"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 6 de agosto de 2010

La ciudad amable


Los jinetes pasaron. Pasaron los jinetes. No era como otras veces. Esta vez nadie salió a contarlo. El viejo Osha no estaba allí. Sus hijas y los maridos de sus hijas no estaban allí. Nadie salió a la calle cuando todo quedó oscuro. El estruendo dio paso a una placidez extraña. Hiro, que se libró del servicio y por lo tanto de la guerra, no abandonó su casa. El huerto que cultivaba aparecía seco. Qué hemos hecho. Qué hemos hecho. Nos habían dicho que estábamos libres de los riesgos que padecían otros por nosotros. Que éramos retaguardia, que no suponíamos interés para el enemigo. Nos habían dicho tantas cosas estos últimos años. Nos lo creímos todo. Buenos súbditos, supongo. No pienso más allá. Mis pensamientos se diluyen al compás de mi carne. Pasaron los samurais que no eran los nuestros. Tampoco eran los samurais de los señores que nos habían lacerado en los siglos anteriores. No sé si fue ceniza o aire cálido o una clase de fuego que no habíamos visto jamás. No respirábamos. Me convertí en sombra y a mi lado fueron formándose más sombras. Manchas, siluetas, borrones. Un silencio que no vino del fondo de la tierra. Un cielo que nos castigó. No podía ser. No podía ser. Resultaba increíble que nos sucediera a nosotros. Esto era una ciudad amable. Esto era un lugar confiado.

9 comentarios:

  1. Pasarán y quedará sólo la tierra quemada...

    Luego querrán reconstruir y rentabilizar la miseria y el expolio.

    salve

    ResponderEliminar
  2. Ya lo hicieron, Stalker, ya lo hicieron. Recuerda.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Lo hicieron, Fackel.

    Pero es que van a volver a hacerlo, muy pronto.

    En el siglo XXI se va a repetir todo.

    ¿No percibes cómo se está cocinando la próxima guerra total?

    Qué digo cocinando.

    Ha empezado ya.

    Nada nuevo bajo el sol

    salvo nuestra eterna miseria, nuestros viejos conflictos tribale permanentemente reactualizados.

    Tristeza

    ResponderEliminar
  4. Y tuvieron tan pocos escrúpulos y tan poco conciencia que lo hicieron devastando territorios,corazones y la carne quemada.

    Fue la mayor ignominia que ha contemplado la Humanidad y que por siempre quedará en el recuerdo de la criminalidad sin esperanza.

    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Stalker. Ciertamente, el poderío nuclear está tan extendido entre potencias que van a verse encontradas antes o después que el futuro a corto plazo no es esperanzador. De acuerdo en que no hay nada nuevo, pero ¿y si lo nuevo residiera precisamente en que lográramos parar el próximo holocausto?

    (Concédeme una pequeña chispa, que ni yo mismo me creo sea posible, pero dejemos abierta la posibilidad)

    ResponderEliminar
  6. Felipe. Bienvenido. De acuerdo en que fue una de las grandes ignominias, si bien no la única. Sobre todo por la apuesta desgarradora contra los que no podían defenderse: la población civil.

    Que yo sepa los USA jamás han pedido perdón. Nunca piden perdón los asesinos de la Historia.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Fundidos. ¿Hay mayor estremecimiento? Sí, las secuelas.

    Absolutamente estremecedor. Todos los sistemas de pensamiento murieron con su muerte, Rat.

    ResponderEliminar
  8. Así es, parecía imposible que nos pasara a nosotros. Pero cuando caímos en que nos pasaba ya era tarde: nos habíamos vuelto adultos.

    ResponderEliminar