En un sueño me veía con Gemma haciendo un crucigrama que de por sí era extenso. A medida que cubríamos las casillas con palabras el crucigrama crecía más y más, sin que viéramos manera de terminar. Entonces Gemma me proponía que deshiciéramos el camino y comenzáramos a borrar verticales y horizontales, pero yo temía que me invadiera la impotencia. Entonces me ponía furioso y empezaba a romper el periódico, cuyas páginas se iban quedando en blanco como si jamás lo hubieran publicado. Debo aclarar que al despertar aquella mañana no me atrevía a bajar a por la prensa y la mujer del sueño tampoco estaba allí para ayudar a despejarme del todo.
(Fotografía de René Groebli)
(Fotografía de René Groebli)
Suerte, has tenido mucha suerte. Jamás he logrado acabar ningún crucigrama, y estando acompañado... menos
ResponderEliminarHay que buscar los espacios adecuados para hacer crucigramas. La edad también hace mucho, por aquello de hacer trabajar las neuronas...y luego, la paciencia.
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