"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Y esta vez el hombre no murió. Si bien cada día todos seguimos muriendo un poco más, y no solo es eufemismo pues la biología nos va explicando el proceso del cuerpo. Pero mientras tanto recorremos el camino, queriendo tener, saber y disfrutar. Verbos que no dudan en entrar en colisión si cada una de las aspiraciones es frenada por otra. Vivir es sobrevivir, porque la intensidad es siempre circunstancial y alterna. Y la supervivencia un imperativo y una constante. Hemos creado términos ceremoniosos para sublimar la existencia. Plenitud. Salud. Posesión. Aceptación. Reconocimiento. Satisfacción. Etcétera. Piezas del ajedrez, unas veces arriesgando alocadamente, otras dudando la elección, a veces enrocándonos sin una clara salida. Y ya sabemos quién es el contrincante siempre. Sancho lo tenía claro, seguramente Alonso Quijano también pero estaba en las últimas. Sigamos con la partida. No adelantar el acontecimiento fatídico. No dejarse agotar, que es como decir vencer, por la impaciencia melancólica. Al menos no antes de tiempo, factor este avasallante al que no lograremos reducir jamás.
Entre vivir y sobrevivir está la línea roja, de pasar al dejarse morir, que es el abandono de la voluntad de querer vivir.
ResponderEliminarUn abandono de la voluntad inapelable; sigamos en los márgenes de esta orilla mientras.
EliminarLe puso ánimo y aquella vez no murió, murió más tarde. La biología va marcando el ritmo y nosotros, con la biología a cuestas, procuramos caminar bajo el sol con cierta satisfacción, por el camino nos encontramos algunas amapolas y muchas zarzas, adaptaremos los pasos para evitar rasguños y aguantaremos hasta donde podamos.
ResponderEliminarAbrazos
Y si de vez en cuando cogemos moras y pacharanes el retorno a la infancia estará servido (en la imaginación)
EliminarTeníais vos razón cuando me dijisteis hace un tiempo que el Sabio era Sancho. Decía Cioran que la vejez es la autocrítica de la naturaleza, pero yo siempre he pensado que más bien se trata de una venganza.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí, también pienso que es una venganza, pero ¿por celos de edad?
EliminarHay algo en el ser humano que siempre desea vivir, salvo algunas veces, como dicen los gallegos.
ResponderEliminarSaludos
En efecto, y ya sabes aquello de decirnos al final del día: un día más, y que también puede decirse: un día menos.
EliminarEl único límite al que no podemos hacer frente es al tiempo. Podemos elegir de forma consciente o no, como queremos vivir, moviendo todos los mecanismos a nuestro alcance. Pero el tiempo es la variable intocable y no nos queda otra que aceptar que es así.
ResponderEliminarCuriosa foto, emana autenticidad.
Buena jornada!!
Y tan intocable, por más que lo enmascaremos, ahí está. En la iconografía tradicional es la Parca la que lleva la guadaña, pero más bien creo que es el tiempo.
EliminarSí, en la foto salí excesivamente colérico. Buena noche.
Seamos peones que llegan al final del tablero contrario... y volvamos a tomar vida/reinventémonos reconvertidos en otra pieza cualquiera (o elijamos volver a ser un simple peón)
ResponderEliminarSe trata de jugar, al fin y al cabo, pero no con las reglas del fútbol-negocio.-corrupción.
EliminarTe recomiendo
https://www.youtube.com/watch?v=daJ-tsBCPV4
Moriré contenta de haber vivido y si puedo, volveré. Pero ni lo uno, ni lo otro antes de tiempo. Gracias, Fackel porque al leerte y escribir este comentario, me has dado impulso para poder cumplir con el reto juevero de esta semana, que va de Epitafios y muerte jajajaja. :-) Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarTambién uso esa expresión "antes de tiempo". Y luego me da la risa y me pregunto ¿antes de tiempo? ¿Es que hay un tiempo determinado para la muerte? Sí, cuando se produce, nada más (hay una tontería expresiva que dice tenía fijada su hora, por ejemplo, pero es eso tontería) Me alegro en lo del impulso, me haces sentirme palanca, Salud.
EliminarYa vendrán circunstancias extrañas a nuestra voluntad que nos obligarán a morir a la fuerza.
ResponderEliminarMe encantó lo de los terminos ceremoniosos... acuñados expresamente o rebautizados
Sobre todo "etcetera", muy socorrido.
El factor avasallante... uff que tarde es!
Abrazoo
A la fuerza y contra nuestra voluntad. Aunque aquellos que sufren mucho o están desahuciados y cansados por la longevidad pueden anhelarla.
EliminarSí, Gabi, en la vida y por mor de las pautas sociales somos muy ceremoniosos, ya se encargaron los filósofos y los clérigos de asentarlo desde las primeras culturas de clanes o urbanas. Y ¿qué sería de nosotros sin un etcétera? Sácalo del contexto de lo escrito y piensa: ¿cuántos etcéteras hemos utilizado hoy en nuestra mente o con los de proximidad en los coloquios? O sencillamente aparcando trabajos, recados y etcéteras. Haces respiraciones profundas, por aquello de la concentración y meditación y al final ¿qué queda? El abandono y los relegamos a respiraciones etcéteras. De risa, vamos.
Intentar disfrutar cada momento del que dispongamos sin pensar cuánto nos queda por delante. Un abrazo
ResponderEliminarHabría -hay- que matizar,las acepciones de disfrutar, disfrute, pues las obligaciones, responsabilidades y adversidades cotidianas nos embargan. Son parte de la vida.
EliminarMe quedé pensando en los verbos que entran en colisión: tener, saber, disfrutar y, es verdad. Cuántas veces enfrentamos el querer tener cosas materiales con el disfrute por la vida. El conocimiento versus entretención y, sí, vivir es sobrevivir. Una frase que siempre uso con una amiga querida. Siempre le respondo que mi vida ha sido una constante sobrevivencia.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Lo es de cualquiera, aunque lo ordinario es que sublimemos la vida y creamos que vivimos plenamente. Importa dotar a la existencia de una ética. Si no...
EliminarEs tentador enrrocarse. Pero la vida, sin cierto riesgo, es soberanamente aburida.
ResponderEliminarUn abrazo
Me parece que la vida no te permite elegir: el riesgo nos acompaña desde la cuna (desde la salida del útero)
EliminarSi el final ya lo tenemos asegurado, tratar de vivir o sobrevivir de la mejor forma que podamos. Nos ponemos metas que incluyen muchas responsabilidades, al final no se necesita tanto para estar bien, o ed que desde que me volví minimalista estoy más tranquila y disfruto más.
ResponderEliminarProbablemente. Si el minimalismo implica estar a cubierto de necesidades -incluidas las importantes también que responde a satisfacer emociones, sensaciones y afectos- ¿qué más puedes pedir, joven Maia?
EliminarAfectos... Palabras mayores, Fackel, aunque no siempre son necesarios.
EliminarSiempre son necesarios.
EliminarLo son (me traicionó el autocorrector)
Eliminar(Vivir es autocorregirnos)
EliminarSolo hay que estar preparado. No aferrarse. No poseer demasiado. Leer el Eclesiastés, aunque no se crea, pues fue escrito por una pléyade de personas que pensaban, y de eso hace al menos un par de milenios largos, recordando aquello de: todo es vanidad.
ResponderEliminarSalut
Soy muy de gerundio y apenas de participio, porque este solo se consolida a posteriori. Mientras se trata de ir estando, ir asumiendo, ir afrontando, ir en gerundio, vamos.
EliminarYo sigo leyendo Cantar de los Cantares de Salomón, que es más epicúreo, qué se le va a hacer. No creo en las huríes del más allá y no tengo interés en estar a la diestra del Padre.
Te lo recomiendo en una edición de editorial Acantilado por el gran Guido Ceronetti.
Eclesiastés, Cantar de los Cantares más Proverbios fueron escritos por servidores de Salomón. Los tres libros son de la misma escuela.
EliminarNo renuncio al gerundio, donde el tiempo es el que es, más, el participio, que es al que se refiere, o así lo entiendo yo, esta entrada, es el final del "hecho".
Vivir, viviendo, vivido. Y uno ha de estar preparado para afrontar lo "vivido", porque después ya no hay después.
Salut
Son de la misma escuela, dices, y añado: más los que se encontraran por el camino. Anda, que no habrá habido reescrituras seguramente.
EliminarEn un sentido estamos bastante ahítos de lo vivido, lo cual es un balance interesante y con sus satisfacciones. Así que por lo tanto andando, siguiendo, viviendo.
Me has hecho reflexionar sobre los verbos "vivir es sobrevivir" según el sentido que le das..
ResponderEliminarComparto lo que expresas en cuanto a sobrevivir, pero no la acepción que tiene la palabra en el lenguaje coloquial, informativo,etc.
Es recurrente entre la mayoría esa palabra para expresar los miedos, las enfermedades...incluso situaciones vanas e irrelevantes.
No uso esa palabra, vivo.
Un abrazo Fackel
El uso del lenguaje no siempre es convencional sino a veces aleatorio. Nos gusta introducir matices y relativizar. El por qué es otra cosa. Mas cuando hay interferencias que ponen en cuestión la armonía o normalidad del cuerpo no es caprichoso acudir a la expresión sobrevivir. Incluso motiva alegría. Todo llega, Ángela (otra expresión manida, pero no menos responde a la realidad)
EliminarFáckel:
ResponderEliminarcreo que nos pasamos el día sobreviviendo.
Salu2.
Por supuesto, aunque nos llenemos de ocupación, de posesiones efímeras y de ensoñaciones.
EliminarEntre sobreviure i viure hi ha la mateixa diferència que entre l'estar i el benestar. Jo ho vull tenir tot.
ResponderEliminarEl estar es un estado permanente, como bien designa el término. El bienestar responde a diversos factores que no nos están siempre -para algunos incluso pocas veces- garantizados, sea materia de salud, de trabajo, de cubrimiento de necesidades, de derechos, etc.
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