3. Tú sabrás o tú sabes o tú supiste.
      (No puede cerrarse lo que siempre permanece abierto)

      Eliminar
  7. Aún estoy aprendiendo el uso adecuado de determinados signos de pero el punto y coma está muy desaprovechado en general.... creo que comparte coma con "cuyo" y los "conque". He visitado el blog del escribiente y además de los escrito me gusta que numeré sus entradas. 😉

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es interesante coger los pensamientos u ocurrencias de uno mismo al vuelo y reflejarlos sin mayor perfeccionismo ni desarrollo argumental y escasamente razonado. La frescura de los prontos mentales también sus código de precisión.

      Eliminar
  8. Pues con el espíritu que parece guiar a este curioso texto encaja a las mil maravillas el ;

    Ander

    ResponderEliminar
  9. Es una manera de hacer las pausas en la lectura, con las cuales cambias el ritmo y el sentido. Hallá cada cual como escriba, pero que sepa que se interpretará diferente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soy partidario de seguir las reglas porque se suponen que cumplen una función, pero uno no escapa a la propia ignorancia a la hora de interpretar lo que quiere decir cuando escribe.

      Eliminar
  10. Fáckel:
    hay gente que abomina de los signos de puntuación. ¡No entiendo esa manía! ¡Son importantísimos y necesarísimos! ¿Alguien se imagina una comida sin condimentos? ¡Pues eso!
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un símil pedagógico. Pero en lo de los condimentos nos hemos pasado abundantemente en todas las culturas del planeta. Sí, ya sé que digo una herejía gastronómica si propongo probar materias primas que escasos o nulos añadidos de especias o jugos.

      Eliminar
    2. De pequeño recuerdo haber comido lechugas directamente arrancadas de la tierra, el cogollo. Hoy, reconozco que con aliñadas con aceite, vinagre y un poquito de sal, están insuperables.
      Una frase sin puntos ni comas, creo, es sosa e incluso absurda.
      Salu2.

      Eliminar
    3. Es más bien ininteligible.

      Eliminar
  11. Todos temos a sua própria forma de escrever...com pontos e virgulas ou sem. Que deve ser respeitado....
    Lembro que foi exactamente isso que tive que fazer num exame de Português: apresentaram-me um texto sem pontos e virgulas e tive que decidir onde colocar o ponto e a virgula. Devo confessar que é difícil.
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La puntuación existe para poder interpretar bien lo que se expresa. Ese examen que citas sobre puntuaciones está muy bien, y si lo aprobaste pues mejor.

      Eliminar
  12. ¨No hay más objetivo que dejar fluir¨... brillante, como siempre. y merecido el homenaje a los expresivos punto y coma!
    Un abrazo

    P.D
    hace ya bastante leí a alguien que defenestraba el punto y coma en la práctica literaria. Nunca entendí por qué tanto desprecio por los pobres. Me alegra encontrar aquí su reivindicación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero se usa poco, desde luego, acaso hemos perdido su sentido. Buen verano próximo, Neo.

      Eliminar
  13. No sé si has escoltat Experience de Ludovico Einaudi. Cap al final dels sis minuts i pico que dura, de sobte hi ha un punt d'inflexió, la música para de cop, continua fluixet, i de sobte torna a començar, amb molta força, fins que acaba. Una mena de punt i coma metafòric.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No recuerdo haberlo escuchado pero lo voy a hacer ya que indirectamente lo propones. Quiero ver esa identidad lenguaje/musicalidad.

      Eliminar
  14. Vaya, Fackel, he seguido el enlace esperando toparme con tus puntos y coma meditativos… ¡y he acabado en una madriguera totalmente distinta! Quizá sea una trampa del azar del que hablas, o un guiño cómplice del destino de los escribientes despistados. En cualquier caso, me quedo con la enseñanza: el punto y coma, además de ser pausa elegante, también puede marcar un desvío inesperado hacia otros mundos digitales. 😉

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal como dices. Ah y hay más madrigueras de las que imaginas, si eres sagaz las encontrarás.

      Eliminar
  15. Si dejamos que los pensamientos fluyan libremente, como si la escritura fuera un ejercicio biológico similar a la respiración, que se repite sin necesidad de una reflexión consciente, entonces lo de puntos y comas parecen innecesarios... pero, claro, cuando se trata de leer, un punto o una coma marcan mucha diferencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me haces pensar, muchos comentarios me llevan siempre a reflexionar. No creo que haya pensamiento ni nada que fluya libremente. Es una concesión de nuestro esquema de lenguaje -conceptual y expresivo- hablar o pensar que hay algo que nazca, se desarrolle y madure libremente. Todo está condicionado, tanto por origen como por el presente que lo va haciendo. Entonces pienso que cuando emitimos interiormente el discurso, incluso antes de trasldarlo a palabras y sintaxis, ya vamos puntualizando por inercia, haciendo descansos, paradas, arranques o lo que pensamos que es abandono final. Y todo ello es circunstancial y dura lo que dura. Pero al escribir, si queremos ser entendidos, si del caos -¿el caos es libertad?- surge una expresión que hay que matizar tanto en conceptos como en formas verbales tenemos que entrar en las reglas. Los blogs nos permiten jugar un poco con todo ello, al fin y al cabo tienen sus modestos límites, pero aun y todo entiendo que hay que precisarç si otros nos leen. Y sin embargo, cuántas veces me gusta trasladar pensamientos al lenguaje de un modo caótico o desorganizado -¿la libertad es caótica?- y corto y navego que vienen los vikingos.

      Eliminar