Dime que no me la vas a jugar otra vez, volviendo a abandonarme. Bien sabes que nuestro amor será eterno, querido. La eternidad dura tan poco. Pero es eterna mientras permanece. No me basta. Tampoco podemos cambiar el destino, mi cómplice. Un destino que hemos elegido, ¿no crees? Solo en parte, querida, solo en parte, aquella que creemos controlar. Tú lo dices bien, y nuestro margen es reducido, tanto en tiempo como en capricho. ¿Piensas que amarse es un capricho? Por supuesto en cierto modo, un capricho adaptado a la necesidad. Pero la necesidad es maleable y cambiante. De ahí que siempre debemos considerar la aproximación de dos personas como algo efímero o, si prefieres, circunstancial. Habría que ser extremadamente frío para verlo de esa manera y tú mismo, aunque lo dices no lo eres. Pero es así. Cada individuo evoluciona en sus propio territorio, aunque comparta ideas, afectos y obligaciones con otros. ¿Por qué en el amor iba a ser de otra manera? Te falta decir que el amor es como cualquier otro negocio. Me da apuro reconocerlo, pero ¿acaso no lo es? O como los pensamientos que uno tiene, que mutan y se alteran, a veces renovándose, en ocasiones aferrándose a planteamientos sin salida. Pero los afectos tienen salida, querido. Y a veces son callejones contra una pared, o como dicen en París, cul-de-sac. Tal vez cuando alguien se da cuenta de que todo se ha estancado haya que utilizar otros recursos. ¿Como el alejamiento mutuo, por ejemplo? O simplemente un escape temporal. Si lo vivido entre ambos fue profundo y nos ha marcado es parte de nuestra continuidad en la vida, estemos con quien estemos. No me es suficiente. Pero se puede vivir con ello y resulta incluso estimulante. Ya, entiendo, eso de llevar cada uno en la memoria y el deseo propios al otro, pero sin tocarse. Es que la caricia es una losa si no hierve el anhelo y se dota de cierta estabilidad. ¿Si te dijera que incluso en el tiempo que estuvimos apartado el uno del otro seguí acariciándote? ¿Si te dijera que yo lo intuía y que me dejaba? El problema es que ya no podremos volver nunca a París y me temo que estoy harto de seguir en Casablanca. Entonces hagamos del día una eternidad reencontrada. Y también de la noche.
(Ambos ríen estruendosamente mientras el coche acelera hacia el reencuentro del calor)
Los ratitos de eternidad son muy convenientes, y la intensidad de la eternidad es proporcional a la untensidad del amor.
ResponderEliminarEstos razonamientos son imposibles cuando se está enamorado. Esa parte del cerebro deja de funcionar. No podemos hacer las dos cosas a la vez, ni siquiera las mujeres
Abrazoo
El enamoramiento no es territorio propenso al razonamiento, desde luego. Es otro espacio donde imperan las emociones.
EliminarTodo el mundo sueña con quien no duerme...¡cachís¡
ResponderEliminarEso llevaría a hablar de la condición humana en el ámbito del deseo...o de los sueños.
EliminarTodo es efímero, hasta la vida.
ResponderEliminarSaludos
Lo singular y lo plural, la unicidad y el conjunto, lo poco o lo mucho, el dolor y el goce...todo está limitado y abocado a ser pasajero.
EliminarEn algún sitio leí eso de "amor eterno hasta pasado mañana"
ResponderEliminarYa sabes, de las promesas y buenas intenciones primigenias al acontecer de los hechos hay un tramo que se ve que a algunos se les hace eterno.
EliminarMe has hecho pensar en aquel “We'll always have Paris” la mítica frase final de ‘Casablanca’. Justo el otro día alguien contaba en la radio que en realidad se la sacó Bogart de la manga porque él era el que había de decir la última palabra y Michael Curtiz lo aceptó en el montaje final. Verdad o mentira, quizá nunca lo sabremos. La película siempre me gustó mucho, plagada de escenas/diálogos/ interpretaciones inolvidables.
ResponderEliminarA mí también me ha gustado siempre, de hecho de vez en cuando procuro verla nuevamente, como me sucedió hace poco con El tercer hombre.
EliminarHay gente que se come tanto el coco, que al final se chupan los dedos con el jugo que les queda en los mismos, después de zamparse la glándula pituitaria. A estos, Casablanca les ha destrozado "l'encanteri".
ResponderEliminarEl hechizo que cada cual quiera poner a su imaginación, sospecho.
EliminarLa incertidumbre no es buena y todos queremos certezas, pero para tener evidencia de algo hay que experimentarlo, no eternamente, pero si con la suficiente profundidad.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Y qué cosa hay en la vida que no esté poseída por la incertidumbre, por ese no saber a qué atenerse o qué posibilidades tendrá de durar? El mercado nos vende certezas relativas, sus productos, y ya sabemos que su duración es efímera. Y como modelo que es el mercado numerosas conductas humanas responden a cánones análogos. Por supuesto, al elegir pretendemos duración, eficiencia, eficacia y que resulte, vamos. En una lavadora y en una relación.
EliminarHay unas cuantas certezas en esta vida a mi modo de ver ¿no te ha ocurrido nunca que cíclicamente se te presenta una situación, una y otra vez, hasta que al fin comprendes y tomas consciencia de esa situación?. Yo pienso que la vida deja de ser tan incierta cuando conoces tus puntos fuertes y tus debilidades, ya no respondes en modo reflejo sino sabiendo lo que haces y las consecuencias que conllevará.
EliminarNo te quito razón, ese conocimiento de los pros y contras que uno tiene y/o los que están fuera y obran sobre nosotros nos proporcionan unas relativas certezas, pero todo está sometido a nuevas incidencias. El equilibrio siempre es limitado y frágil, aunque no nos demos cuenta. El mundo exterior es siempre tan novedoso...
EliminarEl amor, incluso es más enconado, a veces se ha de conservar entre pequeñas ausencias. Yo sí creo que ante una duda de afecto París sí sirve, y tal vez Florencia o Venecia.
ResponderEliminarEn una semana me piro a París, y ya te contaré. Un abrazo
Se conservan recuerdos, a veces también fijaciones, cuando no obsesiones...que pueden acabar siendo malsanas para la salud mental.
EliminarPues que el viaje a París cunda.
París siempre está ahí y para muchos es el santo grial de eso y de otras cosas.
ResponderEliminarProbablemente, pero acaso ese y otros París los tenemos sublimados; yo, el primero.
EliminarCasablanca es una película magistral y cuando tengo nostalgia de ciertas cosas, la vuelvo a ver...Veamos, reconozco que soy una romántica empedernida y que, tal vez, escribo por similar razón, pero la vida y su golpe de realidad me ha enseñado que los tiempos son efímeros, aunque intentemos y luchemos por cambiar el sino de las cosas, así que aprendí o en realidad, estoy aprendiendo a vivir todo con agradecimiento e intensidad, porque mañana, mañana nadie sabe.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Valoro mucho la interpretación de los actores y la Bergman tiene algunas escenas que hablan mucho más por su actitud y gesto que por las palabras. Revísala y ya me dirás.
EliminarVivir con intensidad lo hacen muchos, pero con agradecimiento, y no solo personal sino demostrado a otros, lo hacen muy pocos. Te honra.
Dos modos distintos de ver la vida, de idealizar los sentimientos. Muy certera cada visión, bien propia de su propia experiencia y capricho, como bien dicen desde el comienzo. Hace poco volví a ver la película. Muy sobrevaluada, según me impresionó. Un abrazo
ResponderEliminarHay películas que valen un potosí por su guion. Si se suman interpretaciones y un buen hacer del director sobre los actores es el no va más.
EliminarEn el amor, como en casi todo lo importante, las freses grandilocuentes y las promesas de eternidad están tan huecas que deberíamos cosernos la boca antes de pronunciarlas ; ) Este hipotético diálogo entre Humphrey Bogart y mi querida Ingrid Bergman ( muuuy bueno) dibuja a la perfección la personalidad de cada uno de los personajes, aunque no me imagino a Bogart diciéndole ¿ me la vas a volver a jugar? Jajaja Casablanca siempre será un icono del amor romántico sin esperanza, a pesar de lo cual, fue precioso mientras duró y por eso aunque tú no lo creas ( según te voy leyendo ya me doy cuenta que eres un enorme excéptico, pero así, al estilo de Unamuno, no tenía fe pero se moría por tenerla ; ) naturalmente que siempre nos quedará París… por eso ella dice eso de Play It Again, Sam, evocando ese París que vivieron juntos y que en su recuerdo permanecerá imborrable para toda la eternidad, de ahí, no se lo quita nadie y ahí puede volver siempre que lo desee. ; ) me estoy acordando de la letra de un tema, que justamente acabo de colgar en mi blog y dice algo así como Maybe all that we have, is a forever now ( tal vez todo lo que tenemos es un "para siempre", ahora mismo ; ) Te lo presto porque tb te vale para esta entrada ; )
ResponderEliminarGracias por este ratito, un abrazo y buen finde!
María, el falso diálogo es ir a la contra del que mantienen los personajes en el filme. Absolutamente ficticio y nada que ver con la película. Pero los personajes de esta tienen tal magnetismo -tanto la Bergman como el Bogart me seducen, y entiéndelo- que uno bucea con la imaginación en las circunstancias de las aproximaciones y abandonos que traslucen en las relaciones de la pareja unida por la pasión. En el filme todo queda atrás al despegar el avión, incluso París. La frase de Rick es de doble sentido y te pones en su lugar y ves que es el viejo amor lo que permanece en un territorio de la memoria, que no ya en el efectivo.
EliminarMe encanta esa arriesgada opinión de que soy al estilo Unamuno, aunque no me tengo de ir por ese vericueto de no tener pero querer. Lo que quiero es saber distinguir, porque conocer siempre pilla difícil y a veces inalcanzable. El escepticismo es método, incluso guía, y nada más.
Así que, tócala, Sam. Hay tantos sones, aromas, miradas o paisajes que obran como recuerdos y acicates imborrables...
No hay nada peor que "que te comparen"Y entre dos personas como es" La Señora María" que te escribe y vos...:)
ResponderEliminarYo sonrío.:) Andaba que como que aburrida pero feliz.
Esa mujer tiene las pelotas que muchos hombres querrían.
Yo le tengo miedo .La veo con una escoba volando cerca de mi loft Con el pelo largo de canas color azulado un pipa de la hierba buena volando descalza sus letras de amor.Escribe bien
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Que termines bien muchacho lo que hagas
lo que sientas
Un saludo desde Miami la ciudad feliz
Mucha
No hay que temer nunca a los pacíficos y menos por los diálogos siempre inconclusos y demediados que transcurren en un blog. A mí también me gustan las personas con carácter, son necesarias.
EliminarEs que el diálogo que te has inventado es para enamorarse del primero que pase, incluso sin coche descapotable ni París a la vista.
ResponderEliminarPorque es una conversación agitada y eso, de descapotable. No sé si cuando caigan chuzos de punta mantendrán el mismo pulso.
EliminarPer més cinisme que hi vulguem volcar a sobre, Casablanca és la representació del gran amor, i tota la història és la d'un "cornut i paga el beure". És d'aquelles pel·lícules que es fan mirar i remirar.
ResponderEliminarUna historia sobre la memoria de una gran pasión que tuvo lugar y que las circunstancias reverdece. Hay un pulso tremendo en todo el filme desde que se produce el reencuentro. Y el problemón de ella que quiere y no quiere, que está tentada a elegir pero ha elegido por otro lado. Si su marido no hubiera alentado La Marsellesa tal vez ella habría caído en los brazos de Rick (observa la escena y la cara que pone de admiración por el marido que se la juega frente a los nazis)
EliminarDespués de leer todos los comentarios me quedó con vivir intensamente el hoy y tener presente que no siempre queda París. Pero lo vivido sí queda y cada cual lo lleva como quiere. Lo guarda,lo olvida, lo agradece... incluso lo detesta. Y admite que la pasión evoluciona a lo largo del tiempo, corto o largo, pero siempre efímero.
ResponderEliminarSalud, Fackel
Anna Babra
Puede haber muchos Parises, y acaso no tan lejanos, ¿no? El más cercano es la mente propia de uno, donde pueden latir pasadas pero profundas vivencias. Por supuesto, la pasión evoluciona y muta, que cada cual la dote de sentido y la cargue de energía actualizada. Salud.
EliminarHuy, disquisiciones al margen, al final los protagonistas acaban riendo,lo cual viene bien al guión planteado.
EliminarUna interrogante ¿y cuando hasta del sí mismo se acaba aburriendo un@ ?. ¿Será que no dispone de suficiente imaginación creativa? Eso no se plantea, aunque ocurra....y no me vale el recurso social facilón. . Ay si nos viéramos nítidamente a través de ajenos, mejor ni plantearlo y reírse del sí mismo en su propia trama, la que sea.
Enhorabuena, eres millonario, ¿Lo sabias?porque no existe mayor fortuna que la de practicar la imaginación de forma material y creativa dentro de su propio entorno material y sin perjudicar a nadie. Quizás se trate de la semilla. de los antiguos e infantiles milagros.
No me hagas caso, que ni lo sé ni me lo planteo, pero al menos me consta que juego a divagar al tun tun.
Otro comentario: en un mundo práctico toca jugar con las reglas del lugar donde se encuentra uno. No en balde cuando pienso algo sobre cualquier cuestión inmediatamente me asalta la ocurrencia que ese pensamiento me retrata y no precisamente al objeto o sujeto ajeno: como verás un verdadero rollazo... Y no dispongo de tan gran zurrón de imaginación al que recurrir, no. En un SUPUESTO mundo real, (que los brujos cuánticos consideran falso) el patético realismo de sus reglas del juego se acaban imponiendo,
EliminarLa risa es siempre parte del diálogo entre dos o en grupo. Y tiene más significados de lo que parece, pues seguramente dos no ríen por el mismo motivo o al menos no captando la misma intensidad y razón del motivo. Incluso la carcajada de uno en solitario, que de todo practicamos por reflejo, es consustancial a nuestros pensamientos y conclusiones sobre un acto o idea.
EliminarEl aburrimiento severo, el filosófico, el que cuestiona la existencia misma solo se da a una edad muy avanzada, cuando las facultades andan extremadamente mermadas. Muchos se quejan de hastío a cualquier edad, lo cual además de injusto me parece que se valoran a sí mismos escasamente. Lo vi con mi padre que, aun resistiendo hasta el último día, ya llevaba algún tiempo, no excesivo, quejándose de estar en la vida para apenas estar y poder hacer. Entonces sí que hay motivos para la queja. Ahora bien, ciertamente hay motivos circunstanciales, pasajeros, que abruman y nos arrancan ese ¡estoy harto, cansado, no puedo más! etcétera. Revísese caso por caso porque salvo un extremo irreparable todo es susceptible de ser modificado, si bien acaso en otras tesituras. Porque ser joven de nuevo, con capacidades de joven, no parece que sea muy factible.
.Huy, y lo de millonario...chis, no vaya a ser que la Hacienda pública calque también por la imaginación.
Tu segundo comentario. Ciertamente hay que jugar con las reglas imperantes...hasta cierto punto. No se trata de incumplir aquellas que son consustanciales para seguir viviendo, pero hay muchas reglas superfluas, estériles, no escritas pero sí admitidas por la inercia social, hay pensamientos extendidos sumamente equivocados que tratan de ser un redil para los individuos, modas, respuestas que interesan a la industri, el comercio, la religión, la política sumisa. Y ahí uno puede, con imaginación y voluntad, generar un hueco y escapar. No voy a poner ejemplos, porque bien los conoces. Cualquier cosa que suponga romper el cerco de los hombres masa que además quieren que seamos hombres robot es útil.
ResponderEliminarTe recomiendo: "El cáliz y la espada", de Riane Eisler. Subtítulo: De las diosas a los dioses: culturas prepatriarcales". No va de la última moda me too, sí de análisis de la configuración violenta y/o pacífica de los humanos desde el principio de las sociedades neolíticas.
Has dado en el clavo! Ese título parece mi mascarón de proa, sobre todo por la espada que lucha, incansable aún, por seguir unas leyes naturales que me han llevado a las renuncias más socialmente asumidas ....y al cáliz, símbolo de brindis, por el disfrute de haber vivido de frente como guerrer@ sin desmayo sufriendo en carne propia las diversas tiranías humanas desde el vientre materno. Y bien que he pagado el precio. Por eso no me atengo a las “cortas” categorías mundanas establecidas para discernir pues formo parte de un gran ejército atemporal invisible: con espada en ristre. La antigua cuestión siempre surge de rondon “ to be or not to be” Eso si, al nacer dentro de unas filas biológicas determinadas socialmente, me obligaron a elegir las cartas más convenientes: entonces aprendí instintivamente el verdadero arte de la guerra y comenzó la misma en clave de intensidad.
ResponderEliminarEl arte de la guerra en tu condición de mujer ha tenido que ser un arte interesante, MJ, pero no es preciso que hables de ello.
EliminarCuando me enfado, siempre con mi persona, pues puedo asumir las debilidades ajenas, me digo: “ De qué te sorprendes, so mema?, si tienes lo que te mereces, como todo quisque”. Esa es mi espada!
ResponderEliminarMi sistema: mi enfado conmigo mismo procuro que sea acompañado por el carcajeo y la ironía sobre mí mismo. O quitamos hierro a cuanto nos afecta o estamos perdidos, es decir, a merced de otros, o dicho como el filósofo: alienados.
EliminarHola.
ResponderEliminarUn diálogo interesante e inteligente, un buen ejercicio de imaginación partiendo del mítico film.
Me parecen muy acertadas unas cuantas de las frases, con las que comulgo totalmente (o sea, las veo preñadas de sentido común):
"... debemos considerar la aproximación de dos personas como algo efímero o, si prefieres, circunstancial".
"Cada individuo evoluciona en su propio territorio, aunque comparta ideas, afectos y obligaciones con otros. ¿Por qué en el amor iba a ser de otra manera? ...el amor es como cualquier otro negocio. (...) ¿acaso no lo es? O como los pensamientos que uno tiene, que mutan y se alteran, a veces renovándose, en ocasiones aferrándose a planteamientos sin salida".
Y tanto. Las reflexiones que se me ocurren son...
1-El amor en tiempo real, como sentimientos, emociones y experiencia, y por otro lado el recuerdo, la memoria, lo mental, lo que ya forma parte del pasado (aunque también nos conforma).
1-La disyuntiva entre experimentar la cualidad (lo cualitativo), o sea, la intensidad de los sentimientos/experiencias y por otro lado lo meramente cuantitativo (duración en el tiempo).
Me decanto por lo cualitativo. Voy a seguir leyéndote, a ver...
Saludos.
Comparto ambas reflexiones. Matices:
Eliminar1. Si la experiencia física en tiempo real ha sido con cierta calidad la mente sabrá mantener un recuerdo vívido, no solo vago.
2. En la disyuntiva se impone aquello de lo bueno si breve. Naturalmente, si la extensión en el tiempo es capaz de retener y acrecentar lo bueno, miel sobre hojuelas, ¿veerdad?
Oye, no tengo por qué tener razón ni mi intención es pontificar al respecto. Salud y bondad.
Todo es eterno mientras dura.
ResponderEliminarLuego viene el arrepentimiento, que es eterno de por sí.
Saludos,
J.
Esa es otra, los arrepentimiento, y no te digo si se ven acompañados por culpabilidades, pueden ser fatales y letales incluso.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarhay unos versos de una canción de Joaquín Sabina que me gustan especialmete: "al lugar donde ha sido feliz /no debieras tratar de volver".
La nostalgia nos puede jugar una mala pasada. Pero a veces es necesario volver para buscar algo que nos permita seguir teniendo ilusiones. Ay, la Navidad nos/me vuelve nostálgico.
Salu2 prenavideños.
Muy sabios, sí, y de volver solo con el recuerdo. Una vez de muy adulto volví a un espacio que en mi infancia vinculaba con la felicidad o parecido, bueno, a más de un espacio y territorio. Y al ver el cambio rotundo en un caso me puse a llorar, en otro me indigné. Es para contarlo con más detalle, ahora no se me puede entender. Ya que citas el episodio de las próximas fechas yo hoy día lo vinculo solamente con el recuerdo de mis padres y familiares en el pasado, eso es sagrado en mi interior -y siempre relativamente-. No asumo hoy más cuento.
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