miércoles, 10 de enero de 2018

El viaje de invierno de Inés González y Juan Carlos Gargiulo, más allá y más acá del Winterreise de Schubert















Winterreise from Juan C. Gargiulo on Vimeo.



Juan Carlos Gargiulo ha confeccionado este vídeo con los dibujos de Inés González. No se sabe qué impacta más. Si el conjunto de representaciones cargado de simbolismo y vivencia personal que esta artista ha realizado a lo largo de dos años y medio o la formidable composición Winterreise del profundo Schubert. Inés González se alimenta de Schubert para corresponder el dolor de su memoria. En pleno y lento viaje de invierno -de la estación y de la vida- que todos realizamos, este trabajo a tres bandas me parece un obsequio que hay que ofrecer a los demás. Ofrecer para disfrutar. Participar para elevarnos. Escuchar para resistir. La vida siempre está en lo que se nos oculta o en lo que permanece como propiedad individual, y no tanto en los acontecimientos que se nos relata de modo superficial cuando no publicitario. Gargiulo aporta una forma añadida con este triángulo de sensibilidades. González exorciza sus demonios. Las heridas pueden cicatrizar en apariencia, porque hay que seguir viviendo. Pues es sabido que dentro pueden seguir corroyendo y, por lo tanto, reproduciendo daño y horror más allá del tiempo de los verdugos. De ahí que fuera necesaria la catarsis con base real -la aparición de los restos del hermano asesinado- y no solo la de la fantasía, hermosamente avanzada por el trabajo de la artista. Tras escuchar a Schubert y contemplar las imágenes gráficas sugiero leer el texto final de Inés González. La vida no ha sido fácil para mucha gente.


Dos poemas de 'el hombre en la noche' en memoria de Hernán González, estudiante secuestrado en 1976 por la dictadura argentina, torturado y asesinado por sus agentes, y hallados sus restos cuarenta años después en un pozo de Tucumán:





Aparición


...Y allá estaba, en el fondo, en el sedimento
que reconvierte incesante la materia en materia,
en el fósil que retorna para hacerse memoria,
en la textura de costra antigua y de dolor de hombre,
seca postilla que al dividirse enciende luz,
como las formas de vida más recónditas,
cual indicios de orígenes maltratados que no renuncian
a su emergencia, y desde allá nos reclamaba,
en la morada de su escondite tenebroso
deviniendo recurso de las huellas más sabias...
¿para saber qué? ¿cómo se siente la violencia
natural acoplada a la mano de los canallas? ¿cómo
se desvirtúa el don de las tormentas
al atravesar los cuerpos más puros? ¿cómo se vuelve
a un principio de vacíos sin apenas
haber probado goces o sin dar tiempo a caer
en los errores que cualquier humano
debe acumular para aseverar que se  ha vivido?
¿o para escuchar cómo chirrían los sonidos
de lo más distante, o cómo se andan los caminos
de lo más obscuro, o cómo paraliza
hasta el último llanto
el amargo sabor de lo abyecto?

Y allá estaba, tejiendo con hilos invisibles
lo que otros llaman historia en abstracto, inútil empeño
si no se protege la vida,
esperando con el silencio más humillante, el del vencido
que no ha tenido opción a defenderse,
mientras vosotros, los supervivientes
normalizábais los quehaceres, pues vivir es seguir,
dicen los profetas de la necedad, pues seguir es olvidar,
claman los corifeos del orden que urgen a preservarlo,
y él esperaba porque intuía,
desde su dimensión de ángel,
que la impotencia no puede quebrar de un golpe
a toda la especie, no puede acabar con la presencia
íntima que se revelaba día a día
en el gran corazón de los fuertes y de los esperanzados.

Él, allí, en otro espacio, donde ya no cabe la tribulación
ni el desamparo, propiedades éstas
de los maltrechos vivos,
pronunciaba vuestros nombres.
Tú le escuchabas, mientras en noches sucesivas
de décadas infinitas te hacías las preguntas: ¿cuántos
están cayendo mientras esperan su vuelta? ¿cuántos
están rayendo su cuerpo con el filo de la angustia?
¿cuántos se esfuerzan en olvidar para no ser pasto
de cualquiera de los infinitos rostros del mal
que se conjuran para destruir a los hombres?
¿cuántos piensan que no va con ellos
sin caer en la cuenta de que la barbarie va a por todos?

Al fin el diálogo ha dado su pequeño fruto.
Y en lo hondo la tierra se manifiesta como siempre:
sagrada y generosa para acoger a los muertos.
Él no renunció a sus propias voces. Y el hombre
se disfrazaba de otros hombres, y su hilo inconsistente
y tibio, pero no apagado del todo,
os enseñó nuevos lenguajes. También el detritus
conjuga sentimientos y aguza
inteligencias que ponen a prueba la bondad.
Aquella sintaxis de resistencia, tesón y búsqueda
removió la tierra falsa que cubría las conciencias
invencibles. No fue tu corazonada
sino su clamor
lo que abrió la ciénaga seca.



Luminosidad


Allí, donde habitas un alma única
nadie puede romper tu rostro de cristal
ni traspasar tus lágrimas de océano.
Nadie suplantará tu voz, su viaje interminable
por los canales inconfundibles de la memoria.
En tu ámbito leve y cómplice
de los últimos animales de la tierra se entrega a ti
la materia más vieja,
la sustancia indescifrable a nuestros ojos,
que muta en tu pureza hasta erosionar
los gestos de los frágiles bárbaros.
Tu tegumento es ahora la luz
invisible y astral
porque también en las profundidades
hay planetas
y su irradiación incandescente no se apaga
nunca.






















(Dibujos de Inés González)



25 comentarios:

  1. Un sentido Schubert que acompaña sentimiento y palabras, nos deja la tristeza y también la admiración.

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    1. Las fuerzas del cielo y del infierno suelen confluir en los individuos. Schubert interpreta de manera honda la soledad del hombre en la noche silenciosa.

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  2. ¡Ah, ah y atención también con Müller, el poeta romántico autor de los versos de Winterreise.
    Salud

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    1. Cierto, cierto. "Llegué como un extraño, como un extraño me marcho" (Gute Nacht), por ejemplo.

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  3. Ese tenue desgarro me conmueve una y otra vez.

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  4. "¿cuántos piensan que no va con ellos/ sin caer en la cuenta de que la barbarie va a por todos?", fa pensar, això.

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    1. Y esta otra: "¿cuántos se esfuerzan en olvidar para no ser pasto/de cualquiera de los infinitos rostros del mal/
      que se conjuran para destruir a los hombres?". Y sin embargo, a pesar del olvido el mal acecha siempre. Nos sorprenderíamos si pensamos en ello dónde se aloja. Gracias Helena.

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  5. La de cosas que alumbras con tu antorcha!... Es verdad que nadie que escucha Winterreis puede seguir siendo el mismo. Te dejo mi particular visión de la cantata que hace años realicé para un buen amigo barítono y biólogo, que un dia nos obsequió con su interpretación.

    http://pfparmendariz.blogspot.com.es/2011/09/winterreise.html

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    1. Qué interesante y qué bonito, en el mismo tono cada hoja. Estaría la mar de contento tu amigo con ese regalo. Voy a mirarlos de nuevo.

      Me gusta el rol de intercambio de los blogs; para mí eso es alumbrar. El título es un homenaje personal a un histórico que aprecié mucho hace años (lo sigo reconociendo, obviamente) llamado Karl Kraus y su tesón en publicar su Die Fackel.

      Gracias.

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    2. Me son ajenos la permuta o trueque tecno-epistolar. Lamento profundamente no alumbrar.

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    3. La permuta o trueque comienzan cuando uno es receptivo a otra palabra o actitud. La luz prende entonces.

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    4. me encanta contrastar la diferencia de técnica y enfoque del trabajo que nos presentas con el mío... Sin duda Schubert nos remueve alma y cuerpo... Eso sí es común ...

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    5. El contraste es fundamental. Las obras de cada cual hay que apreciarlas, suele suceder, tanto en letras como en plástica, etc. que las de unos alimentan a las de otros, a veces solo subconscientemente.

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  6. Muchas gracias por tus palabras Fackel... te diría que cada uno de nosotros tiene su viaje de invierno, nosotros particularmente lo hemos plasmado de esta manera. Un viaje que a veces se hace interminable, esperando la luz y el sosiego de los días más cálidos, más amables. No obstante la belleza del invierno, la vida recogida esperando estallar en cualquier momento, la muerte que da paso a nueva vida, la continuidad, los ciclos vitales que nos marcan la infinitud...

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    1. En efecto, Juan Carlos, no somos sustancialmente diferentes los humanos a otras especies; la naturaleza es una reproducción concéntrica, en el ritmo planetario, en los planos de vida de la Tierra, en los animales, en la afinidad humana del mundo animal, y las culturas que hemos generado van por el mismo cauce. Viajes de invierno para otras eclosiones siempre. Gracias a ti por tu trabajo, me ha gustado mucho.

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  7. Apreciado Fackel:

    Muchas gracias por esta conmovedora y sentida publicación, por tu emoción y reconocimiento a este largo y arduo trabajo, como bien dices, a tres bandas,que han confluido y se han fundido en un viaje inolvidable y único.
    Gracias también por esos magníficos poemas, que abrazan y acompañan a este trabajo, especialmente a esas dos imágenes que has seleccionado.
    Y para finalizar, otra vez gracias por difundir y diseminar este alimento.
    Un abrazo fuerte.

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    1. Inés. El reconocimiento del esfuerzo por reivindicar la vida frente a los que la destruyen siempre me ha conmovido y activado. Desde el vulgar asesino de un chica cualquiera hasta los criminales de Estado. Al menos vosotros habéis ido ajustando cuentas. En nuestro país, como bien sabes, la historia mantiene su signo de Caín.

      Un abrazo.

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  8. A veces nos refugiamos en nuestras cuatro paredes y nos parece que todo es fácil y cómodo. Pero no.

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    1. Incluso las cuatro paredes pueden proyectar picos y herirnos. Pasan muchas cosas por ese mundo donde nadie está seguro.

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    1. NI nos imaginamos.

      No sé si hace tiempo colgué este vídeo, te adjunto enlace sobre el emotivo y terrible poema de Juan González, poeta de Tucumán ya fallecido, padre de Hernán.

      https://www.youtube.com/watch?v=X5GjuLXLRME

      Un abrazo.

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  10. Bella obra. Querida Liliana! Admiración por lo que haces.

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  11. Eugenia Dietrich02 enero, 2024 19:39

    Bellísima obra. Liliana querida! Admiración por tu entrega.

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  12. Gracias por comentar un sentimiento.

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