Las circunvoluciones de mi cerebro necesitan en ocasiones desplazarse por los caminos de otros territorios. Regiones que no son solo paisajes. Se activa entonces un diálogo íntimo donde me doy consejos y arriesgo propuestas. Un camino lo conforman las ideas modernas que solo el viajar proporciona. Otro, la aventura de los amores circunstanciales. Cualquiera de ellos te propones recorrer sin presuras pero también atento, pues sabes que en esta actitud reside el deleite del viaje. Todas las rutas te conducen a conocer gentes diversas pero las imprevistas te permiten advertir más de cerca los quehaceres y los días de los pobladores. Hay desviaciones que te permiten cultivar el humor, el cual consideras tu mejor arma, sea bajo forma irónica o a carcajeo. Llegar a una ciudad y detenerte en una posada te aporta no solo un refugio o el diálogo con los paisanos sino las expresiones coloquiales en otras lenguas, que tanto gustas de practicar. Del mismo modo que aprecias percibir los gestos y las intenciones que guarda y pretende el interlocutor. Que una de las doncellas te mira con interés especial, tú la respondes con otra mirada que puede llevar a un acogimiento placentero. Te invitan a una celebración los señores de una mansión, pues tú vas y escuchas las ideas pero también las ensoñaciones de los asistentes. Te muestras fraternal y con sumo interés por las costumbres civilizadas, incluso manifestándoles que tomas como modelo las suyas, aunque muchos de ellos son aparentes y toscos. Si la esposa del Conde de J. se admira de tu ponderación pero se abre al desparpajo y hace apartes contigo, no debes rechazarla. Ella siempre saldrá airosa al justificar su ausencias, pues ¿quién puede rechazar la visita a unos jardines o la contemplación de los alrededores del palacio? Admitir invitaciones de pudientes no es para ti más atractivo que tratar con cocheros, chicas de servicio o artesanos. Una sencilla modistilla puede descubrirte mundos que no hubieras imaginado sin que exijan desplazamientos de tu parte. Alguien te relata un sueño y tú le manifiestas que es tuyo también. Otro te expone sus cuitas y le escuchas con interés. A los clérigos los conoces de sobra y, aunque les encuentras menos interesantes, gustas de echar un pulso en sus visiones de la vida, que son más intensas y soberanas que las religiosas. ¿Encuentras tropiezos al atravesar aldeas? La generosidad siempre saldrá en tu ayuda. ¿Tienes aversión al mal trato de los hombres con sus subordinados? Puedes ejercer de Salomón y ganarte el aprecio de los contendientes. ¿Compiten dos damas por tu atención? Haz como si ninguna de ellas te interesa y negocia por separado. ¿Vienen los funcionarios a reclamar tu identidad? Busca quien elevado en su dignidad sea capaz de imponerse y proporcionarte la cédula para salir del paso.
Si en alguna ocasión un pintor de cámara retrata tu porte e ilumina tu cara para que no todos te olviden, déjate aconsejar. ¿La quiere de despacho o recorriendo mundo?, te preguntará. Y tú le responderás que haga lo posible por exponerte en amable conversación con tus propios recuerdos e imaginaciones. Y en esa pose te ves a ti mismo sentado en un angosto coche de punto sintiendo la proximidad de Madame X y el roce de su mano sobre tus muñecas, veladas por la puntilla de la camisa.
* Laurence Sterne en un retrato de Sir Joshua Reynolds
Una buena forma de ir por la vida.
ResponderEliminarIntentaba explicarme un poco a Sterne.
EliminarSalvo que se haga algo por la humanidad, por muchos retratos que se haga uno, a las dos generaciones no se sabe ni quien eras, las fotos para los ególatras.
ResponderEliminarPues ya sabes que ha habido idólatras en cantidad, casi todos de estamentos socialmente "superiores".
EliminarEso, los ególatras
EliminarErré. Se parece tanto ególatra/idólatra. Como poco un ególatra se idolatra a sí mismo. Como mucho un ególatra obliga a otros o los demás a que le idolatren. Las religiones, los sistemas totalitarios y muchos productos del mercado saben mucho de ellos.
EliminarSe activa entonces un diálogo íntimo donde me doy consejos y arriesgo propuestas... y como soy un sentimental me acuerdo de la cita de Terencio: "Nada humano me es ajeno".
ResponderEliminarSalut
Pero ¿lo humano en concreto o lo humano en abstracto? Porque hay dos posiciones, mira alrededor.
Eliminar"Viajar, perder países" - Fernando Pessoa
ResponderEliminarAlgunos viajaron poco y les bastó. Otros no viajaron nada y lo imaginaron todo. El viajero masa se desplaza (no es lo mismo que viajar) y se entera de muy poco.
EliminarEscenas del teatro de la vida... Actores de ese mismo teatro... Interacciones con más o con menos experiencia... Con más o con menos perspicacia... Con más o con menos éxito...
ResponderEliminarEl texto está lleno de "consejos" de un experimentado viajero de la vida, observador y calculador, para caminar por la vida con algunas posibilidades de éxito en diferentes campos, destacando el de las conquistas amorosas con hábil cortesía...
Muchos de los estratos sociales existentes están en el texto y también los consejos sobre la conducta más productiva a seguir en cada uno de ellos... Es la vida con sus usos y costumbres de forma protocolizada o de forma consuetudinaria...
Abrazo
Pero son consejos que se da a sí mismo, y dado que no puedo llevar la contraria a las apreciaciones que haces, no era mi intención desvirtuar el verdadero viaje sentimental, el de Laurence Sterne, que supongo conocerás y, si no, entra en él.
EliminarConfieso mi ignorancia al respecto: no tenía ni idea ni de la existencia de Sterne ni de su obra... Mi comentario lo hice a la luz de tu relato (magnífico, como siempre)...
EliminarTu texto no desvirtúa ese verdadero viaje de Sterne, yo creo que todo lo contrario, lo eleva y lo da a conocer, por lo menos a mí...
Siguiendo tu consejo, he estado leyendo la biografía del autor en Wikipedia y me he empapado un poco de su vida y andanzas... He visto también que Nietzsche dijo de él que Sterne era el escritor más libre de todos los tiempos...
Fíjate, tu texto me ha picado tanto la curiosidad que yo, que no soy lector de novelas, seguramente compre esta, aunque creo, por lo que he leído (corrígeme si no es así), que en relación con el planteamiento inicial del autor, la obra está inacabada, de cuatro partes sólo terminó dos...
Con tu texto, no sólo no desvirtúas el viaje de Sterne, sino que has conseguido dárselo a conocer, por lo menos, a este humilde ignorante del autor y de su obra... Y tomar interés por ella, máxime al haber leído que contine bastante humor...
Esta novelita la leí hace unos años y creo que entonces no capté casi nada, tal vez no era mi tiempo personal para llegar a ella. La he vuelto a leer hace unos días y, aunque mi texto es libre y no trata de entrar en la novela en absoluto, pues son sugerencias personales y ejercicio de estilo para mi propia cosecha, me parecía justo hacer un homenaje personal a un libro impecable. Basta decir que para Sterne Cervantes y en concreto el Quijote eran fundamentales en su literatura, de hecho en varias ocasiones cita al ingenioso hidalgo y su escudero, lo cual ya expresa la mentalidad abierta y bien fundamentada de Sterne. No es una novela acabada porque le pilló la muerte y ve a saber si de cualquier modo la hubiera acabado. Y yo tengo dudas incluso de que quisiera hablar más adelante de Italia. Los contrastes irónicos entre ingleses y franceses rezuman con suma delicadeza en Viaje sentimental, pero es solo un enfoque de otros varios. Siendo una novela del siglo XVIII a mí me parece actual y no se parece a nnguna. El humor late en cada página, sí.
EliminarViver é uma viagem onde aprendemos (ou não) a sonhar, a explorar novos caminhos físicos e mentais...É abrir-nos ao Mundo, navegamos e naufragamos, reinventamos...O Mundo e nós próprios (utopia?).
ResponderEliminarInteressante como sempre.
Beijos e abraços
Marta
Hay muchas maneras de viajar, incluso sin viajar, porque viajar es hacer el esfuerzo de aproximación, pero si se rompe con el ámbito habitual y se interesa uno por otros individuos y sus espacios y se entrega a ellos el mérito y el conocimiento están garantizados.
EliminarVas a confesar adonde has ido de viaje a practicar los consejos tan prolijos de esta guia que nos has proporcionado?
ResponderEliminarLa parte del "acogimiento placentero" (jaajaj)no me ha quedado demasiado clara, ¿podias concretar un poco mas a qué se refiere?
Abrazo viajero
Pues a Francia camino de Italia, aunque no se cite, pero te digo como a Impersonem: Sterne tiene la clave.
EliminarLos términos deben ser abiertos y flexibles. Un acogimiento placentero puede ser muchas cosas, la que piensas y la que no piensas, pillín.
De todo busca el encanto, si tu rango te protege. Si eres de los de abajo, acomodate también pero guardando las distancias y el arte de las lisonjas. Consejos de vida 🤭
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, lo de las lisonjas me resultó siempre insoportable y las distancias uno ha ido corrigiendo y ampliándolas...con ciertas gentes.
EliminarSupongo que no hemos inventado nosotros el postureo. Lo que es innegable es que hubo tiempos en los que lo expresaron con más arte.
ResponderEliminarAhora bien, yo también recuerdo aún el roce de algunas manos.
Sterne era muy sensible e indudablemente sentimental, no solo en aproximaciones amorosas y si uno se deja llevar por la novela también en el enfoque de muchas cuestiones de la vida.
EliminarUnas reflexiones muy acertadas. Quien es guapo, pero además es rico, se verá más guapo, siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
La hermosura del saber estar, de querer conocer y de aproximarse a otros, eso sí es belleza. Está a disposición de cualquiera de nosotros.
EliminarMorir es ser olvidado, con retrato o no, a la corta o a la larga, uno es olvidado. Quizás sea mejor así.
ResponderEliminarSolo se saca a un personaje del olvido si hay negocio detrás. Negocio en difusión de ideas doctrinales o negocio mercantil.
EliminarMe encanta viajar. Presumo de haber visitado más de 30 países. De todos he hecho un balance positivo. Creo que enriquecen y amplían la mente para ser más comprensivo, solidario y tolerante. Ahora ha llegado el momento de dejarlos de lado y vivir un tanto de los recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Aunque solo se empape en una mínima parte de un viaje de verdad -no un simple desplazamiento- ya habrá merecido la pena. Además siempre se puede -y debe- complementar. Con literatura, por ejemplo.
EliminarInteresantes reflexiones. Me recuerdan un poco a "El arte de la prudencia" de Baltasar Gracián.
ResponderEliminarTuve mi tiempo de leer ese Arte, no sé por qué lo tengo abandonado, pues las máximas y consejos, en este caso tan prácticos, se pueden leer en cualquier momento y a salto de mata. Hace años se puso de moda entre ejecutivos de los USA el buen Gracián. Su Arte y su Oráculo. Creo que lo leían como Instrucciones de uso, es decir, método para mejorar su actitud y rendimiento empresarial. Supongo que Baltasar Gracián bebería también de Séneca y acaso de Marco Aurelio.
EliminarDe cabezón a cabezón, te presento mi nueva foto del perfilón. Clara influencia de la luz de una antorcha. 😉
ResponderEliminarEn mi foto no me habían dado la hostia todavía (si hiero tu sensibilidad te diré lo del pan de los ángeles) En la tuya ya habías recibido unas cuantas: esa inclinación cabezonil te delata.
EliminarTengo una cuenta pendiente con Laurence Sterne pues no terminé su libro sobre Tristram Shandy y estoy buscando cómo remediar tal desafuero. Por lo demás el texto recrea un sentimiento aristocrático de la vida en que el noble es capaz de disfrutar igualmente de los más delicados encuentros o placeres que con la conversación con una modistilla o un criado. Hemos ganado en muchísimas cosas pero hemos perdido ese sentimiento que tanto tenía el filocomunista Visconti, noble por los cuatro costados.
ResponderEliminarComo en la vida no instalemos el viaje sentimental, que no se refiere como creen algunos a las experiencias amorosas solamente, estaremos perdidos. Pero el sentimiento está ahí y quien lo niegue o lo reprima aviado estará. Recuerda que Vázquez Montalbán (cuánto le echo en falta) hablaba de educación sentimental. Casi nada. Yo estoy satisfecho de haber recuperado ese viaje y ya no me queda otro. Salud siempre, J.
EliminarEs necesario interactuar con otras personas y ver otros lugares físicos. Aprendemos tantas buenas ideas, incluso, un acto cada vez más alejado de los adultos sonreír. Una cuota de buen humor muy bien está. Viajar es necesario, pero incluso se puede desde un computador. Yo de esa forma he conocido lugares muy distantes de mi realidad.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Pues puntuemos y valoremos positivamente esta manera que los tiempos cibernéticos nos permiten. Usemos la técnica para progresar y compensar, no para dormir nuestras neuronas y, por lo tanto, la actitud ante la vida. Saludo, Tati.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarentiendo que es bueno sentir curiosidad, adaptarse a las circunstancias, estar atento a todo lo que sucede alrededor.
Salu2.
Y percibir sensaciones, expresar sentimientos, participar en actitudes, dejarse empapar, en definitiva.
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